jueves, 30. noviembre 2006
Jaime, 30 de noviembre de 2006, 10:33:06 CET

La ardua y poco reconocida tarea de envenenar a espías


Esto del asesinato del espía ruso me ha recordado una anécdota muy graciosa que me ocurrió cuando era doble agente doble en Berlín Oriental. Dos veces doble porque me dedicaba a hacer creer a todo el mundo que era agente de la Cia cuando en realidad era agente de la Cia. En una ocasión tuve que asesinar a un espía soviético, aunque ahora no recuerdo si era porque se trataba de mi trabajo o sólo era algo que tenía que hacer para proteger mi falsa identidad falsa. El caso es que le invité a mi apartamento de Unter den Linden y le ofrecí un martini con vodka, un combinado que simbolizaba la unión de ambos bloques (él creía que había ligado). Preparé las bebidas en la cocina y arrojé cierto veneno a su vaso. Llevé los martinis a la salita y le ofrecí uno de ellos. Después de brindar por un mundo en paz, nos llevamos las bebidas a los labios. Y justo entonces, ja, me di cuenta de que mi bebida era la envenenada. Qué despiste, ¿no? Y eso que había ido todo el camino por el pasillo repitiendo mentalmente "la mía es la de la izquierda, la mía es la de la izquierda". Me sentía como un imbécil rematado. Es como cuando vuelves a casa porque te has olvidado el paraguas, aprovechas para beber agua, luego recoges un cojín del suelo, apagas una luz que te habías dejado encendida y sales por la puerta sin pensar en el paraguas hasta que llegas al portal y te vuelves a dar cuenta de que llueve. En fin, que me quedé helado como la propia guerra mientras el tío bebía tan tranquilo. --¿No bebes? --Me preguntó, ofreciéndome sin saberlo un clavo ardiendo. --No, pero veo que tú sí. --¿Que insinúas? --Tú sabrás. El que se pica, ajos come... --¡Yo jamás envenenaría a un recién conocido! A un viejo amigo, por supuesto, ojalá pudiera hacerlo todos los días, pero aún no tengo motivos para acabar contigo. No te has intentado ligar a mi novia, ni me has dejado tirado en Florencia, ni me debes dinero, ni... --Ya, claro. --Me ofendes. Y te voy a demostrar que yo no le he hecho nada a tu bebida. Y cogió mi vaso y echó un largo trago de martini con vodka con Mr. Proper jabón de Marsella. Ah, those were the days...


 
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miércoles, 29. noviembre 2006
Jaime, 29 de noviembre de 2006, 9:31:14 CET

Un político valiente


Después de los casos de corrupción urbanística en Marbella y Andratx (no confundir con ántrax), el alcalde de Viscalesmates, Mateu Cantalapedra, ha declarado la guerra a la especulación. Una guerra despiadada y sin tregua, que le ha llevado a encarcelar a los veintitrés vecinos de la población en apenas dos semanas. "Especulación urbanística había poca --explica Cantalapedra-- porque aquí sólo hay unos pocos de avellanos. Los intenté recalificar para ver si podíamos cambiarlos por nogales, que las nueces son más grandes, pero no funcionó porque se ve que también había que replantar y aquí no estaban por la labor". Pero, claro, la especulación no es únicamente urbanística. "El primero al que arrestamos fue al Robrenyo, que se asomó un día y dijo me parece que hoy lloverá, y eso es una especulación como una casa". Y así, poco a poco fue cayendo el resto de los vecinos: "La Pilar le dijo a la Josepa que el dolor de piernas sería por la artritis y la Josepa le contestó que a lo mejor sólo era reuma. El Joan dijo que el año que viene se podrá comprar una tele nueva. Y luego el Antoni soltó que el nuevo James Bond sería peor que los anteriores, que ya es decir". No acabó ahí la cosa: "También detuvimos a la mujer del Antoni por mirarse al espejo, que viene del latín especulum, que es lo mismo que especular, pero en latín. Y a los dos chicos jóvenes del pueblo, el médico y el del bar, que nunca me acuerdo de cómo se llaman y que dijeron un viernes que se iban a Barcelona a ver si ligaban. Y eso es especular, también; o sea, la esperanza de un culo, sólo hay que ver la palabra misma que lo dice". El último en caer fue el mosso d'esquadra que ayudaba al alcalde en los arrestos: "Cogió y me dijo que al final me iba a quedar yo solo. Eso le valió que le ordenara que se metiera a sí mismo en el calabozo. Ahí los tengo a todos, esperando a que venga el juez, que me ha dicho por teléfono que si estoy como una puta cabra o qué es lo que me pasa a mí. Está sorprendido por mi valentía. Y es que se creen que todos los políticos son iguales y no es verdad. Algunos nos enfrentamos a los delincuentes con mano de hierro y tenemos la conciencia limpia y dormimos cada noche de un tirón sin dar vueltas en la cama".


 
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martes, 28. noviembre 2006
Jaime, 28 de noviembre de 2006, 16:11:08 CET

Por fin alguien piensa en nuestras necesidades


Hoy en día e incluso ayer en noche y posiblemente mañana en tarde es, fue y será importantísimo dar una buena imagen y sentirse además contento y seguro con dicha imagen. ¿Quién no ha temblado de pánico ante la posibilidad de que alguien le pregunte, por ejemplo, si podría deleitar a los amigos interpretando alguna pieza de Chopin al piano? ¿Es que uno va a verse obligado a corregir a su interlocutor, con lo violento que es eso, para reconocer una carencia en la propia educación musical, id est, que uno ni siquiera sabe cómo huele un piano y que por tocar, ni de tacto, oiga? Por suerte, Jakob Adenauer ha inventado una serie de cosas con el sano objetivo de que la gente no se sienta avergonzada. Como por ejemplo, el piano sin teclas. Incluso un manco puede tocar cualquier pieza en este instrumento, por complicada que sea. La ausencia de melodía será siempre reprochable a la carencia de teclas del instrumento y no a la posible, pero no demostrada, ignorancia del intérprete. Pero aún hay más: quienes no sepan leer podrán adquirir la colección de obras maestras de la literatura Selección Adenauer, en cuyas páginas únicamente hay ilustraciones. Ilustraciones en el idioma original del libro, que impresiona más. Y quienes no sepan escribir, podrán contar con el teclado blanco Adenauer. Siempre podremos disculparnos por teléfono con quien haya recibido nuestro correo electrónico y explicarle que la ausencia de letras en el teclado es lo que nos ha impedido componer un mensaje coherente. Quienes no sepan conducir y se consideren por ello menos urbanitas, tienen a su disposición el Ademóvil, un coche sin ruedas, frente a cuyo volante puede sentarse cualquiera sin miedo a multas, aunque con el inconveniente de que no se llega muy lejos. Adenauer también es el creador del tupé para calvos orgullosos de su calvicie, que consiste en un una peluca sin pelos. Y del vino sin alcohol, para quienes se avergüencen de sus horribles resacas. Por no hablar de la cocina que no cocina (es una pena que tengamos que ir otra vez al chino, con lo bien que me hubiera salido a mí el pato con peras) y del reloj de agujas sin agujas, para quienes no se aclaren con esos relojes, pero se avergüencen (comprensiblemente) de llevar digitales. En definitiva, gracias a Jakob Adenauer podremos superar nuestro sentido del ridículo y seguir con nuestra meteórica carrera profesional que nos llevará, un día de estos, a excelencias tales como, no sé, pagar algún que otro almuerzo con la tarjeta de la empresa, cosa a la que aspiran muchos, por lo que digo yo que estará bien, que tampoco es plan de llevarle la contraria a la gente sólo porque sí, que eso no hace más que agriarle a uno el carácter, todo el día protestando, que no haces otra cosa, joder, déjame en paz ya, si a mí me gusta, pues ya me está bien, tío borde, a ti lo que te pasa es que eres un envidioso y un amargado, ya te gustaría a ti, pero, claro, como no puedes, pero no es que no puedas, es que no quieres, vago, más que vago, tú no naciste cansado, tú naciste echando la siesta, a ver si espabilamos, que tienes ya cuarenta años y sigues repartiendo el correo en la oficina, cualquiera diría que te contrataron porque desgravas, que no haces más que quejarte y rascarte, todo el día ahí sentado, que te da pereza hasta irte a casa. Anda que no.


 
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martes, 21. noviembre 2006
Jaime, 21 de noviembre de 2006, 15:12:16 CET

Test: ¿Eres pelirrojo?


¿Tienes pecas por todo el cuerpo? ¿Te llamaban Zanahoria (o Zanahorio) en el colegio)? ¿Quizás Panocho o Panocha? ¿La gente sugiere que eres un hijo del diablo? ¿Que traes mala suerte? Conoce la respuesta a estas preguntas contestando a este breve test:

1. Mírate al espejo. ¿De qué color es tu cabello? a. Rojo. b. Castaño. c. Rubio. d. Otros.

2. Un amigo te pide ayuda para una mudanza. a. Le ofreces las páginas amarillas para que busque una buena compañía de mudanzas. b. Te arremangas y comienzas a cargar cajas, estés o no en casa del susodicho (y presunto) amigo. c. Silbas y te alejas sin darle la espalda. d. Castaño.

3. Estás acabando un risotto al pesto y no sabes si echarle primero la albahaca o el ajo. a. Tiras la cacerola a la basura y corres a llorar a tu habitación. b. Lo consultas en Google. c. Moreno. d. Llamas a tu amigo y cedes: le ayudarás en la mudanza. Hay que ver lo que hay que hacer, para eso sirven los amigos, para tocar los cojones.

4. Hace tiempo que no vas a visitar a tus padres. Tu madre te llama llorando y amenaza con desheredarte. a. Sales del dormitorio, vas a la sala de estar y les saludas. b. Primero el ajo. c. Moreno claro. d. Aceptas ese trabajo en Normandía. ¡Siempre te ha atraído la aventura!

5. Tu color favorito es el: a. Marrón. b. Gris. c. Gris oscuro. d. Beige. e. Castaño. f. Marrón claro. g. Gris. h. Otro gris. Ése. Aunque prefiero el rojo. ¿No podías poner colores normales? i. Rubio. j. Llamas a tu madre y le prometes que irás a verles el sábado.

6. De niño siempre te disfrazabas de: a. El sábado sin falta, te lo prometo. b. Pirata. c. Vaquero. d. Bueno, igual el domingo. e. Nudista. f. Rubio. g. Niña h. Gris. i. Primero el ajo, hombre.

7. ¿Crees que a veces sólo sabes ver un lado de las cosas? a. Sí.

8. En el aeropuerto te toman por un terrorista. ¿Cómo reaccionas? a. Gritas "¡bomba!" entre carcajadas. b. Castaño. c. Ya conoces el procedimiento, así que comienzas a quitarte la ropa. d. Sí. e. Otros.

9. Vuelve a mirarte al espejo y reconsidera la respuesta a la primera pregunta. a. Ahora que lo comentas, igual sí que es más rubio oscuro que castaño claro. b. Beige. c. Moreno. d. Rojo.

10. Te invitan a una fiesta, pero te han dicho que él (o ella) estará presente. a. Prefieres no ir. Le debes demasiado dinero. b. A y B son correctas. c. Ninguna de las anteriores. d. Dos de las posteriores. e. Sí. f. Castaño. g. Las dos y media. h. Siempre que sea posible.

11. A la hora de comer, prefieres: a. Carne. b. Pizza. c. Creo que el servicio militar no debería ser obligatorio. d. Di si estás de acuerdo con las siguientes afirmaciones: d1. Castaño. d2. Pelirrojo. d3. Moreno. d4. Rubio. d5. Ni ajo ni albahaca, a tomar por culo e. Pescado.

12. ¿Qué tipo de películas te gustan más? a. Las de terror. b. Las románticas. a. Qué cursi, las románticas dice. b. Oye, qué pasa, sobre gustos no hay nada escrito. a. A lo mejor deberías leer más. c. ¿Me dejáis contestar a mí, o vais a seguir monopolizando las opciones? a. Perdona. b. Di. c. Las comedias. d. A mí también me gustan las de terror. c. Tienes que decir otras. d. Porque tú lo digas. a. No, es verdad, tienes que decir otras. d. Bueno, vale, pero por no discutir más, no porque crea que tenéis razón... c. Va, no te enrolles. d. Vale, vale, las de acción mismo. Pero para la próxima me pido ser la a.

13. ¿Te consideras una persona demasiado dubitativa? a. Quizás. b. Puede. c. No sé qué decirte. d. Rubio.

14. ¿Qué opinas acerca de las supersticiones? a. Que menos mal que has añadido otra pregunta y así no suman 13. b. Rubio. c. Yo no soy supersticioso, que eso trae mala suerte... ¡JAAAAA! ¿A que no te sabías esa? d. Géminis.

Resultados: Mayoría de a: ¡Felicidades! ¡Eres pelirrojo o pelirroja! O al menos vas teñido o teñida, cosa que no sabremos a ciencia cierta hasta que te veamos en pelota picada, ja, ja. Mayoría de b: Necesitas esforzarte para llegar a tener el pelo rojo. Te recomendamos que salgas más y que intentes modificar tu ADN. Hoy en día hay muchas clínicas ilegales que prometen milagros. Entre 45 y 65 puntos: Fíjate en los techos y copia los colores. No tengas en cuenta las tomas de tierra. Otras: Mides más de metro treinta, cosa que debería llenarte de orgullo y satisfacción.


 
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lunes, 20. noviembre 2006
Jaime, 20 de noviembre de 2006, 9:43:59 CET

Y si...


O. J. Simpson va a publicar un libro en el que narra cómo hubiera matado a su mujer, en caso de haberlo hecho. Siguiendo esta moda iniciada por el deportista retirado, voy a comenzar una serie de novelas protagonizadas por el no-asesino Ignacio Fuencarral, cuyas siglas forman hábilmente la conjunción condicional inglesa IF. Ignacio Fuencarral narrará los asesinatos que NO cometió COMO SI los hubiera cometido. El primer libro enlazará con temas de actualidad y se titulará Cómo hubiera colgado a Sadam Husein, en caso de haber sido su verdugo. El libro explica cómo hubiera escogido la cuerda, cómo hubiera probado el mecanismo de la trampilla, cuáles no fueron sus reflexiones durante la noche anterior, qué sentimientos no tuvo, pero hubiera podido tener, al ver cómo Sadam se dirigía al patíbulo. En el segundo título (Old Jolly Bloody England) nos explicará cómo no dejó Oriente Medio para irse a Londres, y nos hablaría de lo que hubiera sentido si uno de sus antepasados hubiera sido Jack el Destripador, cosa que no es verdad. También narrará cómo decidió no emularle y no violar ni asesinar a una prostituta de los bajos fondos londinenses. El tercer título nos introducirá en la que hubiera sido su biografía si se tratara de una vida atormentada y no de una normal y aburrida. En Así no maté a mi abuela, pero ganas no me faltaron recordará la que no fue su infancia, pero podría haberlo sido: una familia pobre, un padre alcohólico, una abuela tirana y una madre anulada. Y cómo hubiera huido de ese triste panorama: hubiera asesinado a su abuela y hubiera salido corriendo sin mirar atrás para iniciar una vida que lo convertiría en un terrible y sanguinario asesino. Hay que aclarar que en realidad tuvo una infancia feliz en Cuenca y su abuela es una señora muy agradable que le sigue dando cinco euros cada vez que le ve. El cuarto libro de la serie nos descubrirá las que no fueron sus andanzas como asesino a sueldo de mafias del este. En Yo jamás fui un sicario Fuencarral explicará sus trabajos (y placeres) imaginarios en el sur de España, en la Costa Azul francesa, en Cerdeña, en Berlín y en Varsovia, además de incluir un final trepidante en París. El quinto libro, La no muerte de IF, revelará el que podría haber sido el error fatal de este no-asesino: enamorarse. Rebeca García, femme fatale a pesar de su apellido, hubiera engañado al protagonista para que asesinara a su marido. En tal caso, la maraña se hubiera enredado y el cuerpo de IF hubiera acabado cayendo cataratas del Niágara abajo. El sexto y último libro, El no retorno de IF, explicará cómo Fuencarral se hubiera salvado de su caída a las cataratas, en caso de haber caído, y cómo le hubiera ajustado las cuentas a la pérfida Rebeca, en caso de que la tal Rebeca hubiera existido. Espero que os gusten, suponiendo que se escriban, que no se escribirán, y que los leáis, cosa que no haréis.


 
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