diciembre 2010 | ||||||
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El misterio de los bebedores desaparecidos
Es posible que algunos de mis más observadores lectores (probablemente no el señor de las setenta y seis dioptrías) se hayan dado cuenta de un curioso fenómeno que se está dando en muchos bares: la gente desaparece. Aquel amigo al que sólo eres capaz de recordar arrastrando las consonantes y con un gin tonic en la mano deja de apoyarse en su barra favorita de una semana a la siguiente. Esa chica tan guapa que a veces se digna a hablarte ya no toma sus rones en la mesa de al lado. Tu amigo de la infancia de repente ya sólo llama para hacer algo que al parecer se llama "tomar café una tarde de estas" y que no sabes muy bien en qué consiste. Estas desapariciones han causado consternación y alarma en la sociedad. Obviamente han de tener alguna explicación natural, pero la policía y la ciencia aún no han dado con ella. Eso sí, ya se han difundido las leyendas urbanas que explican este hecho misterioso con historias incomprobables y seres monstruosos que raptan a nuestros compañeros de cervezas. Merece la pena reseñar una de estas historias, la más popular. Es la que trata sobre los llamados BEBÉS. Incluso el nombre parece hacer referencia a esos bebedores que se esfuman. Al parecer, los "bebés" atacarían por lo común y por sorpresa a parejas antes divertidas y dicharacheras. Dicen que sellan las puertas de las casas y retienen a sus inquilinos con toda clase de tretas y armatostes en forma de juguetes infernales, además de rociando a aquellos antes alegres amigos con excrementos, orines y vómitos. Las historias que se oyen son terroríficas y tan exageradas que resultan difíciles de creer. Se habla de "bebés" que mordisquean pechos cada dos o tres horas, agotando la energía del progenitor de turno. Se dice también que gritan como posesos por las noches, impidiendo que nadie en todo el edificio duerma. Y eso que la mayoría de estas criaturas exige silencio absoluto a partir de las ocho de la tarde. También serían celosos hasta el punto de ahogar cachorritos y mearse encima de las visitas. Lo malo es que nadie está a salvo: suelen atacar a parejas, pero algunos explican que ciertos solteros y divorciados pueden verse asolados y aislados del mundo por estos seres egoístas y diabólicos que obtienen satisfacción del hecho de esclavizar a personas inocentes. ¿Y de dónde vendrían estos "bebés"? Las leyendas son variadas y contradictorias. Algunos dicen que se trata de una maldición que acosa a las parejas aburridas. Otros aseguran que tienen origen en China, porque se comenta que mucha gente vuelve de ese país con un "bebé" a cuestas. También hay historias que los relacionan con enfermedades venéreas: estos cuentos probablemente relatados por madres que quieren asustar a sus hijas, nos hablan de una joven incauta que pasa una noche con un apuesto bloguero, para despertar sola y ver que en el espejo del lavabo el tipo ha escrito con pasta de dientes la frase "bienvenida al mundo de la maternidad". Por supuesto no son más que historias absurdas y tontorronas, pero hacen hincapié en este misterio sin resolver: el de los treintañeros, a veces veinteañeros, que desaparecen de las barras de los bares sin que nadie sepa por qué.