Como decía un jefe mío, el lunes es mal día para todo.
Un tipo sensato.
Tenía unas ideas muy curiosas acerca del trabajo, como por ejemplo no darle tanta importancia como suele hacer todo el mundo, además de tener siempre presente que algunos -no todos, eso sí- teníamos una vida propia fuera de la oficina.
Le despidieron a los seis meses.