lunes, 30. enero 2006
Jaime, 30 de enero de 2006, 10:18:49 CET

El tío Sam


Nos encontramos con Osama Bin Laden en una cafetería del centro de Barcelona. Preguntado acerca de los motivos que le han impulsado a visitar la ciudad mediterránea, Sam contesta que ha venido simplemente a tomar un café. "Aunque aquí lo sirven siempre requemado y amargo. No sabéis hacer un expreso en condiciones, no me extraña que todo el mundo pida cortados, malditos infieles, ¡tendréis lo que os merecéis! ¡ALÁ ES GRANDE!" Los periodistas estamos siempre donde está la noticia, pero después de oír aquel grito, saltamos todos detrás de la barra, esperando que la noticia estallara lo más lejos posible. Sam nos calmó: "Pero, hombre, que era broma. El café es una mierda, pero era broma. No llevo nada, tocadme la cintura, ¿veis? Además, yo no me encargo de los atentados suicidas. ¿Acaso el presidente de la Coca-Cola hace fotocopias? Pues eso". Ya casi repuestos del susto, aún blancos y con las piernas temblando, le preguntamos por la tregua ofrecida a Estados Unidos. "Me conservo muy bien, pero ya tengo una edad. Me apetece retirarme y dedicarme a mis cosillas. No sé, casarme con varias personas, cuidar bonsáis, torturar infieles. Lo típico. Pero no creo que Bush acepte. Es un rencoroso". En cuanto a la victoria electoral de Hamas, Sam cree que son unos blandos: "Elecciones... Pudiendo matarlos a todos..." Aprovechamos para preguntarle por cuestiones de política nacional. "A mí no me gusta el estatut. Es muy laico. Igual suena políticamente incorrecto, pero yo pondría algo acerca de matar a todos los infieles". Sam no deja pasar la oportunidad de hablar de fútbol: "El Barça va bien, ¿eh? No me gusta mucho eso de que enseñen las piernas, yo los mataría a todos, vamos, pero igual llegan lejos este año". Por último, le pedimos algún avance de sus operaciones futuras. "Ah, eso no puedo decirlo. Tampoco lo tengo decidido del todo. En realidad, me conformo con no despeñarme por las montañas esas del Pakistán. Un día me voy a caer de cabeza y me voy romper todos los piños. En todo caso, recordad que la vida da sorpresas, como dije cuando le quité el burka a mi tercera esposa. O a lo que creía que era mi tercera esposa. En todo caso, hay que saber aprovechar lo mejor de esas sorpresas, como añadí la misma noche".


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us
enlace directo