jueves, 31. mayo 2007
Jaime, 31 de mayo de 2007, 11:32:49 CEST

Tecnología


A: Disculpe, ¿qué es eso que tiene conectado al ordenador? B: ¿Esto? A: No, eso. B: ¿Esto de aquí? A: No, lo de la derecha. B: Ah, esto. A: No, tampoco, pero eso también es muy raro. ¿Qué es? B: Es un señor de Murcia. Va conectado por usb. A: Anda. ¿Y por ahí se carga la batería y todo? B: Sí, se alimenta por ahí. Pero por las mañanas hay que darle café y a media tarde siempre pide queso o algo de fruta. A: Qué cosas ¿Y qué capacidad de almacenamiento tiene? B: Poca. Lo que le cabe en los bolsillos. Pero estoy pensando en comprarle una mochila, para ampliar. A: Claro. ¿Y ya va bien? ¿No es demasiado grande? B: Sí, bulto hace. Pero camina solo, por lo que no pesa nada, y da conversación. De todas formas, igual me compro una señora de Cuenca, que viene con bolso y dicen que es más simpática. A: ¿No será muy criticona? B: No, las de Cuenca son discretas. Las más cotillas son las de Teruel. De todas formas, tampoco la conectaría mucho. Sería más bien para que criaran. Siempre quise tener mi propia familia conectada por usb. A: Yo también soy un apasionado de las cosas modernas. Siempre llevo mi cámara encima. Fíjese qué foto más bonita. B: Oh, es en blanco y negro. A: Sí, es que mi cámara es de las primeras digitales. Me dio mucha rabia porque sólo tres meses después de comprarla salieron en color. B: Bueno, con estas cosas modernas, ya se sabe. En seguida se quedan anticuadas. Fíjese en Locomía o en el peinado de George Michael. A: Sí. Además, las de color eran carísimas al principio. B: Es lo que tiene. A mí me pasó lo mismo con el VHS y el Beta, pero al revés... A: ¿Tuvo el acierto de comprarse un VHS? B: No, yo aposté desde el principio por los deuvedés. Fue una larga espera, se lo aseguro. Pero, ja, cómo me reí a partir de, más o menos, 1995. A: De todas formas, parece que el deuvedé se nos muere. B: Usted apunte este nombre: gintonic. A: ¿Es el formato que triunfará en unos años? B: No, es la bebida que quiero tomar. A: Cielos, con tanta cháchara había olvidado que mi turno no acaba hasta a las ocho. ¿Con qué quiere el gintonic? B: Con ginebra, tónica, hielo y media rodajita de limón. En un vaso, a ser posible. A: Vasos no nos quedan. Tendrá que poner las manos en forma de cuenco. De todas formas, me refería a la marca de ginebra. B: Pues como marca me vale un lunar gordo, de estos de nacimiento. A: Muy bien. B: Estupendo.


 
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martes, 29. mayo 2007
Jaime, 29 de mayo de 2007, 11:57:55 CEST

Soy víctima de una conspiración


¡El domingo hubo elecciones! ¡Y a mí no me avisaron! ¡Nadie me dijo nada! ¡Es una vergüenza! No por lo de votar, que eso es lo de menos, pero, coño, yo quería presentarme a algo. Ah, malditos, han vuelto a sabotear mis aspiraciones políticas. ¿Sí? ¿Hola? Decía que ah, malditos... ¿Hola? ¿Se me oye? ¿Hola? ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? ¿Se me oye? ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? Decía que... ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? Decía que... ¿Hola? ¿Ahora sí? ¿Sí? ¿No? Que han saboteado... ¿Hola? Que han... ¿Me oyes? ¿Ahora no? ¿Y cómo has contestado? ¿Que lo supones? ¿Qué? No te oigo. ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? ¿Qué? No. ¿Hola? ¿Me oyes? ¿Hola? Sí, ahora... No, tampoco. Ah, cómo odio esto. No, a ti no, a esto. ¿Ahora me oyes? Me están saboteando otra vez. Que me están... ¿Hola? ¿Me oyes? Están todos en mi con... ¿Hola? Espera, que me muevo. Muévete tú. Voy a tocar algo metálico, a ver si. No, es peor, da calambre. ¿Hola? ¿Hola? ¿Me oyes? En fin, será mejor que aproveche estas interferencias absurdas (ni siquiera estoy hablando por el móvil, esto es una tontería como una casa) para hablar de otro tema: un amigo me comentaba ayer... Bueno, un amigo. Un conocido. Y gracias. Amigos, amigos, lo que se dice amigos, hay pocos. Se pueden contar con los dedos de una mano. Y sobran tres dedos. Y yo me cortaría los otros dos, por si acaso. Porque hoy en día no te puedes fiar de nadie. Una pena, el mundo en el que vivimos. La sociedad está podr... A ver un momento, que parece que ahora funciona esto. ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? Decía que... ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? Esto absurdo, te llamo luego. Ah, ahora me oyes. Decía que han vuelto a sabotear mis aspiraciones políticas. ¿Estás ahí? ¿Hola? Ah, qué susto, pensaba que no me oías. Sí, pues eso. Que han vuelto a sabotear mis aspiraciones políticas. Nada más, sí. ¿Por qué? ¿Hola? ¿Hola? ¿Me oyes? ¿Hola? ¿Hola? ¿Sí? ¿Hola? ¿Me oyes? No, que nada más. Sí, sólo eso, lo del sabota... ¿Hola? Que nada más. Pues eso. Venga. Vale. Pues hablamos... ¿Hola? ¿Hola? ¿Qué? No te oigo. ¿Hola? ¿Sí? No, que hablamos mañana. Mañana. Mañana. ¿Hola? Mañana. Que hablamos. Mañana. No, mañana. Vale. Vale. ¿Hola? No, sólo decía que vale. Vale. ¿Hola? Vale. Pues venga. Vale. Eso. Hasta mañana. Sí. Hasta mañana.


 
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lunes, 28. mayo 2007
Jaime, 28 de mayo de 2007, 10:20:01 CEST

Fobia


Voy al psiquiatra para tratarme una horrible fobia. Tengo un miedo irracional a los asesinos a sueldo que quieren matarme. Es ver a un asesino a sueldo que pretende acabar con mi vida y me entra un miedo absurdo que en ocasiones me ha llevado incluso a llamar a la policía. Obviamente, los agentes que han acudido a mi llamada siempre han recriminado mi alarmismo. Con educación, eso sí. Y también me han obligado a disculparme ante el asesino a sueldo, que ha aceptado mis excusas y ha disparado. Dice el médico que lo mejor que puedo hacer es ir enfrentándome poco a poco a este temor. Así, la próxima vez que vea a un asesino a sueldo que quiera matarme, lo que debería hacer es respirar profundamente e intentar dominar ese impulso que me obliga a gritar y a salir corriendo. Poco a poco podré controlar ese temor y aguantar más tiempo junto a un asesino a sueldo que quiera matarme. De todas formas, ya me han dicho que mis relaciones con los asesinos a sueldo que quieren matarme nunca serán normales. Siempre sentiré miedo y respeto hacia estas personas que me disparan o me apuñalan a cambio de dinero, por muy irracional que pueda parecer este sentimiento y por mucho que aprenda a controlarme en su presencia, e incluso a ser amable y simpático. Envidio a las personas que tratan con alegría y educación a los asesinos a sueldo que quieren matarles, y les invitan a tomar café y charlan de sus cosas e incluso mantienen relaciones sexuales con ellos o ellas. Una conocida se casó con un asesino a sueldo que quería matarla. Tuvieron tres hijos. Y un perro. Los perros también me dan miedo. No me importaría mantener una relación de amistad o lo que surja con una asesina a sueldo. Las hay que son muy guapas. Pero, claro, no se puede ser amigo de alguien que te hace sudar frío, te provoca taquicardia y temblores, y ganas de gritar mucho si se acerca, pistola en mano y apuntando a tu cabeza. Ojalá pudiera evitarlo.


 
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jueves, 24. mayo 2007
Jaime, 24 de mayo de 2007, 11:03:37 CEST

Algunas retransmisiones deportivas sinceras


Fútbol Se pasan el balón en el centro del campo. Están todos quietos. Uno trota. Se para. Se vuelven a pasar el balón. Se lo pasan al otro equipo. Siguen paseándose por el centro del campo. Trotan. Uno camina. Se pasan el balón. Otra vez. Y otra. Otra más. Aún se lo pasan otra vez. Siguen. Siguen. La pelota se para. El portero grita algo. Un espectador insulta al árbitro. Los jugadores se pasan el balón en el centro del campo. Otro pase. Otro más. Se la pasan otra vez. Y otra. Una vez más. Pase atrás. Pase al frente. Pase al lado. Pase al otro lado. Pase al mismo lado del principio. Pase largo. Sale fuera. Un espectador le pega a otro. Alguien tira una moneda. Le da al portero, que se cae. Se para el juego veinte minutos. Se reanuda el juego. Se pasan el balón en el centro del campo.

Ciclismo Están pedaleando. Avanzan todos juntos. Siguen pedaleando. Llevan tres horas así. Ahora hay dos que beben agua. Siguen pedaleando. Pedalean. Ahora hay una cuesta. Pedalean. Pedalean. Y, a ver... Sí, pedalean. Uno se deja llevar sin pedalear. Otro se rasca. Hay dos que hablan de sus cosas. Siguen pedaleando. Ahora cogen una curva. Uno adelanta a otro. El otro adelanta a uno. Pedalean. Sólo faltan dos horas para que acabe la etapa y esto está muy emocionante. Otro que bebe agua. Pedalean, pedalean. Pedalean. Y parece que... Efectivamente, siguen pedaleando. Ahora una vista desde el helicóptero. Frase usando la expresión "serpiente multicolor". Pedalean. Uno come algo, desde aquí no se ve lo que es. Un bocadillo supongo. Esto es espectáculo, señores. Pedalean. Siguen pedaleando. Un poco más. Ni cuesta abajo dejan de pedalear. Bueno, esos de ahí, sí. Perdedores. Uno se ajusta la gorra. Pedalean.

Baloncesto Diez monstruos de más de dos metros de altura, mandíbula desproporcionada y pelos en los hombros han encontrado una forma de que la gente les admire sin tener que arrancarle la cabeza a nadie.

Maratón urbana --¿Cuándo les decimos que en metro tardarían veinte minutos en hacer el mismo recorrido? --Espera, espera, que hace tiempo que no me reía tanto. Mira ese como suda. Apuesto cincuenta euros a que se desmaya en menos de media hora.

Fórmula 1 Han dado otra vuelta. Y otra. Parece que uno va a adelantar a otro. No, le está doblando. Ahora sí, el rojo está pegado. Sigue pegado. Está más pegado. Ahora se despega. Otra vuelta más. El rojo sigue pegado. Lo intenta. Sólo ha conseguido despegarse un poco. Sigue pegado. Uno para y pone gasolina. Sale. No adelanta a nadie. Sato golpea a otro. El rojo sigue pegado. Más pegado. Más. Menos. Se pega mucho. Más. Parece que... No. Sigue pegado. Le va a adel... No. Se pega más. Se despega. Mantiene la pegazón. Se pega más. Un poco más. Menos. Más. Más. Menos. Otra vuelta. Está pegado. Se despega. Se pega más. Menos. Más. Faltan veinte vueltas, así que ya no merece la pena arriesgar y se despega un poco.

Tenis Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Ahora le da el otro. Punto. Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Punto. Uno le da. Ahora le da el otro. Punto. Uno le da. Falta. Uno le da. Ahora le da el otro. Punto. Uno le da. Uno le da. Uno le da. Uno le da. Uno le da. ¡Eh, está haciendo trampas! Ahora le da el otro. Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Ahora le da el otro. Punto. Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Punto. Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Ahora le da el otro. Uno le da. Punto. Uno le da. Falta. Uno le da. Punto.

Atletismo Corren. Van rápido. Llegan a la meta. Ha ganado el que se ha dopado más. O mejor. Todos morirán antes de cumplir los cincuenta.


 
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miércoles, 23. mayo 2007
Jaime, 23 de mayo de 2007, 10:17:39 CEST

Pronunciación


Un amigo extranjero tiene un acento rarísimo. Sí, sí. Rarísimo. No, más raro aún. Por ejemplo, le cuesta mucho decir esparadrapo. Sí, ya lo sé, es la clásica palabra que les cuesta a los extranjeros. Pero es que en vez de esparadrapo dice reloj de pared. En serio. Y hay más palabras… A ver que piense… Gafas, tampoco sabe decir gafas. Lo pronuncia sandalias. El otro día entró en una óptica con la intención de probarse unas sandalias de sol. En serio. Iba con él y pensaba que se estaba intentando quedar con el de la tienda. El tío diciendo sí, unas sandalias, como esas de allí. Y yo pensando, nos van a echar a patadas. Pero es que en su país son muy raros. Hablan una lengua complicadísima: no tiene nada que ver cómo se escribe y cómo se pronuncia. Su nombre, por ejemplo, se escribe Gröf56har Stûbednar€. Sí, con € final. Pero se pronuncia Roberto. Sólo Roberto, nombre y apellido. Y al revés. Culo, por ejemplo… Sí, vale, ya sé, es lo de siempre, le hemos preguntado cómo decir todas las tonterías en su idioma, incluidos varios tacos y "quieres acostarte conmigo", y no sabemos dar los buenos días, pero deja que te cuente: culo en su idioma se escribe rase, pero se pronuncia frggrefç. No, así no: frggrefç. Hay que poner la lengua en el paladar y luego… No, lo haces mal. Mira cómo se mueve mi nuez cuando hago el : frggrefç. Bueno, déjalo, tienes que practicar más. A mí al principio tampoco me salía. No, teta se dice igual. Y se escribe casi igual. No tiene gracia. La palabra, digo. Por cierto, ¿por qué me llamas Ignacio? No, no me llamo Ignacio. Se escribe igual, Ignacio, pero se pronuncia Esteban. Sí, i, ge, ene... Est... a, ce, i, o... Esteban. No, no pasa nada, todo el mundo se confunde. Pero me suelen llamar Enrique.


 
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