jueves, 17. diciembre 2009
Jaime, 17 de diciembre de 2009, 8:11:45 CET

Silvio Berlusconi: "Yo soy conservador, pero mejor que conserven los demás"


“¿Vienes a pegarme? ¿Vienes a pegarme TÚ TAMBIÉN?” Así es cómo me recibe Silvio Berlusconi cuando acudo raudo y veloz a visitarle al hospital: preguntándome a gritos sobre mis supuestamente violentas intenciones, poniéndose de pie sobre la cama y blandiendo un tetra brick de zumo a modo de machete. Obviamente, le tranquilizo y le digo que no, que los amigos de mi amigo Flavio Briatore son mis amigos. “Menos mal —contesta—. Es que últimamente no me fío de nadie. Menuda hostia me soltaron. En serio, estos católicos son unos radicales de mucho cuidado”. Ahí me pilla con el paso cambiado. ¿Los católicos? “Hombre, por supuesto, te recuerdo que me pegaron una HOSTIA con una reproducción a escala de la catedral de Milán. Una iglesia. Una iglesia católica. Suerte que no era un musulman, porque con el minarete igual me saltan un ojo”. Hum. El argumento es demoledor cual puñetazo en los dientes, pero considero que aún faltan datos como para creer que los católicos somos capaces de agredir así a un anciano feo y senil de 73 años. “Es por mi modo de vida: las mujeres, los divorcios, la viagra mi vanidad (te recuerdo que me he hecho implantar mi hermosa cabellera), mi escasa ética a la hora de amasar una fortuna, gastarla y además meterme en política para evitar acabar en la cárcel… No hay nada de cuanto haga que no soliviante a cualquier cristiano convencido, y además con razón. Soy un pecador a conciencia. Y se me da más que bien; tú dirás, toda la vida practicando”.

El resto, en Libro de notas.


 
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lunes, 14. diciembre 2009
Jaime, 14 de diciembre de 2009, 14:51:24 CET

Las aventuras de Oh Bama


Todos consideraban a Barack Obama un tipo serio y formal hasta el aburrimiento. Durante el día, era un funcionario de Washington. También era un buen padre de familia, esposo amable y amante normalillo, pero considerado. Era un señor tan normal, tan sencillo y tan poquita cosa que nadie sospechaba que cuando caía la noche, Obama se convertía en Oh Bama, el superhéroe ante el que los criminales huían despavoridos, estirándose de los pelos y gritando "horror, ah, horror". En apenas unas semanas, evitó dos violaciones, tres robos a bancos, siete asesinatos, dos entregas de cargamentos de cocaína y seis peleas de bar. Oculto entre las sombras de la noche, sorprendía a los delincuentes con mensajes de paz, ataques con medallas del premio Nobel, abrazos cariñosos e incluso algún que otro baile sexy. Los maleantes acababan llorando y reconociendo que todo aquello sólo lo hacían porque nadie les había dicho nunca "te quiero y confío en ti". Oh Bama sí. Oh Bama, les rodeaba con su brazo, les llevaba a un sitio tranquilo y les invitaba a un té calentito. Les decía "estoy aquí contigo, háblame, te escucho". Y ellos hablaban y lloraban y reían y al final de la noche se habían matriculado en una universidad a distancia para hacer realidad su sueño de convertirse en respetados dentistas o reputados ornitólogos. Pero Oh Bama, aunque poderoso, sólo era un hombre, y sus andanzas nocturnas comenzaron a pasarle factura. Llegaba al trabajo tarde y sin afeitar, cometía errores continuamente e incluso llegó a quedarse dormido en su mesa. Su jefe le llamó la atención en un par de ocasiones, con cariño, claro, no sin mencionar que todo el mundo valoraba sus años de dedicación y que aquello se lo decía con la intención principal de mostrar su preocupación por él. Ya, pensaba Oh Bama --que entonces era más Obama que Oh Bama--, y una mierda. Llevo años limpiándole el culo a todo el mundo en este despacho y nunca me han dado ni las gracias. Y ahora paso unos días malos y en vez de apoyo, todo lo que tengo son amenazas veladas y falso colegueo. En casa no le iba mucho mejor. Estaba siempre cansado y, en consecuencia, de mal humor. Sus hijos le rehuían, asustados por sus continuas broncas y gritos, y su mujer sospechaba de sus salidas nocturnas. Él le había explicado que tenía insomnio y que el médico le había recomendado largos paseos, pero ella pensaba que tenía una amante. Obama se encerraba a veces en el baño a llorar de rabia. Nadie tenía ni idea de sus esfuerzos, de sus logros, de su empeño por hacer de Washington una ciudad limpia de delincuentes en la que fuera agradable vivir. No se lo podía decir a nadie porque, claro, podría poner en riesgo a su familia y a sus amigos. Pero no podía evitar la rabia cada vez que en lugar de agradecimientos, oía reproches. Lo peor era que sí que se ensalzaba a Oh Bama. Incluso los mismos que le echaban en cara su cambio de actitud, no dejaban de alabar los esfuerzos de aquel luchador enmascarado cuando surgía la ocasión. Lo malo era que a Obama no le gustaba que se hablara tan bien de Oh Bama, porque él en realidad era Obama: Oh Bama no era más que una máscara. A veces tenía ganas de confesárselo al menos a su mujer, pero no lo hacía porque igual era peor, aunque sólo fuera porque ella se preocuparía cuando saliera cada noche a enfrentarse a asesinos y matones. En otras ocasiones, en cambio, quería olvidarse de Oh Bama y volver a su vida de funcionario y a sus noches de descanso. Pero tampoco podía darle la espalda a toda aquella gente en apuros a la que ayudaba. De todas formas, después de apenas veinticuatro días de lucha nocturna contra el crimen, Oh Bama se vio obligado a abandonar su cruzada. Una mañana, conduciendo enfadado por llegar tarde otra vez al trabajo e imaginando los reproches del desagradecido de su jefe, el cansancio pudo con él. No se quedó dormido: estaba demasiado rabioso para eso, pero entre una cosa y otra, tampoco estaba todo lo atento que hubiera debido. Su cerebro dormido e irritado no dio las instrucciones adecuadas a sus pies y al llegar a un semáforo, en lugar de frenar, aceleró. Se saltó el cruce y una furgoneta le dio en todo el costado. No murió, pero resulta complicado luchar contra el crimen desde una silla de ruedas que mueves empujando un palito con la boca.


 
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viernes, 11. diciembre 2009
Jaime, 11 de diciembre de 2009, 14:58:06 CET

Oh, Bama


Dada mi influencia como analista de la actualidad y conocedor de los entresijos de la política internacional, no creo que le extrañe a nadie que durante un tiempo haya compaginado mi labor como importante renovador de las letras españolas con la de asesor de Barack Obama Bin Laden. Esta tarea comprendía la redacción de la mayor parte de sus influyentes discursos. Sin embargo fui despedido tras presentarle el borrador del primero de los que se suponía iba a ser la mayor parte. Era nada menos que el que iba a dar con motivo de la entrega del Premio Nobel de la Paz. Por su interés y por lo que podría haber sido, pero no fue, lo reproduzco a continuación.

Señoras y señores, miembros del jurado, público en general, ante todo, mucha calma y muchas gracias por los sms que han enviado y que me han hecho vencedor en este certamen de Miss Paz. Estoy más que orgulloso por haber recibido este premio que han ganado otros luchadores por la concordia internacional como Yasser Arafat y Henry Kissinger. Creo que es importante hablar de la paz en el día de hoy en el que militares estadounidenses ocupan países extranjeros. La Paz, con mayúscula. Concretamente, Mari Paz, mi amor de la infancia. Apenas teníamos doce o trece años, y en nuestra inocencia nos limitábamos a pasarnos papelitos de pupitre a pupitre, estremeciéndonos cuando nuestros dedos se rozaban. La pobre acabó apareciendo en un descampado, pero a pesar del desconcierto inicial, no había sido violada y asesinada, sino que sólo estaba haciendo un picnic con unas amigas y además había avisado a todo el mundo. Pero ya sabemos cómo es la prensa sensacionalista. Tomemos como ejemplo el caso de Tiger Woods. Un golfista, es decir, un tipo por definición pijo que se dedica a un juego de pijos viejos que, como ya no son capaces de correr, se engañan a sí mismos creyendo que hacen deporte. Cómo odio a los pijos. El caso es que el pobre Woods seguía con su vida habitual, jugando al golf enfundado en esos pantalones de abuelo pijo que llevan todos los pijos que juegan a golf y pensando en sus cosas pijas de golf, como palos y pelotas (ja, ja). Y un día se levanta y un periodista confunde golfista con golferas y le salen amantes por todos lados. Claro, al principio mola, pero luego llega un punto en el que eso de liarse con una diferente cada noche cansa, y llamas al periódico para que rectifiquen y te salen con no sé qué tonterías de la libertad de prensa. ¡Pero si te has equivocado! ¡No soy un golferas, sino un golfista! ¡Tío, que mi mujer me va a dejar! ¡Tío! ¡Tío! Por eso quiero aprovechar este premio para proponer la eliminación de la libertad de prensa, dado que pone en riesgo el matrimonio tradicional y la familia tal y como la conocemos en la sociedad occidental, que es la única que importa: ahora no me vengáis con las costumbres de los nayar. Los nayar tendrían que dejar de hacer eso que hacen y casarse por la iglesia como todo el mundo. Ah, Paz. Mi Paz. Con tus cabellos castaños recogidos en una trenza y esos zapatitos de charol. Que dos o tres años más tarde se convirtieron en una salvaje melena y unos zapatos de tacón quizás demasiado atrevidos para tu adolescencia. ¿Pero acaso la adolescencia no es siempre atrevida o eso nos parecía en nuestra inocente ignorancia? Fue entonces cuando te escribí una carta y un poema. La tarde que iba a dártelos en mano cual papelito pupitrero, te vi morreándote en la puerta del insti con el Jordi. Con el Jordi. En la puerta del insti. Paz, si el Jordi era un imbécil y un pijo, ¿cómo pudiste hacerme eso? Señores del jurado de OT, ténganlo presente: la Paz es una puta. Una zorra. Con el Jordi. Además, para que te enteres, él se lió luego en el Túnel Balmes con tu amiga, la alta, ahora no me acuerdo de cómo se llamaba. Paz, eres una zorra y una idiota y una cornuda. Puta. Uno de los peligros que más asedia a la Paz son las redes P2P, o sea, Peace to Peace. Son un peligro para Paz porque con la nueva normativa estará bajándose un disco de Bisbal o de la mierda que le dé por escuchar a la zorra esta, y entrará la guardia civil y se la llevará arrestada, cosa que no estaría mal, pero tampoco es plan. Creo que hay un tema que la gente está olvidando en todo este rollo. Y es que se dice que la gente no paga por bajarse cosas. Y es mentira. Lo que pasa es que no te pagará a ti, atontao, que eres un atontao. Sí, hablo de Ramoncín. Yo cada mes pago mi adsl y cada tres meses mi cuenta Premium de Rapidshare. Si eso es no pagar nada, ya me dirás tú. Los de Rapidshare y Megavideo y estas cosas se están forrando, no me jodas. Y yo si fuera el dueño de Amazon --mister Amazon, supongo--, haría un Rapidshare: pagas tanto al mes y te bajas lo que te dé la gana. El tema es llegar a acuerdos. Y si llegas a muchos acuerdos te dan el Nobel de la Paz, yo aviso. A ver, si Google ganó el Príncipe de Asturias, ¿por qué no va a ganar Amazon el Nobel de la Paz, por muy puta que sea? Por cierto y ahora que hablamos de música y demás, tengo un grupo de gospel, los Oh Bamas. Podéis visitar nuestro Myspace, o sea, nuestro Ourspace. Hay cinco canciones que podéis escuchar gratis y un montón de fotos molonas de nuestros conciertos. Eso sí, hay que asumir que la gente no pagará un duro por poco que pueda, es ley de vida. Eso es justo lo que me dijo Álex cuando le conté lo de Paz. Que es ley de vida. No sé a qué se refería. ¿Qué es lo que es ley de vida? ¿Que Paz es una zorra? ¿Una zorra gorda? La vi el otro día por la calle… ¡Ja! Toda fofa y con dos niños más feos incluso que el Jordi. Aunque ya no está con el Jordi; lo sé porque le pregunté. Casi ni se acordaba. Claro, como para acordarse del Jordi, que era feo y pijo y tonto. No me extraña que ahora me dé un premio. Se habrá dado cuenta de que cometió un error pasando de mí y liándose con ese pijo de mierda. Pues ¿sabes qué? Ahora es demasiado tarde. Perdiste tu oportunidad, imbécil, ¡métete el premio por donde te quepa! Señoras y señores del jurado, RENUNCIO AL PREMIO NOBEL DE LA PAZ. Oh, ah, sí, escandalícense todo lo que quieran, que me da igual: ahora cojo y me piro en MI AVIÓN, el avión del PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS. ¿Qué hace Jordi, por cierto? ¿A qué se dedica? Oh, es contable. Un puto contable DE MIERDA. Pues yo, Paz, soy el PRESIDENTE de Estados Unidos. Y si me sale de los cojones, mandó a la Cia a por Jordi y se pasa el resto de su vida en Guantánamo. Y ya te puedes imaginar lo que hacen en Guantánamo con los pijos contables. Contable. Qué asco. ¿En qué pensabas, Paz, en qué pensabas? Idiota. Te odio. Aún guardo la carta y el poema que te escribí. Mira lo que hago. Los quemo. Te odio. Zorra insensible, me rompiste el corazón, cerda, guarra. Todo el mundo te maldice, Paz, por lo que me hiciste a mí, ¡a mí!, al gran Oh, Bama. Pero no tengo resentimiento ni rencor hacia Paz. De todo se aprende. El mejor desprecio es no hacer aprecio.Este es el mensaje que quiero transmitir hoy, el día en que rechazo este premio. Mañana ya veremos cuál transmito porque al fin y al cabo soy el hombre más poderoso del mundo y transmito lo que me da la gana. Pringaos, que sois todos unos pringaos.


 
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jueves, 10. diciembre 2009
Jaime, 10 de diciembre de 2009, 8:21:19 CET

Joan Laporta: "Estoy soltero y soy importante"


Me encuentro a Joan Laporta en la entrada de la discoteca Sutton, donde está amenazando a los porteros con un “usted no sabe quién soy yo” porque no le dejan entrar con el pin de la Falange que le regaló su ex suegro y que luce orgulloso en la solapa “a modo de simpático recuerdo hacia esa señorita con la que estuve casado”. Consigo convencerle para que me conceda una entrevista en una cafetería cercana, donde explica que también lleva el pin para dejar evidente su interés por la política: “Cuando acabe con esto del Barça, quiero ser el presidente de la Generalitat con algún partido político de estos que hay, y necesito que quede claro mi interés por las cosas estas de las que hablan los políticos”. No puedo evitar manifestar mis dudas acerca de la compatibilidad entre el pin de Falange y sus habituales manifestaciones proindependentistas. “Ah, que… Vale… No es la misma cosa… —Musita—. Es que no domino mucho el tema, todavía. A mí sólo me dijeron que esto del pin también es política y tal, y me dije, bueno, si vas a ser presidente de la Generalitat, pues venga. Además, si da igual lo que me ponga, que yo he ganado cuatro Copas de Europa, marcando goles en todas las finales, a ver si ahora me vas a dar lecciones. Tú. Payaso”. Le confieso que hay un par de cosas que no acabo de entender de sus pretensiones, a lo que contesta abofeteándome, escupiéndome y llamándome enemigo de Cataluña. Cuando me reincorporo y dado que soy un periodista aguerrido e intrépido, no dudo en preguntarle qué tiene que ver dirigir un equipo de fútbol con la política, tras lo cual salto debajo de una silla para ponerme a cubierto de su ira. “Hombre, claro que tiene que ver —se digna a explicar, después de asegurar que gente como yo mató a Lluís Companys—. Para empezar, el Barça es un equipo de Cataluña, así que podemos decir que presido una parte de Cataluña. Eso supone un claro entrenamiento para presidir Cataluña entera. Jordi Pujol mismo sin ir más lejos aprendió mucho de presidir cosas cuando estuvo al frente de su comunidad de vecinos en 1961”.

El resto, en Libro de notas


 
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jueves, 3. diciembre 2009
Jaime, 3 de diciembre de 2009, 7:33:21 CET

Emilio Botín: "La cosa está mu malita" o (De cómo salvé al mundo de la crisis mundial, y 4)


El mayor bingo del mundo está situado en una colina perdida y privada en el interior de Santander. Y es propiedad del archienemigo del agente Aznar: el conocido hombre de los talonarios de oro, Emilio, alias Botín. De hecho, en cuanto entramos en el local, el propio Botín baja las escaleras a recibirnos, sonriendo, con las gafas de sol puestas y con una rubia colgada de cada brazo. Se nos acerca y dice: Un momento. Antes de que lo diga, quiero transmitir al lector parte de mi pasmo y de mi sorpresa cuando me di cuenta de que él (Emilio) es él (y no digo su nombre, para que cause más impacto cuando él diga: —Pecadorrrl. Te et-taba ep-perando. ¡Eres un cobarde! ¿Esperas ganarme a mirl? Aznar sonríe y asegura que ha venido "a salvar al mundo de la mayor crisis mundial desde la última crisis mundial". Botín se ajusta la corbata y dice que en su bingo "sólo gana la banca. ¡Fistro! Y si no me crees, vamos a jugar UNO CON-TRA UNO. ¡Cobarde!"

El resto, en Libro de notas. ¡Hasta luego, Lucas!

Por cierto, pecadores de la pradera, os recuerdo que podéis seguir comprando mi fistro de novela en ese peazo de Bubok.


 
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