lunes, 21. marzo 2005
Jaime, 21 de marzo de 2005, 16:26:08 CET

El botón


Hay temas que son tan complicados que lo que uno pueda decir siempre suena a hueco. La eutanasia, por ejemplo. Y Terri Schiavo como caso límite. La única ventaja de los casos límite es que nos permiten poner en cuestión nuestros puntos de vista. No se trata de uno de esos ejemplos claros de enfermos terminales que parecen estar muy seguros de lo que quieren, ya sea que les ayuden a aguantar o que les ayuden a morir. Obviamente estos casos tampoco son ni fáciles ni agradables, pero encajan dentro de las ideas que creemos tener acerca de las cosas. Casos como el de Schiavo no encajan en absoluto y por eso nos hacen dudar acerca de si esas ideas son tan firmes y tan sensatas como creemos. Parece claro que Schiavo no podrá mejorar, pero sus padres dicen que sí reacciona a los estímulos. Puede que Schiavo dijera que si le pasara algo así preferiría que no la mantuvieran con vida, pero lo cierto es que no dejó nada parecido a un testamento vital. Schiavo no podrá seguir viviendo sin ayuda, pero eso no significa que su vida sea sólo un incordio y un problema económico porque, obviamente, ninguna vida lo es. Su cerebro está muy dañado y hay quien puede asociar conciencia --incluso alma-- con el cerebro, pero eso no significa que lo mejor sea dejarla morir porque en realidad no está viviendo. Hay gente que tiene muy claro lo que piensa al respecto, pero yo sólo tengo unas cuantas docenas de dudas y, por si a alguien le interesa, la sensación no muy razonada de que no me parece bien quitarle el tubo que la alimenta. Sólo hay un par de cosas de las que estoy más o menos seguro. Primero: me parece ruin que los padres de Schiavo acusen a su aún yerno de querer desconectar a su hija sólo por el dinero del seguro. Se podrá dudar acerca de si es correcto dejar que Schiavo muera, pero creo que es injusto convertir a su marido en un nuevo von Bülow Segundo: me parece cruel dejar morir a alguien de hambre. Imagino que en estos casos se prefiere desconectar una máquina, que es algo que suena muy aséptico y muy clínico. Darle a un botón y fuera. Pero resulta que esa mujer, esté como esté, podría tardar dos semanas en morir deshidratada una vez retirado el tubo. Pero, claro, todo esto es muy complicado y no se trata sólo de darle o no a un botón y creo que es una suerte --al menos y dentro de lo que cabe-- que no se trate sólo de botones.


 
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