noviembre 2003 | ||||||
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El recambio
A falta de que los pactos lo confirmen, parece claro que en Cataluña ha perdido el cambio y ha ganado el recambio, como dicen en Rac1. Total que el próximo presidente de la Generalitat será Artur Mas, el suplente de Jordi Pujol, a no ser que haya sorpresas. Así las cosas, en caliente y sin ánimo de ejercer de analista político, me gustaría destacar cuatro ideas acerca de estos resultados. Primero, que en los recuentos electorales se está poniendo de moda humillar al Psoe. Los convergentes parecen haber copiado lo que hizo Gallardón en las pasadas elecciones madrileñas: ir pasando los datos de escrutinio de modo que al principio de la noche parece que vayan a ganar quienes al final pierden. La broma consiste en dejar que los políticos y militantes socialistas salgan a los balcones ondeando banderas y tirando petardos, para luego ver la cara que se les queda dos horas más tarde. En segundo lugar, soltaré una frase que mañana leeréis en todos los periódicos: los verdaderos ganadores son Esquerra Republicana de Catalunya y su líder, Josep-Lluís Carod-Rovira. El hecho de que el partido independentista vaya a ser clave en los posibles pactos electorales tiene una divertida ventaja: poder leer las úlceras en forma de artículos que escupirán algunos columnistas madrileños cuando vean que ese rojo separatista toca tanto poder. A mí personalmente no me preocupa. Carod es un tipo inteligente y culto. Al menos, lo suficiente como para que todo el mundo le crea cuando dice que él mismo escribe los libros que firma. Además, no es tan radical como nos intentarán hacer creer. Lo tercero que me gustaría destacar es simplemente una corazonada. Visto lo que ocurre con el Psoe, me temo que en marzo del año que viene el PP no sólo conseguirá la mayoría absoluta, sino que alcanzará tranquilamente los 200 diputados, con otro sucesor, Mariano Rajoy, como líder. Naturalmente, esto no tiene nada de malo si tenemos en cuenta que sería el resultado de la voluntad de los ciudadanos que han ejercido libremente su derecho al voto, etcétera, etcétera. A mí lo que me preocupa es la perspectiva de pasar otros aburridos cuatro años triunfales. De la política me gustan pocas cosas, pero las mayorías absolutas son de las que más detesto. Por último, quiero felicitar a Javi, cuyo montaje con las imágenes más divertidas -bueno, es un decir- de la campaña, que se ha podido ver por TV3, me ha hecho soltar más de una carcajada.