sábado, 21. julio 2007
Jaime, 21 de julio de 2007, 20:29:15 CEST

¡Que la prohíban, pero ya!


Me tomo un descanso del descanso: al parecer, un juez ha decidido que se retire del mercado el número de El jueves de esta semana por un supuesto delito de injurias a la corona:

Sinceramente, me parece muy bien, ya que la portada es innecesariamente soez y maleducada con el heredero. Examinémosla otra vez:

Cualquiera que se fije notará que el príncipe usa en este dibujo una oración subordinada condicional, clara y cruel burla a la corona, ya que, como todo el mundo sabe, los Borbones son incapaces de utilizar correctamente cualquier frase subordinada desde el siglo 18, como resultado de los matrimonios entre primos que se llevaban entre los nobles de no hace tanto. Por tanto, esta portada

es claramente injuriosa y humillante. Yo creo que habría que meterla en la cárcel. A la portada. A esta portada:

Así no la tendríamos que ver nunca más. Si es que hasta le han puesto michelines a Felipe:

Con lo fibrado que está el muchacho. Y pelos en el culo, qué horror, la aristocracia no tiene esas cosas:

Además, ¿cómo es posible que la princesa no luzca la cara de placer que sólo saben proporcionar los Borbones españoles? Fijaos, fijaos:

¿Qué clase de cara es esa? ¿Qué expresa? Si al menos pareciera decir "gracias" con la mirada, pero es que ni eso. En fin. Espero que gracias a las oportunísimas medidas legales tomadas no tengamos que soportar la visión de esta portada. Y me refiero a esta:

Ah, la censura, qué recuerdos. Si es que las buenas tradiciones no se deben perder nunca. A ver cuándo volvemos a torturar y quemar a brujas y herejes.


 
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miércoles, 18. julio 2007
Jaime, 18 de julio de 2007, 9:38:21 CEST

Y ahora los monos quieren vacaciones


Hasta hace poco, mi equipo de monos redactores usaba máquinas de escribir. Soy un romántico. Bueno, eso y que el martillear de las viejas Olivetti rescatadas del desguace disimulaba el ruido de los golpes de garrote y el restallar del látigo. Las malditas protectoras de animales, que no me dejan en paz. El caso es que mis compromisos publicitarios y mis asistencias a conferencias y congresos eran tan numerosos, que ya no me quedaba tiempo para revisar los textos y subirlos al blog, así que nombré un redactor jefe y le presté mi viejo 486 con Windows 3.1 para que desempeñara las mencionadas tareas. Algún iluso igual sugiere que un ordenador así no podría conectarse a internet, pero eso sólo es porque pocos conocen todas las posibilidades de las foneras, que permiten conectarse a través de la wifi de la Nasa y acceder a los recursos informáticos de las oficinas centrales de IBM. El problema es que nombré redactor jefe a un irresponsable que se ha dedicado a perder el tiempo con internet. Se pasaba el día bajando series y actualizando su blog, con lo que el trabajo de verdad, el que le daba de comer queso rancio y cáscaras de nueces, se quedaba sin hacer. Tuve que quitarles la conexión, pero montaron en cólera y, en resumen, el caso es que alguien se ha comido mi pie izquierdo. Suerte que no me llamo Christy Brown. Sí, este comentario sobraba. Al menos he podido llegar a un acuerdo con los monos. Verán las series que ya se han bajado (The office, Dexter, las tres temporadas de Arrested development y todo lo que hizo Hugh Laurie antes de House, incluido Stuart Little) y a mediados o puede que a finales de agosto, volverán a trabajar duramente con sus viejas Olivetti, teniendo derecho a un episodio diario de la serie que escojan. Malditos sindicatos. A saber qué será lo próximo que exigirán. ¿Comer carne una vez a la semana? ¿Agua potable? ¿Baño diario? Estos monos quieren vivir como señores. Y yo, que arriesgo mi nombre y mi dinero les tengo que dar hasta la última gota de mi sangre y encima darles las gracias. Qué asco.


 
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jueves, 12. julio 2007
Jaime, 12 de julio de 2007, 12:28:16 CEST

Entrevista a José María Aznar


Después de varios trámites e instancias presentadas a diferentes entidades estadounidenses, logramos reunirnos con Joe Mary Ansar, presidente del gobierno español elegido por aclamación popular entre 1866 y 2004, actualmente dedicado a la filosofía y a la literatura, con éxito de crítica y público. Joe nos recibe en el rancho de un amigo, mesándose la melena y ofreciéndonos un vaso de limonada. "Yo siempre le echo un chorrito de whisky --comenta-- y luego cojo el pickup y me voy a hacer trompos a un descampado". Le preguntamos qué tal, cómo va todo, y nos contesta con una primicia impactante: "He descubierto que soy el hombre más inteligente del mundo. La verdad, ya lo sospechaba: mis amigos me lo decían constantemente. Pero ayer decidí comprobarlo y me compré un libro de tests de cociente intelectual. Fíjate, fíjate: mi CI es de trescientos doce. Por lo que he oído, Zapatero no llega ni a sesenta". A pesar de que nos enseña una revista de sudokus a medio resolver y llena de tachones, ponemos cara de admirarle mucho y preguntamos por un tema que, en lo que se refiere a su figura histórica y a su importancia mundial, es el que más preocupa a los españoles y a parte de los americanos: ¿por qué coño no va al peluquero de una puta vez, que parece tonto con esas greñas? "Amigo Jaime --contesta--, ¿quién te ha dicho a ti que yo quiero que me corten el pelo? Yo creo en la libertad y en las posibilidades individuales de cada cual. Yo me corto mi pelo a mí mismo. Como demuestra la media oreja que guardo en esa cajita de ahí". También le preguntamos por sus planes, y nos comenta que espera que se apruebe la enmienda a la constitución estadounidense para que los nacidos fuera del país se puedan presentar a la presidencia. "Creo que sería un buen presidente de los Yu Ese A. Me gustaría contar con Schwarzenegger o como se escriba como vicepresidente. Lo que no sé es si me presentaré por el partido republicano o por el demócrata. Es que siempre los confundo. Creo que los buenos son los republicanos, pero con ese nombre, no me fío". Como es natural, el rumbo que está tomando España es un tema de conversación fundamental cuando uno está con Joe: "Desde aquí, mi querido amigo Jaime, desde los Llunaited Esteits of Amorica, no veo España, porque estoy muy lejos. Pero ¿ves esa columna de humo? Es Bagdad. Ésa ha sido mi contribución a la historia del mundo. Yo, con mis propias manos, ajusticié al Hitler del siglo 21". ¿Con sus propias manos? "Sí, mi querido amigo Jaime, yo estaba allí, en ese sótano, anudándole la cuerda al cuello. Comencé a apretar antes de que se abriera la trampilla". Y comienza a reír. "Hace poco, por cierto --continúa--, estuve cenando con mis amigos Yorsh y Touni. Tu nombre salió en la converseision. Al parecer, subiste unas little scissors a un avión hace unas weeks. Eres un dorti terrorist. Un bad spaniard. Un terrible setter inglés. Uno, dos, tres, cuatro. Probando, probando. Esta España mía, esta España nuestra. Si descubrimos vida en otros planetas, ¿serán también independentistas o se someterán a mis designios, como los españoles buenos?". Le dejamos, caminando marcha atrás para no darle la espalda, y subimos al coche. Emprendemos rumbo a la columna de humo, que en realidad resulta ser el cartel que anuncia una gasolinera. Llenamos el depósito y seguimos adelante, llenos del espíritu patriótico que nos han infundido las palabras del presidente.


 
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martes, 10. julio 2007
Jaime, 10 de julio de 2007, 20:20:39 CEST

Ola


A: Ola, qué tal. B: Es hola, con hache. A: Ah, gracias... Siempre me equiv... ¡Un momento! ¡Ese chiste es de Queneau! B: Que no. A: Pues eso, Queneau. Pero se escribe Queneau. Bueno, el chiste no es exactamente igual, pero el concepto es el mismo. B: Que no es suyo, digo. A: No, claro que no es mío. Es de Queneau. B: Cielos, esto es horrible. A: Sí, a veces me dan ganas de replantearme qué hacemos aquí tú y yo. B: Contando chistes malos en un blog de tercera. A: Chistes por lo general plagiados. B: Yo he interpretado a Hamlet, ¿sabes? A: Yo hice de Lady Macbeth. B: ¿De Lady...? A: Sí, bueno, es una historia muy larga. Bueno, no tanto: me vestí de mujer y me dieron el papel. En todo caso, sólo soy una asexuada A, o sea que da lo mismo. B: Eso sí. JAIME: Eh, eh, eh, ¿qué pasa aquí? A: Nada, que no sabemos muy bien si continuar o no. B: Es que el texto de hoy es bastante malo. Peor incluso de lo habitual. No hay pasión. Ni una mínima crítica soterrada al capitalismo contemporáneo. Se nota que necesitas vacaciones. A: ¿Y qué hay de las motivaciones de mi personaje? ¿Eh? ¿Qué le impulsa a decir ola sin hache, por ejemplo? JAIME: Pues es uno de los diálogos que me han dado fama mundial. Después de los de Platón vienen los míos. Me lo dijo un tipo que conozco, así que será verdad. Y cronológicamente hablando, esa afirmación es irrebatible. Además, el texto tiene salidas muy buenas. B: ¿Salidas muy buenas? ¿Te refieres a cuando le digo si me presta cinco minutos? A: Y yo le digo que sí. B: Y yo contesto que gracias a su generosidad, ahora moriré cinco minutos más tarde. ¿Te refieres a eso cuando hablas de una buena salida? JAIME: (Palmoteándose repetidamente el muslo.) Ji, ji, ji... Ji, ji, ji... Es bueno... Ji, ji, ji... A: ¿Pero de qué te ríes, si lo has escrito tú? Ya sabías cómo acababa. JAIME: Es que lo hacéis con mucha gracia. B: ¿Tú crees? JAIME: Que sí, que sí. Me prestas cinco minutos dice... Pero, claro, es en sentido literal. Y el otro cree que sólo quiere un poco de atención. Muy bueno. Y hay otro momento bastante cachondo también. A: Cuando hablamos de mi mujer. JAIME: Ji, ji, ji... Ése, ése... B: Ay, Dios, es que es insufrible. JAIME: Ji, ji, ji... A: No pienso hacerlo. JAIME: Ji, ji, ji... B: Va, acabemos cuanto antes. A: No! No quiero. Yo he interpretado a Ionescu. B: Ya, yo también jugaba a fútbol. Pero hay que pagar una hipoteca. JAIME: Va, venga, que se alarga. Ji, ji... Se alarga... Se me ocurrido un chiste buenísimo. Con malentendido sexual incluido. Lo voy a apuntar. A: A veces lamento tanto haber vendido mi revólver. B: El asesinato es delito. A: El suicidio, no. B: Venga, dale. Acabemos con esto y vamos a tomarnos unas cervecitas. A: Eso, unas cincuenta cervecitas. B: Cada uno. A: El otro día le comentaba a mi mujer... JAIME: (Intentando contenerse.) Ji, ji, ji... A: El otro día le comentaba a mi mujer que tenía que salir más a menudo. B: ¿Y qué te dijo? A: No la oí, es que está enterrada muy abajo. ¡OH, POR FAVOR! Es tan malo que ni siquiera es de mal gusto. JAIME: (Palmoteándose repetidamente el muslo, cada vez con más violencia.) Ji, ji, ji... Ji, ji, ji... Es bueno... Ji, ji, ji... Porque resulta que está muerta... Pero hablan de ella y con ella como si no. Como si les pudiera contestar. B: Es espantoso. A: No lo soporto. C: Hola. JAIME: Er... Hola.. C: Venía por si hoy tenía alguna línea. JAIME: No, no. Ya te llamaré. C: Bueno... JAIME: Qué poca gracia tiene ese tío. No me gusta nada. A: Es un soso. B: Parece que lea. JAIME: Me sabe mal, porque es buen tío, pero es que es tan malo. A: Horrible. C: Esto... Aún no me he ido. JAIME: Oh, no hablábamos de ti. C: Ah, bueno. JAIME: Y además es tonto. C: Que todavía no me he ido. JAIME: Que no hablamos de ti. C: Ah. JAIME: Se lo cree todo. C va a decir algo. Frunce el ceño más o menos como si estuviera pensando. Al final no dice nada y se marcha.


 
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martes, 3. julio 2007

Retrasados


Jakob Adenauer ha descubierto una región de la Tierra que rota al revés. Esta rotación inversa no es lo suficientemente potente como para rejuvenecer a nadie, pero es útil si se va con el tiempo justo. De hecho, el profesor de la universidad de Leipzig descubrió esta curiosa zona cuando llegaba tarde a una reunión. Creyendo seguir un atajo pasó por el mencionado territorio y, para su sorpresa, llegó a la reunión quince minutos antes de lo previsto. Según explica Adenauer en un artículo publicado en Geology Today, los nativos de la región están algo atrasados con respecto a la sociedad occidental. Concretamente, tres o cuatro días, dependiendo de las fases lunares. Así, para ellos el 11-S fue el 15-S y celebran fin de año el dos o el tres de enero, según. Las comunicaciones telefónicas con el resto del planeta son complicadas y, sobre todo, caras, ya que ellos hablan el lunes y no se les oye hasta el jueves. Los viajes al extranjero también son difíciles: el jet lag, de varios días, resulta agotador. Por si fuera poco, esta rotación inversa no es uniforme y hay territorios e incluso calles que avanzan más deprisa que otros, por lo que quienes viven en esta región se pasan todo el día preguntando por la hora oficial y atrasando o adelantando sus relojes según convenga. Esto provoca estrés y desengaños amorosos, debido a los plantones más o menos involuntarios. Los habitantes de esta zona no pueden subirse al carro del progreso, ya que viven anclados en la semana pasada. La ventaja es que todo resulta bastante más barato.


 
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