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abril |
Si hoy es jueves, esto es la entrevista de LdN
La entrevista que publico hoy en Libro de notas está llena de sexo. Mucho sexo.
Craig Venter (sí, otra vez): "Si no hubiera vida, estaríamos todos muertos"
El contenido es casi pornográfico. El continente, no. El continente es Europa.
Otro de los muchos defectos que tiene la sociedad de hoy en día
Alertado por aquellos gritos que pedían auxilio, me quité las gafas y me aflojé el nudo de la corbata. Miré a un lado y a otro, y entonces me acordé: desde que quitaron las cabinas y por culpa de mi timidez, el mal siempre triunfa.
Ni he tenido nunca
No es fácil entrevistar a Esperanza Aguirre. Quedo con ella en una cafetería y no viene. Al parecer malinterpreté mal su respuesta. Ella me dijo: "No tengo ni he tenido nunca intención de presentarme". Y, claro, yo, al igual que cualquier periodista metido en los entresijos de la política, entendí que sí se presentaría. Ya sabemos todos que cuando Esperanza dice "no", en realidad está diciendo "en cuanto termine de clavarte este puñal entre la tercera y la cuarta vértebra, gallego de mierda". Así pues, me tengo que conformar con hacerle unas cuantas preguntas al camarero de la mencionada cafetería, quien asegura que no tiene "ninguna intención de presentarme como candidato a presidente del Partido Popular", y que difícilmente conseguiría seiscientos avales, teniendo en cuenta "lo que me costó conseguir uno para la hipoteca del piso".
El resto de esta no-entrevista en Libro de notas.
Oda a la lectura
Son sin duda muchas las voces que se alzan cada 23 de abril, día del libro (ignoramos cuál) y nos recuerdan que leer está sobrevalorado. Nada más lejos de la verdad, a excepción de los bares del Tibidabo, que están a tomar por saco. Leer es importantísimo: por ejemplo, si no pudiéramos leer tendríamos que memorizar todos los carteles publicitarios que nos encontramos durante un paseo cualquiera. En caso contrario, no sabríamos qué dicen. Es más, ¿alguien ha probado a seguir las instrucciones de una receta de cocina sin saber leer? Yo sí. Bueno, sé leer, pero no puse mis conocimientos en práctica para demostrar mis teorías al respecto. Y he de decir que la broqueta de atún me quedó regular. Sabía demasiado a ravioli. Al principio me gustó. Hasta que leí lo que había cocinado. En plan, ¿así que esto es lo que los analfabetos entienden por una broqueta de atún? ¿Ravioli al pesto? Es más todavía: si no leyéramos, ¿cómo contestaríamos al correo electrónico? O, mejor dicho, ¿a qué contestaríamos? Iríamos enlazando frases convencionales al azar cruzando los dedos para no soltar ninguna inconveniencia. Un ejemplo: un amigo nos comunica por mail la muerte de su hijo y nosotros, ignorando su mensaje, preguntamos qué tal está el chaval. Exacto, qué tal está el niño muerto. En lugar de recriminarle que nos dé esa clase de noticias por mail. Pero tío. Llama. Que no estamos quedando para tomar unas cervezas. Por mail, no. Pero tío. Lo cierto es que la lectura es mucho más importante de lo que en ocasiones asumimos. Si no supiéramos leer (números), distinguiríamos los billetes por el color, con lo que los daltónicos y demás acromatópsicos y discromatópsicos serían víctimas fáciles de los timadores. Si no supiéramos leer, los camareros estarían afónicos de tanto recitar las cartas de los restaurantes. Si no supiéramos leer, compraríamos por error café descafeinado. Si no supiéramos leer, intentaríamos entrar en establecimientos cerrados, al no poder leer el cartel que reza "cerrado". Si no supiéramos leer, no podríamos consultar el día y hora en que tenemos dentista en caso de haber olvidado los detalles de la cita. Si no supiéramos leer, no podríamos repasar lo escrito y por tanto lo texts estar´na plagados de todo clase derrores. Ah, la lectura. Fuente de conocimiento y placer. No en vano se dice que la pluma es más poderosa que la espada. Ha de ser una espada vieja y una pluma muy larga y afilada, a ser posible con el plumín emponzoñado en algún tipo de veneno que actúe por vía tópica, pero, vamos que si se dice será por algo. Lo dirá alguno que no sabe usar una espada. O que no ha visto una espada en su vida. La pena es la gente que abusa y escribe novelas. O, peor, poesía. Ahí, rimando, que queda ridículo. Tipos de cuarenta años, ya en edad de tener un trabajo de estos serios, de ir con corbata a la oficina, escribiendo poemas. De amor. Hombre, por favor. Que hagas eso con quince años, pues vale. Pero ya con cuarenta. Tu mirada me atraviesa el alma, etcétera. Hombre, por favor.
Crisis en el PL
A pesar del magnífico resultado del Partido Limonero en las últimas elecciones generales (mucha gente nos dijo que éramos su segunda opción), el liderazgo del limón está siendo seriamente comprometido. Por una mandarina. Los defensores de la mandarina aducen que es más dulce y fácil de pelar, aunque lo cierto es que la mandarina aún no ha dicho esta boca es mía. Supongo que porque no tiene boca. Motivo que comparte el limón para no haber dicho tampoco nada al respecto, aunque hay que decir que se ha mantenido al margen de la polémica con una sobriedad y elegancia mucho mayores. Faltaría. Yo apenas soy un militante de base, pero dado que no somos muchos (entre uno y dos, ahora no lo recuerdo), me voy a permitir alzar mi voz y gritarles a esos gamberros que hagan el favor de irse a otro lado con sus litronas. Gamberros. Bien, una vez se han ido esos jipis de debajo de mi ventana, puedo concentrarme en escribir mi opinión acerca de la crisis de liderazgo por la que está pasando nuestro partido. Sin duda, los resultados no son malos: no nos presentamos en las penúltimas elecciones y sí lo hemos hecho en las últimas, cosa que muestra una clara mejoría. No nos votó nadie, pero nos podría haber votado alguien. Antes no éramos capaces de generar estas ilusiones. Son por tanto los mejores resultados de nuestra breve, pero que se hace un poco larga según como la cuentes, historia. (Por cierto, yo tampoco voté al Partido Limonero: en un exceso de entusiasmo y de modestia, opté por el voto en blanco, temeroso de que una mayoría absoluta se nos subiera a la cabeza y olvidáramos nuestro talante moderado y dialogante.) Pero no todo son buenas noticias: la campaña del limón ha sido más bien abúlica. Se ha limitado a rodar calle abajo, evitando los gintonics y demás combinados alcohólicos. Quizá le hacía falta la garra populista que sin duda tiene la mandarina. De todas formas, me atrevo a preguntar: puede que la mandarina sea una buena candidata, ¿pero sería una buena presidenta? Al fin y al cabo, es una mandarina. ¿Cuándo se ha visto que una mandarina tenga responsabilidades de gobierno? El ejemplo de Arkansas entre 1996 y 2000 no me vale: eso era una toronja, maldita sea, no sé cuántas veces tendré que decirlo. Además, ¿no da rabia que te acabes de comer una mandarina y que te tengas que lavar las manos cincuenta veces para quitarte el olor? Sinceramente, creo que el limón no ha agotado su ciclo. Los más críticos (y menos cítricos, ja, ja, ja) creen que debería ser cortado por la mitad y dejado en la nevera para evitar malos olores, pero creo que a nuestro líder aún le queda mucho zumo en el cargador (ja). Su capacidad de trabajo es innegable, del mismo modo que nadie puede poner en duda la solidez de sus ideas. Bueno, menos Rebeca. Sí, siempre es la misma. Mira que se lo tengo dicho. ¿Por qué pones en duda la solidez de las ideas del limón? Y ella, porque me da la gana. Pues vale. Pero aparte de Rebeca, nadie. Bueno, Sergio también. Pero no cuenta: sólo lo hace porque le gusta Rebeca y cree que si le da la razón en todo se la va a ligar. No sé, a mí me parece que a Rebeca le gustan con más personalidad, pero, bueno, él sabrá. No, a mí no me gusta Rebeca. Que no, ya vale, pesaos. Me cae bien y punto. Es simpática y graciosa, pero nada más. Sí que es guapa, pero tampoco... Que no me gusta, te digo. Toda para Sergio, se la regalo. Que no lo digo por decir, que me parecería perfecto que salieran. Aunque a ella no le gusta ese cretino. Clarísimamente. Pf. Sergio. Anda que no. Si está gordo. Sí que está gordo: mírale la barriga cuando se sienta. Pues eso: que el limón sigue siendo el líder ideal para nuestro partido, el más fiel a sus raíces y al programa de renovación y de vertebración del estado que según algunos proponemos. Yo es que no lo tengo muy claro porque aún no me he podido leer el programa. Tengo mucho lío en el trabajo. Y fuera del trabajo. Ayer estuve planchando, por ejemplo.