lunes, 17. octubre 2005
Jaime, 17 de octubre de 2005, 10:22:58 CEST

Rutinas


A: No tengo ni idea de cómo llegaron a mi casa esos dos rifles, los siete subfusiles, el lanzagranadas, los setenta y nueve kilos de explosivo, los cuatro detonadores y las catorce bolsitas de cocaína. B: ¿No eran trece? A: Puede ser. El sábado di una fiesta y vino Kate. Igual se llevó algo. B: ¿Y dice que no sabe quién puso todo eso ahí? A: Ni idea. B: Haga un esfuerzo. Igual lo ha olvidado. A ver, ¿el jueves eso estaba en casa? A: No, el jueves, no. Seguro. Lo hubiera visto. B: ¿Y el viernes? A: Hmm... Igual por la tarde. Le abrí la puerta a un tipo que traía unos paquetes. B: Pues igual va a ser eso. A: Pero no... Ese señor venía del súper. Y dejó las bolsas en la cocina. Era comida y eso. B: ¿Y no podría haberse confundido de pedido? Igual le llevó la comida a un asesino a sueldo y a usted las armas. A: Quizás, pero yo metí el contenido de las bolsas en la nevera y no creo que ustedes encontraran las armas allí. B: No, estaban en el ropero. Por cierto, ya me olvidaba, ¿qué me dice del cadáver? A: No sé nada acerca de ningún cadáver enterrado en el jardín. B: ¡Ajá! Yo no he dicho que estuviera enterrado en el jardín. A: ¿Y dónde iba a estar, si no? B: Sí, ahí tiene razón. Porque debajo de la cama... A: Olería. B: Claro. En fin, concluimos que usted no sabe cómo ha ido a parar todo eso a su casa. A: Exacto. B: He de confesar que no le creo, pero es su palabra contra la mía. Márchese y a partir de ahora cierre con llave si no está en casa y fíjese en a quién deja pasar. A: Si ya le digo que casi no tengo visitas. Sólo compradores de armas. B: ¿Compradores de qué? A: De almas, de almas. Soy... er... satanista. Y comercio con almas. B: Ah, qué susto, había oído "armas". A: No, no, ja ja, qué casualidad, porque estamos hablando de armas. Pero no. Almas, almas. Sí, almas. B: Suena interesante. A: No crea, es muy rutinario. B: Bueno, como todo. A: Sí señor, como todo. Bueno, yo voy tirando, que se me hace tarde. He quedado con unos señores árabes y luego a las siete vienen unos chechenos. B: Ande, vaya, vaya. Y si ve a alguien dejando explosivos en su cocina o en el pasillo, avísenos. A: Lo haré, descuide.


 
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