mayo 2004 | ||||||
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El novio de la muerte
José Millán Astray, además de ser un general que perdió una batalla dialéctica contra Miguel de Unamuno, era el director general del Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria. Hay que recordar que el también fundador de la legión había perdido en anteriores campañas un ojo, un brazo y algún dedo de la mano que le quedaba. En el discurso inaugural de dicha institución, dijo solemnemente: "Y ahora, mutilados todos, estad preparados para recibir en cualquier momento la orden o el grito de ¡a mí los mutilados!, para que igual que cuando los legionarios oyen el grito de ¡a mí la legión!, acudamos todos juntos para que con los miembros que nos resten y con nuestros corazones que siguen batiendo con igual ardor, formemos el Tercio de Mutilados". Hugh Thomas añade en La guerra civil española que al oír estas palabras, "los hombres que iban en sillas de ruedas o con muletas hacían lo que podían para ponerse firmes". De este modo, sin querer, Millán Astray hizo una de las parodias más brillantes y crueles que jamás se hayan hecho del valor y del patriotismo.