lunes, 22. enero 2007
Jaime, 22 de enero de 2007, 16:55:38 CET

Genética


Un niño ha nacido con los ojos de su padre y éste ha decidido demandarle: "Yo también los necesito. Eran míos antes que suyos, que se busque otros que estén libres. Además, le van grandes". La madre tampoco está de acuerdo con la actitud de su hijo: "Los jóvenes de hoy en día son muy egoístas. No es que nosotros no estemos dispuesto a darlo todo por nuestros hijos, pero su padre necesita ver, que si no, se va a quedar sin trabajo y con un sólo sueldo no nos llega". El recién nacido no ha querido hacer declaraciones, pero sus abogados han enviado un comunicado en el que explican que "no es raro que los hijos hereden en vida" y que "nadie se ha quejado de que se haya quedado con las orejas del abuelo, porque, claro, hoy en día nadie se preocupa por los mayores". Diversos expertos en genética consultados por The decay of wit han mostrado su preocupación por el hecho de que cada vez sea más frecuente que los hijos se apropien de los miembros y órganos de sus progenitores, en lugar de conformarse con copiar su ADN. "Eso antes sólo pasaba con el pelo --explica el doctor Hans Adenauer--: los padres se quedaban calvos porque los hijos heredaban su cabellera. Pero una cosa es no tener pelos y otra quedarse sin hígado o sin piernas". Se desconocen las causas de esta mutación, pero todo apunta al cambio climático y al terrorismo internacional.


 
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