martes, 18. octubre 2005
Jaime, 18 de octubre de 2005, 10:23:28 CEST

Product placement


Ha causado no poca controversia el hecho de que finalmente se haya aprobado la ley de patrocinio de partidos políticos. Se habla de comercialización e incluso banalización de la política, pero lo cierto es que esta inyección de capital va a solucionar muchos de los problemas de financiación de los grupos políticos. Así, el Psoe lucirá corbatas y pins de Pekín 2008, y en las próximas elecciones su eslogan será: "Que no nos engañen como a chinos". Izquierda Unida llevará camisetas anunciando las playas cubanas. Convergència i Unió usará gorras con el logo de la leche Ato. Los políticos del Partido Popular lucirán en el bolsillo del pecho de la chaqueta la marca Heineken e incluso Acebes rodará un anunció en el que dirá que "todos los indicios apuntan a que Heineken es probablemente la mejor cerveza del mundo". Otros partidos aún están negociando los contratos. Sorprende el caso del Partido Nacionalista Vasco. Se esperaba que Eroski o Euskaltel pagaran por la espalda de las chaquetas, pero los últimos rumores apuntan nada menos que a Apple y a su gama de iPods. La empresa estaría dispuesta a pagar 10 millones de euros por los próximos tres años. Obviamente, no son pocos los políticos que se han negado ya de entrada a llevar publicidad. José Antonio Labordeta ha asegurado que no piensa ponerse "la mierda esa del logo, ya estoy mayor para tanta gilipollez". Incluso algunas voces de los dos partidos mayoritarios del congreso ya han dicho que lo hacen porque no tienen más remedio, pero que preferirían cobrar bajo mano de esas empresas, "como se ha hecho toda la vida". Asimismo, hay compañías que aseguran que no tienen previsto promocionar sus productos recurriendo a los políticos. Y eso a pesar de los minutos con los que contarían en los telediarios. Así, llaman la atención las declaraciones de un alto cargo de la Seat, que explica que "nosotros tenemos que transmitir una imagen de marca seria. ¿Se acuerda de aquello de que tal persona inspira tanta confianza que uno le compraría un coche usado? En nuestro caso, el dicho es casi literal. Sólo cambia que la gente cree que los coches son nuevos. En definitiva, no nos podemos permitir que un (seguramente) corrupto promocione nuestra empresa". De todas formas, el caso más destacado de negativa es el de los bancos: las principales entidades del país consideran que es absurdo pagar a empleados para que hagan publicidad. "Es parte de su trabajo", aseguró uno de los consejeros delegados de la Caixa.


 
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