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Craig Venter: "Esto de las licencias Creative Commons es un timo"
Descubrid toda la verdad que no quieren que sepamos acerca de la oscura relación entre los clones y el vudú en mi entrevista a Craig Venter publicada en Libro de Notas. ¿Qué quién es Craig Venter? Yo qué sé. ¿Por qué tendría que saber eso? ¿Qué quieres? ¿Me estás acusando de algo? Yo he venido aquí para CO-LA-BO-RAR. Si quieres acusarme de algo, hazlo. Y si no, me voy. Esta conversación se ha terminado.
Producciones Osama Bin Laden
Yo dirigí el último vídeo de Bin Laden. Y es que a Sam y a mí nos une una estrecha amistad desde que nos conocimos en la consulta de nuestro psicoterapeuta. Nos veíamos cada jueves. Él salía y yo entraba. Al principio apenas intercambiábamos saludos, pero dado el carácter abierto y amigable de Sam, sólo era cuestión de tiempo que nos pusiéramos a charlar y acabáramos tomando unas cervezas en las tabernas vienesas. El caso es que Sam siempre ha elogiado mi creatividad y mis más que notables aptitudes en todas las artes: no en vano he escrito una versión del Quijote protagonizada por hobbits, soy un virtuoso de la guitarra sin cuerdas y tengo una letra preciosa. Hace años que queremos trabajar juntos, pero nuestras agendas siempre estaban ocupadas por compromisos previos. Al final nos decidimos y, para preparar este último trabajo, le dije que no a Scorsese y volé a Nueva York, donde Sam reside actualmente bajo el nombre de Rebeca Manderley. De todas formas y después de la experiencia, debo decir una cosa: jamás volveré a trabajar con un amigo. En serio, se toman unas confianzas que no se tomarían con un profesional al que apenas conocen. Para empezar, nada más aterrizar, unos tipos me vendaron los ojos, me metieron en una furgoneta y me encerraron en una especie de zulo. Por razones de "seguridad". Yo no sé lo que se piensan algunos actores. La fama se les sube a la cabeza y pierden el norte de vista. ¿Seguridad? ¿Quién se cree que es? ¿El Papa? Y luego me dieron aquel guión. "Sam --le dije--, esta historia no funciona. Hay que meter una chica, algo de amor, algo de sexo. Espera, tengo una idea. La cosa va de uno de los pilotos del 11-S, ¿no? Pues ya está, tú vas y te enamoras de la que era su novia. El conflicto está en que no sabes si tirártela o no, porque es la novia de un amigo muerto, pero por otro lado está buenísima. Podemos hacer que sospeches de si es en realidad una espía enemiga". Pues bien, esas y otras propuestas recibieron una negativa en forma de paliza. Claro, yo siempre exijo libertad creativa a mis productores, excepto en este caso. ¿Por qué? Pues otra vez porque cometí el error de confiar en un amigo. Es que no me dejó ni enseñar unas tetas. Las tetas son mi sello personal. Hay tetas en todas mis películas desde que escribí el guión de Los energéticos. Las tetas venden, maldita sea; los barbudos, no. Pero nada, Sam quería hacer uno de sus ejercicios megalomaniacos. Él. Hablando. Solo. Todo el rato. En un único plano. En árabe. Le dije, coño, hazlo en inglés, que nos abrimos más puertas, y uno de sus guardaespaldas me disparó en la rodilla. "¿Y qué hay del Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, perro infiel?", me dijo, antes de pegarme una patada en las costillas. Total, que no cuente conmigo para más películas. Aún me duele la rodilla. Y el resto del cuerpo. Y, aunque el éxito de público es notable, las críticas no acompañan. Reconozco que Sam mantiene una línea muy personal en toda su filmografía: el choque de civilizaciones, el 11-S como símbolo, los palestinos como metáfora, su figura atormentada como imagen del hombre en una huida eterna. Pero los finales son previsibles. Y hace falta una chica.
El ejército nos ha traicionado
Los militares pretenden acabar de hundir la ya rota, proislamista y antiamericana España. La Asociación de Militares Españoles (Ame) cree que la Ley de Carrera Militar, que aún está en trámite parlamentario, debería introducir una "formación militar o de defensa civil obligatoria, para todos los y las jóvenes, que pasarían después a la Reserva Nacional, Militar y de Defensa Civil". Estos y estas de la Ame se han vuelto locos. Pretenden que todos, repito, TODOS los y las jóvenes españoles aprendan a disparar pistolas, a lanzar granadas y, por qué no, a conducir tanques. ¿Acaso estos inconscientes no han pensado que, gracias a su ridícula propuesta, los futuros terroristas vascos y catalanes podrían recibir formación militar gratuita? Ya no les será necesario perderse en el desierto de Libia para aprender a usar un kalashnikov: el ejército español les enseñará gratis a matar a españoles inocentes, e incluso a algún que otro español culpable. Me resulta triste decir esto, pero parece probado que no sólo los vascos, los catalanes, los socialistas, los masones y los franceses son proterroristas. Ahora también gran parte de los militares se ha puesto de parte de Eta y de Al Qaeda. Sólo nos quedan la Cope y Rosa Díez. Por cierto, está muy bien que la asociación especifique que es de españoles. De otro modo, alguien podría creer que esta asociación fundada en España, con sede en España, con asociados españoles que forman parte del ejército español, defiende los intereses de los militares prusianos.
¡El sol se muere! ¡Que cunda el pánico!
Jakob Adenauer alerta: el sol podría morir antes de lo que pensamos. "El sol es finito --explica el doctor alemán--; sus reservas son enormes, pero limitadas. Y estamos absorbiendo demasiada energía sin pensar en dejar alguna reserva para las generaciones venideras. ¿Es que nadie piensa en los niños?". Para Adenauer, los peligros principales son tres: la gente que toma mucho el sol, "esa gente tan egoísta que lo quiere todo y no deja nada para los demás", la proliferación de placas solares y las calculadoras. "Hoy en día --afirma-- casi todas las calculadoras son solares. Las cajas de ahorros las regalan, y empresas como Casio y Texas Instruments ganan millones vendiéndolas. El capitalismo salvaje está literalmente succionando la energía solar. Gracias a mi calculadora A PILAS he calculado que, si no hacemos algo de inmediato, podríamos agotar el sol en cincuenta y dos años, tres meses y doce días". El físico de Leipzig cree que la solución pasa por "criar dinosaurios, extinguirlos, enterrarlos, conseguir así petróleo y fabricar calculadoras que funcionen con gasolina". Obviamente, Adenauer es consciente de que el proceso de fabricación del petróleo es largo y complejo, pero cree que "se puede acelerar si usamos una máquina de mi invención". El único problema es que la máquina funciona con energía solar y "es tan potente que probablemente aceleraría el consumo del sol hasta agotarlo antes de que pudiéramos contar con petróleo suficiente. Pero estoy trabajando en el tema. He hablado con los americanos para que me vendan el uranio que le incautaron a Sadam en la última guerra. De momento me han prometido la mitad, así que ya cuento con doscientos miligramos".
Dos puntos comillas
Libro de notas lleva por subtítulo "Diario de los mejores contenidos de la red en español". Esto era una casi insultante exageración hasta hoy, día en el que se estrena Dos puntos comillas, una sección que firmo nada más y nada menos que yo, y que cada jueves llevará a vuestras pantallas entrevistas repletas de sexo y violencia, en ocasiones en directo. Leed, leed, malditos.
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