lunes, 24. octubre 2011
Jaime, 24 de octubre de 2011, 18:02:39 CEST

El Juicio Final se retrasa OTRA VEZ


Mi carrera como fundador, consejero delegado y presidente de la Coca-Cola ha llegado a su fin. Ha sido breve, pero intensa. Dieciocho minutos: lo que tardó seguridad en encontrarme y echarme del edificio. Y eso a pesar de los inmejorables resultados que la empresa registró bajo mi gestión, incluyendo un incremento de la facturación en un 3% respecto a los mismos dieciocho minutos del jueves anterior. En el mundo de la empresa hay mucha envidia y muy pocos amigos de verdad. La mayoría son amigos invisibles o imaginarios. Los de verdad se pueden contar con los dedos de una mano. Y si sabes contar, incluso con la cabeza, moviendo ligeramente los labios. También puedes ayudarte con un bloc de notas o incluso con una calculadora, para no equivocarte. Yo me equivocaba poco, pero a veces me perdía. Volviendo al tema, después de dejar la Coca-Cola POR LA PUERTA GRANDE (me echaron por esa), decidí retomar mi carrera profesional como profeta. Recuperé mis viejos cartones con mensajes apocalípticos, mi campana, mi sombrero de papel de plata y salí a la calle a gritar que el fin del mundo se aleja. Sí, se aleja. Hay que tener en cuenta que la mayoría de profetas insiste en que el fin del mundo se acerca, por lo que ahí hay un nicho de mercado por explotar: el del alejamiento del fin del mundo. Dada la saturación en el mercado de profetas, ese es el hueco en el que tengo que encontrar mi público. Por otro lado y como explico a las señoras mientras el semáforo está en rojo y siempre que no llamen a gritos a la policía, es mucho peor que el fin del mundo se aleje. No, en serio, ¿cuánto más puede durar esto? Es una broma, ¿o qué? Ya vale, ¿no? Ya vale. Con la tontería. En serio. Ya vale. Con la tontería. De verdad. Después de tantos años (entre 6.000 y 13.700 millones, según si se consulta a los manifestantes o a la Delegación del Gobierno), es evidente que ya vamos necesitando un buen Juicio Final, un paraíso para los justos y un infierno para los sobrados, además de para esta lista de personas que me cae mal. Ya está bien de madrugar, maldita sea. Ya vale. Cada mañana, de lunes a viernes, la misma rutina desde hace 13.700 millones de años. Suena el despertador a las siete. Con la tontería. Ya vale. Me levanto. Desayuno. Me ducho. Ya vale, ¿no? Me ensucio, por aquello de la credibilidad. Me afeito. Me pongo la barba postiza y el gorro de papel de plata. Cojo mis carteles con anuncios apocalípticos, mi campana y a gritar por las calles. Ah, la rutina me está matando por dentro. Me está dejando seco. Es que ya voy a profetizar sin ganas, con el piloto automático, sin ese entusiasmo que me caracterizaba al principio, hace ya tres días. A ver si me toca la lotería y me puedo retirar de una vez por todas.

(Lista de personas que me caen mal, sin ningún orden en particular: Amaia Montero, Fernando Sánchez Dragó, Justin Bieber, el del gorro de lana de Amaral, Jaime Rubio, Locke de Lost, Penélope Cruz, González Pons, mi vecina de enfrente -que se mete en todo-, los actores de Friends, los guionistas de Friends, todos los que hayan dirigido algún capítulo de Friends, Jaime Rubio, cualquier persona que haya trabajado en un capítulo de Friends, quienes hayan comprado los DVD de Friends, los Rembrandts, Jaime Rubio, todos los que se sepan la letra de I'll be there for you y toda esa gente por algún motivo que se empeña en seguir dando algo parecido a trabajo a los actores de Friends.)

(Actualización: el analfabeto de Extremoduro también me cae mal.)

(Nota: cuando digo analfabeto, no quiero insultar a nadie; me refiero a que no sabe ni leer ni escribir. Eso es algo muy triste y espero que en la cárcel pueda solucionarlo. ¡Muchos ánimos, Robe!)

(Actualización: ¿¡Cómo!? ¿¡Que no está en la cárcel!? ¿¡Pero es que la policía no sabe lo de sus discos!?)


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us
enlace directo