septiembre 2005 | ||||||
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Qué pereza, oiga
Completamente de acuerdo con eso de "volem l'estatut". Y tanto que lo queremos. Pero para que se deje de hablar de él de una vez. No conozco a nadie a quien el tema le interese o le preocupe. Ni una sola persona. Nadie. Basta ya. Por favor. Un poco como lo de Fernando Alonso. Ahora que ha ganado el campeonato, el calvo de Tele 5 se puede relajar, ir al médico, tomarse la tensión y quizás, sólo quizás, no decir la palabra "Alonso" en cada frase. Total, Schumacher le sigue dando cincuenta mil vueltas. A Alonso, no al calvo. Más cosas que cansan: la selección de fútbol. Aunque con un poco de suerte no se clasificará para el mundial, el europeo, la copa Danone o lo que sea que se celebre el año que viene, y podremos pasar el veranito tranquilos, sin miedo a encender la tele y ver otra vez a veintidós tíos pastando en medio del césped mientras se van pasando una pelotita y en las gradas decenas de gorilas borrachos amenazan con liarse a tortas. Porque ya se sabe que si no juega España es como si no jugara nadie. Y Pío Moa. Pío Moa es cansino. Es leer "Pío Moa" en un foro y saber que detrás vienen ciento noventa comentarios airados. Y mira que la cosa es fácil: unos meses sin nombrarle y su nombre se olvidará, como el del señor Barragán o el de Marianico el Corto. Y si el pobre hombre quiere decir que la Guerra Civil comenzó en el 711 y que luego vino una tregua muy larga hasta el 36, que lo diga. No hay por qué extrañarse, si con tal de llamar la atención la gente ya hace cualquier cosa. Y lo del incivismo en Barcelona. Qué pereza. Sí, vale, está muy mal mearse en la calle, incluso aunque esté peor hacérselo encima. Pero eso se arregla con un par de multas de la guardia urbana, igual que lo de aparcar en los pasos de cebra. No hace falta hablar de orina cada día. En serio. No es necesario. Hablando de Barcelona, también me da mucha pereza el barrio de Gràcia. Todo él. Enterito. Con sus okupas, sus restaurantes libaneses y sus cines en versión original. Es tan, o sea, moderno y tan, no sé, como auténtico, ¿sabes? Y tan intelectual, de verdad, o sea, que la gente allí piensa y eso, ¿sabes? Ah, y los ipod. Sí, bueno, están chulos y tal, pero ni que fueran un coche volador que viaja en el tiempo y prepara capuccinos. Además, como dice Elías: "¿Un walkman de 300 euros sin radio? ¿Es una broma?" Claro que él ya tiene uno. Hay más cosas que cansan, claro, miles y miles, pero es que este fin de semana estuve de fiesta con Kate Moss y estoy hecho polvo. Como para ponerse a pensar en cosas que dan pereza. ¿He dicho "polvo"?