junio 2005 | ||||||
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Yo no me pienso poner eso
Nunca he querido ser masón. Aunque tampoco creo que me hubieran aceptado. Hombre, puede tener su gracia eso de manejar los hilos del mundo a las espaldas del ignorante ciudadano común, pero no sé si compensa. Sólo hay que ver, por ejemplo, el uniforme del presidente de la Gran Logia de España. Con todos mis respetos y sin ánimo de ofender, este hombre parece el mayordomo de un torero. Quiero pensar --por piedad-- que los masones sólo se ponen el mandil durante sus ceremonias o cuando a uno de ellos le toca cocinar, pero la idea de que me hagan una foto así disfrazado me aterra. No sé qué pensaría mi madre al respecto, la pobre. No se merece que le haga tal cosa. Pero lo peor es que hay logias que aún no permiten el ingreso de mujeres. La idea de caer por equivocación en una de estas logias me provoca escalofríos. Además, no tengo pistola, por lo que no podría hacer lo más indicado en estos casos: introducir el cañón en la boca y apretar el gatillo. A ver, yo no tengo nada en contra de los señores que son masones y me parece bien que se puedan casar incluso entre ellos --de hecho, especialmente entre ellos, porque no sé si alguien de fuera querrá casarse con alguno si ve la foto del mandil a tiempo--, pero, vamos, yo no me encerraría en una sala llena de hombres con mandil y guantes sin la debida protección policial. Además, hay algo que no acabo de entender. La Gran Logia de España asegura en su página web --sí, hasta los masones tienen página web-- que "no está permitido el debatir sobre posiciones políticas o religiosas ya que ese no es el lugar adecuado para hacerlo". Esto no contradice el hecho de que dirijan nuestro destino desde el más absoluto de los secretos, ya que directamente actúan sin discutir antes, al tener bien definidos sus objetivos. Pero, claro, entre golpe de estado y crack de la bolsa bien tendrán que charlar. ¿Y de qué pueden hablar cincuenta hombres con mandiles? Pues evidentemente de fútbol. Uno se hace masón no sólo creyendo que va a marcar el camino por el que seguirá la historia, sino también confiando en que podrá comentarlo y ¿qué es lo que le dan a cambio de su discreción y de tener que parecer el amo de llaves de una folclórica? Una maldita discusión acerca de si Henry es o no es un buen fichaje para el Barça.