mayo 2003 | ||||||
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Trias, el progre
Xavier Trias, el candidato a alcalde de Barcelona por Convergència i Unió, es un tipo que me cae simpático. De hecho, durante estos días me he sentido tentado de creerle cuando le oía asegurar que su candidatura, además de catalanista, era de progreso. Hombre, un líder de CiU muy progresista no puede ser, pero hoy en día a ningún político le dejan ser de izquierdas, así que tampoco nos vamos a enfadar por eso. De hecho, ni siquiera se puede considerar realmente progresistas a los tres alcaldes del PSC que ha aguantado esta ciudad. De todas formas, Trias suponía cierta esperanza, después de que hace cuatro años los convergentes se hundieran y de que los concejales del equipo de Clos hayan hecho y deshecho en los distritos lo que les ha dado la gana. Y no es que lo hayan hecho todo mal: el problema es que no había nadie que pudiera decirles, con algo de fuerza y de credibilidad, cómo lo estaban haciendo. Pero me desvío, que hablábamos de Trias. El caso es que ya se dice que este simpático candidato catalanista y de progreso podría haber pactado con Alberto Fernández Díaz, alcaldable del Partido Popular. Sólo es un rumor, quizás falso y, en todo caso, malintencionado, pero a nadie le puede extrañar que PP y CiU pacten, ya que llevan siete años haciéndolo, ya sea en Madrid o en Barcelona. A ver, pueden hacer lo que les dé la real gana, eso está claro. Entre otras cosas porque a efectos prácticos da lo mismo: Trias difícilmente será alcalde, cuente o no con el apoyo de Albertito. Sin embargo, he de confesar que, de confirmarse, este acuerdo supone una decepción para los pocos ilusos que estábamos dispuestos a cerrar los ojos y a hacer ver que creíamos que el pediatra Trias, un tipo que se guíe de sus pgoblemas con las egues, era de verdad progresista. Porque si resulta que es un progre que pacta con un partido de derechas, me temo que en el Ayuntamiento no habrá nada parecido a una oposición, con sus ideas y proyectos. Sino lo de siempre: cuatro tipos que han llegado a la plaza de Sant Jaume sin saber cómo y a quienes sólo les interesa contar escaños y repartirse distritos.