marzo 2003 | ||||||
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Sin complejos
Para ser político es necesario no tener ningún sentido del ridículo. Y es que lo mismo le puede tocar a uno unirse a la rúa de carnaval como botar en el balcón de la Generalitat para celebrar que el Barça ha ganado cualquier copa -cosa esta última que dicen los historiadores que a veces sucedía. En todo caso, el alcalde o presidente de turno ha de intentar mantener la dignidad en todo momento y, a ser posible, hacer entender a los posibles votantes que se lo está pasando de muerte. El último bochorno, a mi entender, lo ha protagonizado el alcalde de Barcelona, Joan Clos, que se ha sacado de la manga una versión de Boig per tu como himno electoral. Para que nos entendamos, y por si alguien no conoce la cancioncita, el tema de Sau es una especie de Yesterday a la catalana, una tonadilla que casi todo el mundo opina que queda bien en todo momento: bodas, aniversarios, bautizos, elecciones. En el vídeo promocional, además, parece que sale el alcalde bailando en plena calle -no quiero verlo, no quiero verlo- con poca traza y no mucha voluntad, imagino que grabado durante una de esas ocasiones en las que tuvo que hacer el paripé. Eso sí, la letra de la canción tiene versos impagables, en los que se asegura que nuestra ciudad tiene "ulls de mar, ben blau, i un vestit blanc de pau", cosa que demuestra que quien escribiera la letra no se ha paseado por las playas metropolitanas, cuyas aguas de azules no tienen mucho, desgraciadamente. También es curioso leer en la letra de este pseudohimno que la ciudad hace "dels veïns amics", palabras que parecen un desafortunado guiño a las siempre combativas asociaciones de vecinos, que nunca han sido muy amigas de los alcaldes. A la misma hora en la que Clos anonadaba a los periodistas con su vídeo, el candidato de Convergència i Unió, Xavier Trias, se presentaba oficialmente como aspirante a alcalde. Pero sin canción, cosa que le restó, claro, minutos de telediario y centímetros cuadrados de prensa. Al menos, eso sí, su bochorno -él también tuvo el suyo propio- fue algo más disimulado. Más bien parecía una jugarreta de algún malintencionado director de campaña. Porque al pobre hombre le hicieron decir que la suya era una opción "catalanista i de progrés". Hombre, el partido democristiano en cuestión será catalanista, ¿pero hay alguien que hoy en día sea progresista, con lo pasado de moda que al parecer está eso? Además, y sin ánimo de ser malicioso... Bueno, no, con ánimo de serlo, me gustaría sacar a colación el ágil frenillo de Trias, objeto de chanzas por parte incluso del propio político, y recordar que seguramente soltó algo así como "catalanista i de pgoggués". Lo dicho, estos políticos no tienen vergüenza. Perdón, quería decir complejos.