jueves, 1. diciembre 2005
Jaime, 1 de diciembre de 2005, 10:49:51 CET

Tiramisú


Llevo una semanita que para qué. Anoche estuve cenando con Federico Jiménez Losantos. Ya le he dicho que a partir de ahora y hasta que se jubile sólo nos enviaremos e-mails porque la experiencia no fue nada agradable. El caso es que nada más verme gritó: “¡Socorro, un catalán!” y se puso a pegarme puñetazos asegurándome que jamás conseguiría cerrar su radio. Sí, bueno, cuando le expliqué que era yo, Jaime, se disculpó y me ayudó a incorporarme, sólo faltaría, pero aún tengo tres o cuatro moratones. También la armó en el restaurante. Empezó a asegurarme, primero por lo bajini y luego a gritos, que nuestro camarero era catalán. --Que sí, hombre, que sí. ¿No oyes el acento? --A ver, Fede, acabamos de preguntarle y nos ha dicho que es de Segovia. --Eso lo dice para que no le boicoteemos. No le pienso dejar propina. ¿Y usted qué mira? ¿Es un espía del tripartito? ¿Ha venido a cerrar la Cope? --Fede, deja a ese señor tranquilo... Usted perdone... --Es que no me dejan vivir, los malditos catalanes. La semana pasada me cerraron la radio dos veces. Ahora emito desde debajo de un puente, con un walkie-talkie. ¿Sabes que la Caixa ha puesto espías en mi calle? El otro día me enviaron publicidad, los muy ladrones... ¿Tú no tendrás una cuenta en la Caixa? Porque como tengas una cuenta en la Caixa te juro que te... --Anda, deja el cuchillo. Ya te corto yo la carne, que aún te harás daño. --Es terrible. Con Aznar esto no pasaba. ¿Cataluña ya es independiente? --No, claro que no. --Todos los catalanes queréis la independencia. ¡Para exterminarnos como a ratas! --Oye, ¿cómo es que ya no te metes con los vascos? --¿Con los qué? --Nada es igual. --Ah, con los vascos... Bueno, todos sabemos que los vascos sólo son esbirros de los catalanes. Si no, ¿de qué iba el Barça a fichar a tantos vascos en los ochenta? Zubizarreta, Bakero, Goikoetxea, Begiristain, Lineker, Schuster, Maradona... Todos terroristas contratados por Carod en Perpiñán. --Anda, come, ya la tienes cortadita. En trozos pequeños, como a ti te gusta. --¡Ah! ¡Aaaah! ¡¡AAAAH!! ¡¡¡AAAAAAAAH!!! --¿Qué pasa? --No, nada... Perdona... Qué susto, creía que allí estaba Montilla. Pero no, es una señora. ¿Tú crees que es catalana? --Hombre, desde aquí resulta difícil saberlo. --Nos mira raro... Seguro que es catalana... La muy puta. España se rompe en pedazos y ella bebiendo cava. Por cierto, estoy haciéndole el boicot a todo lo catalán. --Sí, algo había oído. --No sé cómo: los comunistas ya han cerrado la Cope cinco o seis veces. Bueno, el caso es que estoy pensando en despedir a Juan Carlos Girauta. Es catalán, ¿sabes? Y el muy cerdo no me había dicho nada. Luego me explicó que según César Vidal, los masones, los comunistas y los catalanes se habían inventado lo de la teoría de la evolución para desprestigiar la Biblia. Y que según unos estudios muy serios de un tal Pío no sé qué, Lenin había nacido en Sant Vicenç de Calders. Y que Hitler era un tipo pacífico y moderado hasta que pasó un verano en Premià de Mar. Acabé tan harto que, en fin, lo confieso, pidió de postre tiramisú y cuando ya casi lo había terminado le convencí de que el tiramisú era un postre de origen catalán. Fue corriendo al lavabo a, en fin, ayudarse a... O sea, con los dos dedos en la gar... Bueno ya se entiende.


 
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