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abril |
El yuan
El yuan se ha revalorizado hasta niveles que no se alcanzaban en los últimos diez años. Centenares de millones de chinos han salido a las calles a celebrarlo, con el consiguiente peligro para el suelo del país*. Hasta que ha llegado la policía y ha matado a unos cuantos. Por comunistas. Luego la policía se ha dado cuenta de que China en sí y también sus fuerzas del orden son comunistas o al menos quieren lucir ese adjetivo. Tras unos momentos sin duda embarazosos, los policías han decidido negar haber cometido los asesinatos. Incluso han asegurado que, en todo caso y habiendo tanto chino, no se notarían unas pocas muertes. Los cadáveres, atemorizados por el régimen dictatorial del gigante asiático (China, por si alguien no ha entendido mi poco usada metáfora) han optado por guardar silencio, dando así la razón a sus opresores. Es lo que tienen las dictaduras sanguinarias: pocos se atreven a alzar su voz contra los tiranos. Aun muertos. Pero, cobarde, ¿qué van a hacer si les llevas la contraria? ¿Asesinarte?
*Recordemos que, según Jakob Adenauer, el exceso de peso de tanta gente sería una de las pruebas de la inexistencia de China.
Con lo que a mí me gustan los sellos
La estafa de los sellos me ha llegado al alma. ¿Cómo se puede traficar y, lo que es peor, engañar usando como excusa el coleccionismo de sellos, esos cuadraditos de papel con alma que llevan ideas, penas y alegrías de una ciudad a otra? Sí, yo soy un apasionado de la filatelia. Como expresión artística, no como "inversión". Me gustan tanto los sellos que durante una época pegaba uno en el monitor cada vez que enviaba un correo electrónico. Lo dejé porque al final el cacharro estaba todo pegajoso y mi madre me llamó la atención al respecto. Heredé la colección de mi padre, quien a su vez la heredó de mi abuelo, quien a su vez se la robó a un guardia civil. Por supuesto, esta colección se ha ido ampliando con los años --las décadas-- y tiene piezas valiosísimas, como una serie en la que sale el Titanic al revés, otra en la aparece la reina Isabel de Inglaterra con colmillos y una pirata del doctor House. Una de mis piezas favoritas es la que muestra a Klaus Keys, fundador en 1896 del Reino de Asnalia, aunque hay que recordar que hasta 1908 no se encontró a nadie disponible para hacer de rey. Keys llevó Asnalia a la independencia tras una sangrienta guerra de diecisiete minutos contra todos los países que tenían posesiones en el pequeño estado centroeuropeo: Prusia, Austria, Italia, Francia, España, Suiza, Holanda y Singapur. Los tres guardias de Singapur fueron los únicos que opusieron resistencia a dejar lo que por aquel entonces se llamaba "esa ciénaga repugnante". Fueron reducidos gracias a la sutil arma tradicional asnalesa: la garrota. Se trata de un sello difícil de encontrar porque, tras la muerte en 1912 de Klaus Keys, se eliminó todo lo referente a su figura. Cosa natural, teniendo en cuenta su poco agraciada apariencia física. Su muerte sigue siendo un misterio: el cadáver de Keys fue hallado en su cama con una espada atravesándole el pecho. A su lado, su hermano Clef se limpiaba las manos con un pañuelo. "No sé cómo ha podido pasar --explicó--, estaba tan tranquilo jugueteando con la espada cuando ¡chas! en un momento y sin que pudiera hacer nada para evitarlo, el arma estaba clavada en el corazón de mi adorable y adorado hermano mayor". Hoy, ciento diez años más tarde, aún no se han aclarado las extrañas circunstancias que rodean este ¿asesinato? ¿Suicidio? ¿Accidente? Quién sabe. En 1919, Clef vendió Asnalia al ya moribundo Imperio Otomano por 233 libras. Imperio Otomano era un señor francés que siempre maldijo el supuesto sentido del humor que mostraron sus padres al bautizarle. El trato que este hombre amargado por los chistes fáciles dio a Asnalia se considera el primer caso de mobbing inmobiliario de la historia: saboteó las carreteras y las dos líneas de tren, prohibió el comercio exterior, descuidó el alcantarillado. Pueblo cobarde donde los haya, los asnaleses intentaron salir en masa del país, pero su plan de huida quedó frustrado al encontrarse sin trenes ni carreteras. Otomano murió del disgusto, superado por las paradójicas circunstancias. Clef Keys pagó una deuda de juego con las 233 libras y se fue a vivir a Roma, donde murió en 1928. Igual que en el caso de su hermano, la muerte de Clef sigue siendo un enigma sin resolver. Su cuerpo fue hallado en la cama, desnudo y con una bala en la cabeza. A su lado, yacía el cadáver también agujereado de Lady Ruffington. La policía encontró a Lord Ruffington en la salita de estar, con un revólver en la mano. Dijo que no tenía nada que ver con aquellas muertes y, dada su fama de hombre sincero, la policía no dudó en creerle.
Famoseo
El filósofo de origen alemán afincado en Marbella Matthias Grün vuelve a ser noticia. Esta semana ocupa la portada de la revista ¡Hola! con unas sorprendentes declaraciones: "El ser es uno y viene determinado por el tiempo y el espacio". Estas palabras ya han hecho saltar a la horda de periodistas acostumbrados a criticarle. En Aquí hay tomate se han burlado del pensador, llamándolo "Parménides de pacotilla" y retándole a asegurar "que el movimiento no existe". Ana Rosa Quintana ya había entrevistado a su ex mujer, la profesora sevillana de Historia del Arte Eva Marcos, y le había preguntado por las ideas de Grün. Marcos explicó que su marido "está claramente en la línea de los existencialistas alemanes contemporáneos seguidores de Heidegger, como Sloterdijk. Pero yo he venido aquí a hablar de mi libro sobre arte mudéjar y no sobre mi relación con Grün". Lo cierto es que desde su matrimonio y, sobre todo, su millonario divorcio, Eva Marcos no se ha podido sacar de encima la alargada sombra de su influyente ex marido. Aun hoy, cinco años después de su ruptura, siguen publicándose noticias al respecto: el mes pasado se supo que él se quedó la villa de Taormina, a pesar de que fue un regalo de bodas. Lo que está claro es que Grün nunca ha acabado de caer bien, como quedó en evidencia en su visita a ¿Dónde estás corazón? En aquella intervención fue abucheado continuamente por el público y puesto contra las cuerdas por los periodistas, que acusaron al alemán de pretender ser una mala copia del ya citado Sloterdijk y de ignorar las aportaciones de otros pensadores contemporáneos como Onfray y Zizek, de quienes Grün dijo que no eran más que "monas de circo". El profesor también explicó que no le atraía la filosofía contemporánea, y que el pensador reciente que más le interesaba era Heidegger. "Pero, en realidad, desde la Grecia clásica no hemos avanzado gran cosa en lo que se refiere al pensamiento". Esta última frase se entendió claramente como un puñal clavado en la espalda de quien fuera su colaborador durante más de diez años, Daniel Lucas, quien le abandonó tras una dura discusión acerca de la influencia de Platón. En una polémica entrevista concedida a Diez Minutos, Lucas tildaría al ateniense de "poeta de lo vacuo". De todas formas, se ha especulado mucho acerca de la mala vida que lleva este joven filósofo después de dejar la protección de su mentor. Se han publicado fotos comprometedoras en las que aparece leyendo tebeos y se especula con la posibilidad de que esté buscando trabajo en una oficina, aunque Lucas ha desmentido esta espantosa y trágica posibilidad. Últimamente se le ha visto en compañía de Clara Blanca, filósofa tildada en ocasiones de "utilitarista", pero sin duda una persona adecuada para reconducir la carrera del otrora prometedor Lucas, de quien aún se recuerda su espléndida tesis doctoral sobre Diógenes.
Fiestalona
Algunos creen que en Barcelona se organizan demasiados eventos más o menos populares. Falso. Se organizan muy pocos. Menos de los necesarios. Porque hace falta que esta ciudad se convierta en una Port Aventura eterna, con musiquita por megafonía y fuentes de cartón piedra. Al metro se le llamará el Tren de la Emoción, por aquello de que en cualquier momento puede pararse en medio de un túnel, con el aire acondicionado apagado. Este simpático tren nos llevará a la oficina, que pasará a llamarse La Casa de la Risa. El café de media mañana lo tomaremos en el Centro de Dispersión, con sus camareras sobre patines, y ya no iremos ni al cine ni al teatro, sino a la Salas de las Emociones Lúdico-Festivas. Las Ramblas se llamarán el Kamikaze de las Estatuas (al fin y al cabo, van cuesta abajo), Montjuïc será la Montaña del Terror y ya no habrá parques, sino zonas temáticas dedicadas a países o a acontecimientos deportivos. Cada día habrá rúas en el Paseo de Gracia sin ningún motivo en concreto. Simplemente para celebrar que vivimos en una ciudad en la que nos cobrarán hasta por usar el ascensor, perdón, el Vertigomóvil. Todos bailaremos la conga y sonreiremos mientras olemos el sudor ajeno y los pisos (los Agujeros del Amor) suben cada día más, y no me refiero a la altura de los edificios. Pero nos dará igual porque los bancos (las Casas de la Bruja, ja ja, qué simpática ironía) nos abrirán hipotecas (Abrazos de Amigo) a tantas décadas como queramos. Así, puede que un día, muchos de nosotros, hartos del nanieno naniá de la megafonía y de las risas idiotas de los alcaldes y los futbolistas, nos decidamos por fin a comprar ese lanzallamas y hagamos arder el autobús (el Risarruedas), el despacho de nuestro jefe (el Señor de la Alegría) y demos al traste con la Fiesta de las Bermudas, que será una chocolatada popularísima que se organizará cada primer domingo de julio en la Plaza de Divertilunya, para celebrar la llegada de las rebajas. Pero ni así. Mientras el Barça gane la copa Danone y España y/o Cataluña sean una nación o un sentimiento (como el dolor de tripa), miles de anormales observarán con indiferencia y mientras agitan una banderita cómo el alcalde procede a bajarles los pantalones. Y no con la intención de plancharles bien la raya, precisamente.
Clases de geografía
Después de tres años de guerra, el 63 por ciento de los estudiantes estadounidenses no sabe situar Iraq en el mapa. Es decir, en tres años apenas un 37 por ciento de los estadounidenses ha aprendido a localizar este país. Por tanto, quedan al menos cinco años de guerra para llegar al cien por cien. ¿Cuántas vidas inocentes se van a cobrar estas absurdas clases de geografía? ¿Cada vez que quieran enseñar a sus ciudadanos la situación de un país van a invadirlo? ¿Por qué no se conforman con un modesto pero respetable cincuenta o sesenta por ciento? ¿No bastaba con saber que la capital de Iraq es Teherán? No, espera, Kabul. No, Shangai. Valleta. Trípoli. Bueno, da lo mismo, yo no soy estadounidense, mi gobierno no está asesinando a nadie para que yo aprenda esas cosas, la responsabilidad no es mía. Otro dato interesante de este estudio es que un treinta por ciento de los encuestados cree que Estados Unidos tiene entre mil y dos mil millones de habitantes, cuando en realidad cuenta con unos trescientos millones. Se sospecha que ese treinta por ciento son justamente los que van a manifestaciones. ¿Que sólo éramos cien mil? Quita, quita, la plaza Catalunya (o su versión de Dallas) estaba a reventar. Ahí había lo menos ocho millones y medio de personas, sin contar los setecientos mil periodistas y los calculo que cuatrocientos mil curiosos que estaban de paso y que, honradamente, no debo incluir entre los asistentes. Por último señalar que sólo el 14 por ciento de los estudiantes americanos cree que es necesario estudiar una lengua extranjera. Creo que hay algún error en este dato. Al fin y al cabo, el inglés es una lengua extranjera y allí lo habla todo el mundo.