jueves, 3. mayo 2007
Jaime, 3 de mayo de 2007, 9:54:07 CEST

La a veces peligrosa biodiversidad


El deshielo en la Antártico ha hecho aparecer quince nuevas especies animales. Aunque esto ha alegrado a las asociaciones protectoras de animales, que siempre están a favor de que haya muchos animales que proteger, el doctor Jakob Adenauer considera que es más peligroso de lo que parece. "Entre las especies nuevas está el grumo, que es una pantera asesina con el tamaño de un elefante, los colmillos de un elefante, la piel de un elefante y la trompa de un elefante. Bueno, ahora que lo pienso, es un terrible elefante asesino. Un momento, voy a llamar a la Sociedad Europea de Zoología... He cometido un terrible error... Claro, si yo estudié física, no sé para qué me meto en estos embolaos... Bueno, ya llamaré luego, es igual. Lo que decía: el grumo es un animal asesino que se reproduce muy rápidamente y que seguramente invadirá África en unos dos meses y llegará a Europa en menos de medio año. Es probable que de aquí a 2009 todos los humanos hayamos sido devorados por este elefante asesino". No sólo el grumo es peligroso: "Sí, sí, sólo el grumo es peligroso --corrige Adenauer--, pero eso no quiere decir que las restantes catorce especies sean agradables. El timur es feo. Feísimo. Es como un mono gris que tiene siempre la nariz húmeda. Y cuando come hace mucho ruido, así como tcham-tcham. Y babea. Es muy desagradable. Da asco hasta matarlo, porque salpica mucho". Adenauer desmiente que la mayoría de los nuevos animales sean crustáceos: "Lo eran, pero los de la expedición queríamos comer paella marinera y era lo más parecido a langostinos y mejillones que teníamos a mano. Claro, paella para todo el barco, como para que durasen mucho esas especies. Ah, y no quiera saber lo que usamos en lugar de arroz". Como resulta que sí queremos, insistimos hasta que nos lo explica: "Usamos arroz. A mí es que no me gusta y, si puedo, hago la paella con garbanzos. Alimentan más". La entrevista se ve interrumpida por un grumo, que derriba la pared del despacho de Adenauer sin llamar primero. "Cielos --exclama (Adenauer, no el grumo)-- cometí un error en mis cálculos". Adenauer logra agarrar unos papeles mientras el grumo le agarra a él con la trompa. "Arg --grita-- coma tres y no coma cero tres. Siempre se me han dado mal las matemáticas. Y usted, huya --añade dirigiéndose a este cronista (aquel cronista queda atrapado entre los escombros)-- sé cómo detener a un grumo". En realidad no lo sabe. Y si lo sabe, no aplica sus conocimientos. Por suerte, el grumo es abatido a balazos por las autoridades competentes, que se presentan en menos que canta un alabuz (una nueva especie de la Antártida, que al parecer canta muy deprisa). Por suerte, los grumos no mastican y los bomberos logran sacar a Adenauer del estómago del animal antes de que sea digerido. Un bombero fan de Saint-Exupéry asegura que no era un sombrero, sino un grumo que se había tragado un profesor universitario. Es arrojado desde lo alto de un puente.

Actualización: Los cálculos de Adenauer eran correctos. Al parecer, no se trataba de un grumo, sino de uno de los tres últimos ejemplares del mosquito elefante desarrollado por Adenauer. Recordad: para diferenciar los elefantes, de los grumos, de los mosquitos elefante, sólo hay que buscar la etiqueta que está debajo de una de las pezuñas.


 
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