enero 2005 | ||||||
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diciembre | febrero |
Todo pasa y no pasa nada
En uno de sus Articles amb cua, Josep Pla lamenta la Barcelona de postguerra: imbéciles hablando en castellano para no parecer rojillos, amigos exiliados, editoriales que ya no publican libros en catalán, una economía dirigida hasta el ridículo. Pla concluye con una de las frases optimistas más pesimistas que uno puede leer: "El més curiós és que tot s'arreglarà, més o menys bé i d'una manera o d'altra". Sin duda. Todo acaba pasando. Quizás todo lo bueno se acaba, pero al menos no hay mal que cien años dure. Se acabó la Guerra Civil y se acabó el franquismo. Incluso el Plan Ibarretxe pasará, no sin antes aburrirnos hasta la exageración. Palestinos, iraquíes y turcos terminarán demostrando que se puede ser demócrata y musulmán. Bush dejará de ser presidente, aunque igual para cederle amablemente el puesto a su hermano. Pero a veces no basta con recordar que todo se acaba arreglando más o menos bien. A más de uno le gustaría saber cuándo. Por ejemplo, tengo un amigo que lleva tres años en el mismo trabajo. Y ese trabajo no le gusta. "Ya encontraré otra cosa", dice. Lo más curioso es que la encontrará, más o menos bien y de una manera o de otra. Aunque a este paso lo que igual encuentra es la jubilación. Y para eso le quedan casi cuarenta años. Más o menos los mismos que le quedaban a Franco cuando Pla escribió esa frase.