enero 2004 | ||||||
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Mis ministros favoritos
Hace cosa de un mes, en Hispalibertas se marcaron una quiniela con el gobierno que les gustaría que guiara -mínimamente, que son liberales- su destino. El caso es que me he animado y he elaborado el ejecutivo que a mí me gustaría que gobernara España. En Hispalibertas se lo tomaron en serio, porque su opción política tiene claras posibilidades de llegar al poder. En cambio, como mis opciones políticas no sólo no las tengo claras sino que además ninguna de ellas tiene posibilidades, me lanzo a aventurar un gobierno de concentración, con el único criterio de ser el que más titulares y entradas en los blogs generaría. O sea, el que más nervioso pondría a más gente. Por supuesto, tiene que estar presente Alberto Ruiz-Gallardón, ese socialista afiliado al Partido Popular, que en el Psoe es visto como un pijo y entre los conservadores, como un pijo progre. Podría ser un buen presidente. Sobre todo porque nadie sabría qué partido ha ganado las elecciones. Vamos a suponer que tras esta imaginaria votación hay que contar con los pérfidos nacionalistas catalanes. En tal caso, por fin se cumpliría el sueño inconfesable de Josep Antoni Duran i Lleida: ser ministro en Madrid. De Administraciones Públicas, claro, para que Javier Arenas pueda seguir clamando al cielo por lo terrible que es dividirlo todo entre 17. Imagino que está preocupado por los decimales, ya que 17 es número primo. Hablando de nacionalistas, sería interesante que el propio Josep-Lluís Carod-Rovira hiciera de conseller en cap, o sea, de vicepresidente, en el gobierno español. Todo el mundo se cabrearía: a Federico Jiménez Losantos le daría un infarto y los independentistas catalanes irían llorando por los rincones y musitando palabrejas como traïdor, fill de puta, tros de merda. Siguiendo con políticos catalanes, y aprovechando uno de los nombres citados en la quiniela de Hispalibertas, hay que recuperar a Aleix Vidal Quadras, a quien en Cataluña echamos de menos. Anda que no nos hemos reído con las barbaridades que soltaba. Es como una portada de La Razón con patas, sólo que tiene cerebro. Por eso propongo que, además de ser ministro de ciencia y tecnología, se encargue también de ser el portavoz del gobierno. Otro arrinconado al que se podría recurrir es Manuel Pimentel, que además parece que vuelve a meterse en política. Pimentel podría regresar triunfante al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, ya que sus antiguos amigos del Partido Popular aún no le han perdonado que tuviera algo de conciencia. En Interior podríamos colocar a Juan Maria Atutxa, tras convencerle para que no se retirara. Y en Asuntos Exteriores habría que seguir contando con Ana Palacio. José Antonio Labordeta también debería tener su propia cartera: ¿Agricultura, quizás? Tampoco sería un mal portavoz, junto a Vidal Quadras, siempre y cuando no olvidara soltar de vez en cuando su ya famoso "váyanse a la mierda". Al frente de Defensa habría que colocar a una mujer. Creo que algo así deprimiría a los generales y, sobre todo, a los legionarios, y haría aumentar considerablemente el número de deserciones. Creo que todo apunta a que la persona indicada es Carme Chacón. Verla rodeada de sargentos chusqueros, subiéndose a un tanque o visitando alguna base militar no se paga ni con la Master Card. El titular de Economía y Hacienda podría ser Jordi Sevilla. Vale, no es muy gracioso, pero la parte buena es que le sustituiría José Luis Rodríguez Zapatero un par de tardes por semana. No tengo muy claro quién podría ser ministro de obras públicas (o fomento, tanto da). Había pensado en Eduardo Tamayo, pero me parece excesivo. Del mismo modo, me parece exagerado nombrar a Pilar Bardem ministra de defensa y a Pepe Rubianes, ministro de economía. Creo sinceramente que Bardem y Rubianes lo harían de maravilla, pero dudo de que estén dispuestos a aceptar. Tampoco tengo ni idea de a quién colocar en Educación y Cultura. El recurso fácil sería Esperanza Aguirre, pero creo que ya no tiene gracia. Es como un chiste viejo. Igual Nuria de Gran Hermano. Aunque ésta posiblemente lo haría mejor en Medio Ambiente. En todo caso, lo que tengo claro es quién ocuparía un influyente ministerio sin cartera: Felipe González. Sólo para poder leer según qué portadas en según qué diarios.