La cifra


"14:49. Las autoridades británicas aseguran que comunicarán el número de muertos en las próximas dos horas."

Lo peor no será el número, sino los nombres.


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us

El calumnista


Entre el 3 de enero de 1983 y el 15 de junio de 1989, Alberto Pérez del Oso publicó en el desaparecido diario Las mañanas una columna diaria titulada "Calumnia de opinión". En sus Memorias de un maleducado, Del Oso explica que la idea surgió durante un almuerzo con el director del rotativo, Santiago Moreno, y con la escritora María Teresa Redondo. La idea era escribir una columna llena de insultos sólo por el placer de insultar, sin ningún objetivo social o político. Porque sí, vaya. La pena era que, como explica el propio del Oso, "sólo se podía insultar a políticos, ya que están tan pendientes de la opinión pública que supusimos que serían los únicos sin el valor suficiente como para denunciar a nadie". Así, el día del estreno, Del Oso publicó una columna titulada "Pedazo de cabrón", en la que soltaba ladridos como: "El diputado López es imbécil. Sólo hay que verle el bigote para darse cuenta. O, mejor dicho, para no darse cuenta. Porque a pesar de la calva y del mencionado mostacho, el diputado López es la diputada López. Sí, esa cosa entre rosa y morado que se sienta en los escaños de la oposición (ocupa dos) es una señora. No me extraña que su partido se oponga a la igualdad entre sexos, ya que la diputada López tiene hermanas que también son militantes de la formación y que podrían exigir cargos de responsabilidad". No sólo los políticos de segunda fila recibían sus palos. También y por ejemplo el secretario general del extinto PLE: "Menudo cretino. Consiguió su primer empleo gracias a que desgravaba. Trabajó en una gasolinera. Sus jefes fueron muy desconsiderados con él: le despidieron por fumar sin esperar a que saliera de la unidad de quemados". Y los ministros: "Por cierto, la ministra Ramírez le pone los cuernos a su marido. Esto es mentira, pero es lo más agradable que se puede decir de esa mujer. Y de su marido, que le debe varios millones a Hacienda y que anda huido del país. Bueno, esto también es falso: ya está en la cárcel. Y eso que era chivato de la policía". Por supuesto, no se conformó con este paso: "A menudo nos han reprochado --escribía Del Oso el 23 de julio de 1985-- que no insultáramos ni al presidente del gobierno ni al rey. Es cierto, pero esto es sólo por guardar el debido respeto institucional. Porque en realidad pensamos que ambos son unos gusanos despreciables que aprovechan su posición para no pagar ni en los bares ni en las joyerías". El diario recibió una única denuncia, cuando Del Oso llamó "putero y cocainómano" al portavoz del partido del gobierno. Durante el juicio se supo que las acusaciones eran ciertas, aunque, claro, no dejaban de ser constitutivas de delito. La sanción impuesta fue de apenas 50.000 pesetas, que no eran poca cosa en el 87, pero que no dejaban de ser una indemnización simbólica. Y es que, de hecho, la calumnia diaria de Del Oso pasó bastante desapercibida, a pesar de alguna que otra carta del director alarmada ante lo que creía acusaciones ciertas. Del Oso explica en su biografía que esta poca atención recibida "vendría dada porque los políticos preferían mis mentiras a las verdades que nadie se atrevía a publicar. Aunque, claro, esto ya es pura conjetura interesada, ya que siempre me decepcionó la escasa repercusión de mis artículos". La "Calumnia de opinion" desapareció con el diario. Se despidió con un texto en el que explicaba las extrañas costumbres sexuales de Santiago Moreno y María Teresa Redondo, en un emotivo homenaje a los amigos que le ayudaron a crear sus calumnias. Del Oso tenía ya 66 años y se jubiló, para después escribir sus memorias y un par de exitosas novelas policiacas.


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us

Patria


--Me duele España. Mucho. No sabes cuánto. Imagino que por culpa del aire acondicionado. --Perdona, pero eso que señalas es la garganta. --Ah, sí, es verdad. Es que siempre las confundo.


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us

Traducción


Cuando alguien insiste en que "la sociedad no está preparada para X" en realidad está diciendo: "Yo no estoy preparado para X".


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us

Yo no me pienso poner eso


Nunca he querido ser masón. Aunque tampoco creo que me hubieran aceptado. Hombre, puede tener su gracia eso de manejar los hilos del mundo a las espaldas del ignorante ciudadano común, pero no sé si compensa. Sólo hay que ver, por ejemplo, el uniforme del presidente de la Gran Logia de España. Con todos mis respetos y sin ánimo de ofender, este hombre parece el mayordomo de un torero. Quiero pensar --por piedad-- que los masones sólo se ponen el mandil durante sus ceremonias o cuando a uno de ellos le toca cocinar, pero la idea de que me hagan una foto así disfrazado me aterra. No sé qué pensaría mi madre al respecto, la pobre. No se merece que le haga tal cosa. Pero lo peor es que hay logias que aún no permiten el ingreso de mujeres. La idea de caer por equivocación en una de estas logias me provoca escalofríos. Además, no tengo pistola, por lo que no podría hacer lo más indicado en estos casos: introducir el cañón en la boca y apretar el gatillo. A ver, yo no tengo nada en contra de los señores que son masones y me parece bien que se puedan casar incluso entre ellos --de hecho, especialmente entre ellos, porque no sé si alguien de fuera querrá casarse con alguno si ve la foto del mandil a tiempo--, pero, vamos, yo no me encerraría en una sala llena de hombres con mandil y guantes sin la debida protección policial. Además, hay algo que no acabo de entender. La Gran Logia de España asegura en su página web --sí, hasta los masones tienen página web-- que "no está permitido el debatir sobre posiciones políticas o religiosas ya que ese no es el lugar adecuado para hacerlo". Esto no contradice el hecho de que dirijan nuestro destino desde el más absoluto de los secretos, ya que directamente actúan sin discutir antes, al tener bien definidos sus objetivos. Pero, claro, entre golpe de estado y crack de la bolsa bien tendrán que charlar. ¿Y de qué pueden hablar cincuenta hombres con mandiles? Pues evidentemente de fútbol. Uno se hace masón no sólo creyendo que va a marcar el camino por el que seguirá la historia, sino también confiando en que podrá comentarlo y ¿qué es lo que le dan a cambio de su discreción y de tener que parecer el amo de llaves de una folclórica? Una maldita discusión acerca de si Henry es o no es un buen fichaje para el Barça.


 
Menéame Envía esta historia a del.icio.us