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abril |
Frankfurt
EL CLÁSICO COMENTARISTA DE BLOGS POLÍTICOS: ¿Qué tal? JAIME: Aquí, como siempre. ECCDBP: Vengo de Frankfurt, en español Fráncfort. J: ¿Vacaciones? ECCDBP: No. J: Ah. ECCDBP: ¿No me vas a preguntar qué he estado haciendo en Alemania? J: No. ECCDBP: Me alegra que me hagas esa pregunta. He colaborado modestamente a que los catalanes no os quedarais con Endesa. Mejor alemana que de la Caixa. Al fin y al cabo, allí no hay terroristas de la Eta catalana ni independentistas que quieran cerrar la Cope. J: Hombre... ECCDBP: Esto de viajar es sanísimo. Te abre la mente y aprendes una barbaridad. Tú lo necesitas. ¿Sabías que Frankfurt está lleno de alemanes? J: Algo había oído. ECCDBP: Los alemanes se pasan todo el día hablando alemán. Y para hablar ese idioma hay que ser muy inteligente. J: Es que lo aprenden de niños y a esa edad todo entra más fácil. ECCDBP: Y lo de las salchichas es verdad. Hacen un montón de salchichas. Varios miles de millones cada hora, según leí. Nada que ver con las españolas. Me sabe mal decirlo, pero donde se ponga una salchicha alemana, que se quiten las demás. Las tienen más grandes y más sabrosas. J: Er... Si tú lo dices. No domino mucho el tema. ECCDBP: Eso sí, la tortilla española es clarísimamente superior a la alemana. Por no hablar de la paella. Allí ya les ha llegado, pero no acaban de controlar la metodología, a pesar de ser alemanes. J: Qué pena. ECCDBP: También estuve en un tablao flamenco, pero, en fin, tenía una calidad insuficiente, nada propia de los germanos. No son como los japoneses, no se les da bien copiar. J: Ya, es lo que tienen. ECCDBP: Pero sí que saben hacer coches. Sus Mercedes son superiores a los españoles. El mismo modelo en Alemania está mejor hecho. Es más alemán. J: Por la matrícula. ECCDBP: No, no, la mecánica es diferente. Sólo hay que oír el motor. Lo que pasa es que tú de estas cosas no entiendes porque eres un ignorante y no sabes ni de ingeniería, ni de economía, ni de política, ni de nada. Ya verás que bien nos irá la luz ahora que es alemana. J: Iluminará más. ECCDBP: Y consumirá menos. No me extrañaría que gracias a la electricidad alemana se incrementara la maltrecha productividad española, dinamitada por los comunistas que ocupan la Moncloa con el apoyo de los fanáticos islamonacionalistas catalanovascos robaperas y a pesar de que Rajoy merecía ganar las elecciones. J: Aunque igual las tortillas nos salen peor. ECCDBP: Todo tiene sus desventajas.
Osalsa Bin Rosa
Osama Bin Laden acudió el sábado pasado a Salsa Rosa. Aunque se ha intentado preservar la confidencialidad respecto a las cifras que podría haber cobrado el líder terrorista, se especula con que el programa le habría pagado entre cuarenta y sesenta mil euros. El asesino de masas se mostró "halagado" por el hecho de que se mostrara interés por el aspecto más personal de su vida: "Lo cierto es que la gente sólo se preocupa por mi trabajo --explicó-- y yo también tenía ganas de abrirme y de que se me conociera un poco mejor". Sin embargo y ante la profusión de mujeres con falda corta --ni siquiera mini-- entre el público y las periodistas, hubo momentos tensos, con amenazas a cuchillo incluidas. Por suerte, todo acabó entre carcajadas y con un pequeño vendaje en la mano de Santi Acosta, el presentador del programa. Aprovechando las circunstancias, se le preguntó por su relación con las mujeres. Osama aseguró que era "buena o muy buena", pero no convenció a los hábiles entrevistadores, que le pusieron en situaciones incómodas al preguntarle cómo se tomaría que una de sus hijas se hiciera modelo y se casara, por ejemplo, con un estadounidense anabaptista que tuviera un par de DVD porno en casa. En este caso, Bin Laden se escurrió por la tangente con relativa habilidad, asegurando que no mataría a nadie ni nada, pero no lo tuvo tan fácil cuando le enseñaron unas imágenes obtenidas con cámara oculta en las que el propio Osama salía borracho de un conocido local de Chueca, cogido de la mano de un famoso torero. Primero negó que hubiera salido aquella noche, pero ante la evidencia de la grabación, el terrorista acabó reconociendo que "igual sí fui a tomarme un té... Sí, un té, si me tambaleo en las imágenes es por el sueño. Con el jet lag, ya se sabe..." Por supuesto, negó los arrumacos con el torero: "Lo que ocurre es que nosotros los orientales somos más efusivos, cálidos y cercanos que los occidentales. Para nosotros esos abrazos y esos besos con lengua e hilillo de saliva incluido no tienen la misma significación que para vosotros". Los periodistas también aprovecharon para recriminarle los asesinatos cometidos y guerras causadas. "Eso tampoco lo entendéis --explicó-- porque sois unos infieles y por tanto también merecéis la muerte. Pero yo no mato por gusto. Mato porque os odio a todos y encima me dejé mi medicación en KABUL, porque os dedicasteis a bombardear A LOS HIJOS DE ALÁ, ¡ALÁ ES GRANDE! ¡MUERTE A LOS INFIELES! ¡EL VÍDEO MATÓ A LA ESTRELLA DE LA RADIO! ¡AL QUE ME DIBUJE LE CORTO UN HUE... !" Entonces le redujeron las fuerzas de seguridad y Santi Acosta dio paso a un enfrentamiento entre dos concursantes del Un, Dos, Tres, divorciados, residentes en Cuenca y peleados por el reparto del apartamento en el Mar Menor que ganaron cuando el programa lo presentaba Mayra Gómez Kemp, de quien por cierto se insinuó que mantenía una digamos estrecha relación con un señor que resulta que es muy amigo de un familiar de otro que se parece mucho a David Bisbal y que incluso en las cenas de amigos lo imita para regocijo y distracción de todos los presentes.
El tío Sam
Nos encontramos con Osama Bin Laden en una cafetería del centro de Barcelona. Preguntado acerca de los motivos que le han impulsado a visitar la ciudad mediterránea, Sam contesta que ha venido simplemente a tomar un café. "Aunque aquí lo sirven siempre requemado y amargo. No sabéis hacer un expreso en condiciones, no me extraña que todo el mundo pida cortados, malditos infieles, ¡tendréis lo que os merecéis! ¡ALÁ ES GRANDE!" Los periodistas estamos siempre donde está la noticia, pero después de oír aquel grito, saltamos todos detrás de la barra, esperando que la noticia estallara lo más lejos posible. Sam nos calmó: "Pero, hombre, que era broma. El café es una mierda, pero era broma. No llevo nada, tocadme la cintura, ¿veis? Además, yo no me encargo de los atentados suicidas. ¿Acaso el presidente de la Coca-Cola hace fotocopias? Pues eso". Ya casi repuestos del susto, aún blancos y con las piernas temblando, le preguntamos por la tregua ofrecida a Estados Unidos. "Me conservo muy bien, pero ya tengo una edad. Me apetece retirarme y dedicarme a mis cosillas. No sé, casarme con varias personas, cuidar bonsáis, torturar infieles. Lo típico. Pero no creo que Bush acepte. Es un rencoroso". En cuanto a la victoria electoral de Hamas, Sam cree que son unos blandos: "Elecciones... Pudiendo matarlos a todos..." Aprovechamos para preguntarle por cuestiones de política nacional. "A mí no me gusta el estatut. Es muy laico. Igual suena políticamente incorrecto, pero yo pondría algo acerca de matar a todos los infieles". Sam no deja pasar la oportunidad de hablar de fútbol: "El Barça va bien, ¿eh? No me gusta mucho eso de que enseñen las piernas, yo los mataría a todos, vamos, pero igual llegan lejos este año". Por último, le pedimos algún avance de sus operaciones futuras. "Ah, eso no puedo decirlo. Tampoco lo tengo decidido del todo. En realidad, me conformo con no despeñarme por las montañas esas del Pakistán. Un día me voy a caer de cabeza y me voy romper todos los piños. En todo caso, recordad que la vida da sorpresas, como dije cuando le quité el burka a mi tercera esposa. O a lo que creía que era mi tercera esposa. En todo caso, hay que saber aprovechar lo mejor de esas sorpresas, como añadí la misma noche".
Al servicio de mis lectores (los tres)
Sé que he de prestar atención a la chisporroteante actualidad. Los temas de urgencia reclaman mi atención, ya que mis amables lectores, esos pobres desgraciados, necesitan que alguien les diga lo que han de pensar acerca del Estatut, del concepto de nación(alidad), de los papeles de Salamanca (todos y cada uno de ellos) y de si es justo que Pepe gane Gran Hermano. Pues sí. Es justo. Además, si cientos de columnistas de diarios de prestigio --¡de prestigio!-- escriben cada día sobre el tema que toca, ¿quién me creo yo que soy para hacer otra cosa? ¿Eh? ¿Quién? ¿QUIÉN? ¿QUIÉN? Por otro lado, y como la realidad y sobre todo las opiniones son volubles como una pluma en el viento, y el día menos pensado va Piqué y vota sí al estatuto, mientras que Carod agarra y dice que ni hablar de la china, La decadencia del ingenio ha puesto en marcha un nuevo servicio de urgencia para sus lectores, esos pobres desgraciados. El Decatono. El sistema consiste en enviar un sms con la palabra o palabras clave y en unos segundos se recibirá en el móvil un mensaje de texto que le servirá a uno para defenderse en una cena o mientras reparten canapés en ese estreno de teatro en el que nos hemos colado hábilmente, ya que al llevar zapatillas rojas e ir sin afeitar todos creían que éramos alguno de esos actores de tercera que hacen teatro independiente más que nada porque no hay productora de televisión que les contrate. El servicio contempla el envío de aceradas y contundentes opiniones sobre política, sociedad y cultura. Si el mensaje se envía al 55551, se responde desde una óptica moderna y de izquierdas, pensando en el cliente con gafas de pasta. En cambio, el 55552 va dirigido a tipos con jersey azul marino al hombro, de esos a los que nadie puede convencer de que la gomina o, en su caso, la laca, están absolutamente pasados de moda desde 1992. Así por ejemplo, el envío del mensaje DECATONO ESTATUT al 55551 daría como respuesta un texto similar a este: “Pr fn s ha alcanzdo 1 aqerdo q satisface a to2. Es ambicioso pro tb moderado. Ingnioso en lo q se refiere a la inclsión de la palabr ncion slo n l preambulo”. En cambio, si uno de nuestros clientes envía la palabra EVOMORALES al 55552, recibiría un texto como el que sigue: “El qadrado de las brmudas ZP Chaves Fidel Evo traerá la dstrucción de la librtd n los paises d habla hispana. ZP sólo sabe apoyar dictadres vstidos como el payaso de micolor”. Obviamente los mensajes son variados, ya que de lo contrario correríamos el riesgo de que quince o veinte personas repitieran exactamente las mismas frases en la cola de los cines Verdi o en la puerta de alguna discoteca de por encima de la Diagonal, y eso supondría incontables molestias y una atmósfera incómoda para nuestros clientes, esos pobres desgraciados. El coste del servicio es de 1,12 euros por mensaje, pero hasta que acabe enero, estamos de oferta. Sólo 97 céntimos más impuestos.
Far too silly
A: Oiga, ¿y usted a dónde se cree que va? B: Pues a mi casa. A: Ah, qué bonito, qué bonito. ¿Y eso que se lleva bajo el brazo? B: Pues un libro. Precisamente venía a decirle que me lo llevo. A: Muy bien, qué alegría, qué despiporre, ya estamos rompiendo la unidad de archivo. B: ¿Pero de qué unidad de archivo me está hablando? Si esto es una biblioteca. A: Pues eso. Una biblioteca. Y no mil trescientas cuarenta y dos, que son los socios que tenemos. No podemos ir dejando que locos como usted se lleven cada uno un libro y nos dejen sólo con el polvo de las estanterías. Eso significaría el fin de la civilización tal y como la conocemos. B: Oiga, que en tres días lo devuelvo. A: ¿Y yo cómo sé que eso es verdad? Usted es otro catalán más, un mentiroso compulsivo, un falsificador de la historia, un traidor, un descuartizador, un intolerante, un fascista, un cleptómano, un enfermo, un culé, un genocida. B: Hombre, pero tiene mi dirección y mi teléfono. A: Falsos, seguro. Además, si tuviera que ir a buscar el libro, necesitaría poner una denuncia, que el juez autorizara a la policía a entrar en su casa, demostrar que ese libro no es suyo... En fin, papeleo y abogados. Saldría más a cuenta comprar un libro nuevo, que es lo que usted quiere. Anda que no les tengo yo clichados a los desintegradores de archivos como usted. B: Bueno, mire, si se va a poner así, le dejo el libro aquí, en el mostrador, y usted me deja en paz. A: No, hombre, que era broma. B: (...) A: Era un ejemplo práctico de cómo la sociedad está excesivamente politizada y polarizada. Llévese el libro, hombre, faltaría más. Es una mierda, pero lléveselo. B: (...) A: Y no olvide reflexionar acerca de lo que ha experimentado hoy aquí. B: (...) A: Las bibliotecas: centros culturales en el más amplio sentido de la palabra. B: (...) A: ¿Qué ocurre? B: (...) A: ¡¿Qué?! B: (...) A: ¿Qué pasa? ¿Tengo monos en la cara? B: (...) A: ¡AH! ¡AAAH! ¡AAAAAAAHAAAHA! ¡QUÍTEMELOS! ¡QUÍTEMELOS! ¡AAAAAH! ¡MONOS! ¡MONOS! ¡QUÍTEMELOS! ¡AAAAHAAAAAHAAAAA!