Y ya llega tarde


El primer catalán del año aún no ha nacido. Según ha informado la Conselleria de Temes Importants, han nacido ya el segundo, el tercero y así hasta el decimosexto, pero el primero, el de la foto, todavía no se ha presentado en el hospital. "La verdad es que esto no es normal --ha afirmado el conseller--. Con lo formales que somos en Cataluña, que aún no haya llegado el primer catalán de 2008 es indignante. ¿Qué pensarán de nosotros en el resto del mundo? ¿Así vamos a ser independientes? ¿Así? ¿Llegando tarde a los puestos? Pues si va a ser así, que me lo digan, y no haré caso a mi reloj. Por si no lo ha notado, estaba siendo sarcástico. Sólo un poco, ¿eh?". A pesar de las circunstancias y haciendo gala del conocido espíritu de compromiso catalán, la comitiva de recibimiento sigue en el pasillo de la clínica. La señorita que aguanta el ramo de flores ya tiene calambres y el fotógrafo se queja, más que nada porque es lo que suelen hacer los fotógrafos. Este en cuestión asegura que tiene entradas para no sé qué partido de fútbol, que no le pagan lo suficiente y que un día se va a liar a tiros y no va a quedar ni uno de pie. "Es cierto que el cava ya está caliente --explica el conseller--, pero es nuestro deber permanecer aquí hasta que llegue el bebé o la bebé. Qué informalidad, de todas formas. Igual le quitamos puntos, o algo. El cava no se puede servir caliente. Es decir, se puede, no explota, ni es ilegal ni nada, pero se pierde todo. Bueno, no se pierde. Sigue ahí en la botella. Ahora no estaba siendo sarcástico. Quiero decir, así no se construye un país. No. Ni hablar. Se comienza cavando una zanja y luego se ponen unas cañas así en diagonal y luego se pone una tela y luego se ponen unos ladrillos así por la parte de fuera y luego... Bueno, poco a poco se pueden ir colgando cuadros y lámparas y tal. Así se construye un país. Estoy escribiendo un libro sobre el tema. Se titula Libro. Es que no quiero que nadie se confunda y lo compre pensando que es otra cosa. Un coche coche o algo. Tengo sueño. Como Martin Luther King, pero de dormir, no de soñar. ¿Sabía usted que Martin Luther King era negro? Yo pensaba que era americano, pero ya ve que no. De lo que se entera uno". Los padres de la criatura están también irritados con la conducta de su hijo y con un ligero dolor de cabeza por la cháchara del conseller: "Si es así con apenas días --dice su padre--, ¿qué no hará cuando tenga seis o siete años? Los asesinos y los drogadictos comienzan así: llegando tarde a los sitios, todo el día ahí, con los auriculares, escuchando música satánica y enviando mensajitos con el móvil". "A mí lo de los auriculares me parece fatal --añade su madre--. Se va a quedar sordo. Igual es eso, que ya se ha quedado sordo y por eso no ha venido, porque no nos oye". Los mossos d'esquadra están haciendo indagaciones para averiguar el paradero del primer catalán de 2008. Eso sí, se trata de una investigación extraoficial, ya que la ley no obliga a nacer ni siquiera en esta clase de circunstancias. Fuentes cercanas a dicha investigación apuntarían a que el primer catalán residiría en el extrarradio y, dada su inexperiencia, habría intentado llegar al centro de la ciudad usando algún tipo de transporte público.


 
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Una nueva y tal vez inevitable crisis económica


Como bien saben todos aquellos que me conocen e incluso personas que no me conocen de nada, pero tienen una gran intuición, mi pasión es la economía. Disfruto estudiando esta ciencia que explica por qué hay gente pobre mientras los ricos seguimos amasando fortunas gracias a ideas atrevidas e innovadoras que la sociedad demanda, como los Segway o los móviles con cámara. Mis conocimientos y mi capacidad analítica me han permitido llegar a una conclusión aterradora: el sistema económico actual está al borde del colapso. Si no hacemos algo pronto para remediarlo, probablemente moriremos todos entre terribles dolores. Fijémonos en el fundamento de la economía: básicamente consiste en el intercambio de bienes y servicios a cambio de dinero. Y ahí está el problema. Una persona puede obtener un buen solomillo de buey a cambio de un mísero trozo de papel. No sólo eso, sino que es probable que además reciba lo que comúnmente se denomina "cambio": es decir, piezas de metal labrado. Recapitulando: carne y medallas a cambio de un mísero papel mal pintado. ¿Soy el único al que este intercambio le parece absurdo? Por supuesto que no. Mi primo también lo considera irrisorio, incluso a pesar de que desconoce el significado de esta palabra. Pero el caso es que la sociedad, irracional hasta el ridículo, sigue propiciando estos trueques, prefiriendo el papel a la carne. La consecuencia lógica de todo esto es que la gente acumulará papel despreciando la carne HASTA QUE SE MUERA DE HAMBRE, dado que el papel NO SE COME o, en todo caso, NO ALIMENTA. Es indispensable y urgente que las autoridades relativamente competentes tomen medidas al respecto y emprendan la emisión de carne moneda y pescado moneda, en lugar del pernicioso papel moneda, que lleva al hambre, a la anorexia y a la muerte. Parece mentira que se siga promoviendo este ideal estético de delgadez extrema, cuando podríamos estar pagando las cosas con filetes, incluidos el papel y los propios filetes.


 
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La monarquía y los osos panda


Los autores de la portada de El Jueves en la que se veía a los príncipes haciendo cochinadas han sido condenados por injurias al sucesor de la corona, que supongo que es la Coronita (risas). Por supuesto, La decadencia del ingenio no reproducirá la portada, ya que se trata de un dibujo delictivo. Si alguien la ve en el hueco en blanco de aquí abajo es única y exclusivamente por el poder de la mente, de la memoria y de la sugestión.

Dicho lo cual, no entiendo cuál es la parte injuriosa de este dibujo que no está justo aquí encima. Bueno, para Leti igual sí, al fin y al cabo, le están relacionando con el príncipe y eso es jodido, pero por lo que leo en la prensa, el delito es por injurias al sucesor y no a su señora. Y es que, en fin, recordar que los reyes cobran básicamente por follar y reproducirse no es un insulto. De hecho y aun ignorando la frecuencia de la actividad sexual de la Coronita y pareja, digo yo que los tres mil euros de multa podría ser fácilmente lo que ingresan por, digamos, ratito de pasión íntima. En definitiva, los reyes son como los osos panda de los zoológicos. Todo el día ahí tumbados y rascándose mientras la gente espera que críen y les animan a ello. Y luego cuando tienen niños salen por la tele: Milú de Todos los Santos es el primer oso panda que nace en cautividad en los últimos dos meses, etcétera, etcétera. Me imagino a los osos panda de cualquier zoo paseándose por Ceuta y Melilla, y a la gente saliendo a recibirles con banderas chinas y camisetas con el Seat Panda. ¡Vivan los osos! ¡Con los Panda sí se anda! ¡Melilla es panduna y no moruna! Y el dictador marroquí ahí, supersoliviantado: "Oigan, que esos osos españoles van por ahí provocando con sus cañitas de bambú". O a un panda haciendo callar a Chávez, en plan niñato de barrio: "Que te calles, payaso, que aún cobrarás". Y, zas, zarpazo en toda la boca. Alta y peluda política internacional. España mejoraría mucho con reyes panda. Es más, desde las humildes páginas de esta guía telefónica propongo la instauración de una monarquía pandamentaria (risas). Sí, salgamos todos a la calle a reclamar unos reyes apeluchados y con cara simpática. O mejor no, que ya comienza a hacer frío. Entremos todos a una cafetería a reclamar. Pero no a la misma, que luego igual reclamamos, pero no hay quien se pueda pedir un cortadito.


 
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Nuestro vídeo


El XXIII congreso del PL (Partido Limonero), del que soy militante de base desde que se fundara en la clandestinidad en 2006, ha aprobado por unanimidad su programa electoral, que defenderá nuestro candidato a la presidencia del gobierno. El candidato es un señor al que no conocemos personalmente, pero del que todo el mundo habla muy bien porque lleva tres años muerto. Entre las propuestas que recoge este atrevido programa se encuentra la prohibición de mirar fijamente a los demás durante más de diez segundos sin decir nada --es terriblemente incómodo y ridículo--, además de otras ideas arriesgadas que demanda la sociedad. Obviamente, también hemos hecho alguna concesión al populismo y nos declaramos en contra de la guerra de Vietnam y a favor de la eliminación del paro al estilo liberal-Sarkozy: arrestar y quizás ejecutar a todos los infelices que no sean capaces de encontrar un empleo. Trabajo hay, lo que pasa es que hay mucho vago que no quiere esforzarse para que la economía española y en especial la de ciertos españoles esté a la altura de lo que viene a ser la potencia mundial que somos en la cabeza de algunas personas con graves problemas para aceptar la realidad. Además, y a pesar de que no soy más que un modesto y humilde militante --uno más de los siete--, se me encomendó la redacción del guión de un vídeo electoral que seguro hará las delicias de los aficionados a la política y demás cinéfilos: Exterior. Día. Imágenes aterradoras de gente muriendo. Disparos. Explosiones. Gritos de angustia. Un hombre con traje busca un bolígrafo. Una anciana se queja. Otra anciana se le une. Cada vez son más. La pantalla se llena de señoras con el pelo lila que protestan. Ah, ah, ah... Interior. Despacho. El candidato mira a cámara en plano medio (o sea, normalito). Viste un traje de tonos suaves, corbata discreta y camisa blanca o similar (otro tono de blanco). Lleva un peinado normal, de estos con raya, pero sin mucha raya, que ya no se lleva. Rostro relajado y natural, algo descompuesto (por lo que viene a ser la descomposición habitual en alguien que lleva tres años muerto). CANDIDATO: (...) Como está muerto, no dice nada. Una mano le da al play del típico radiocasete. RADIOCASETE: Vota al Partido Limonero. Un partido de héroes fundado por un limóuaaaaguaaaaagfrrrr... La mano, espantada, le da al stop y al eject. Saca el casete y, más alarmada aún, se da cuenta de que la cinta se ha enredado. MANO: (Usando el lenguaje de los signos, tan nerviosa que a ratos se ve parte de la manga.) Disculpen. Tenemos problemas técnicos. Les dejamos con la programación habitual. Exterior. Día. Imágenes aterradoras de gente muriendo. Disparos. Explosiones. Gritos de angustia. Pero ahora se oyen también pajaritos. La cámara se centra en un brote verde probablemente de limonero que surge de entre el asfalto. La filarmónica de Viena interpreta la sintonía del Equipo A. Imitando la caligrafía de los títulos de crédito de dicha serie, se lee el mensaje: "Vendo Opel Kadett 1.6 GTI. AA EE ABS CD. 120.000 km. Siempre en garaje". Fundido a negro. Nuevo mensaje: "Dedicado a la memoria de J. C. P. Aún no te has muerto, pero dicen los médicos que tampoco es que te quede mucho, así que ya aprovechamos. Ánimo, que no está todo decidido. Aunque, en fin, el funeral ya está pagado".


 
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La cuestión es hacer gasto


Hoy ha salido a la venta un nuevo periódico. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué? Hoy en día en las carnicerías y pescaderías usan otro tipo de productos para envolver sus productos y con los diarios gratuitos ya está más que cubierta la demanda de papel para cubrir el suelo cuando se pinta. Recuerdo cuando comencé en esto del periodismo. A finales del siglo 18, Benjamin Franklin y yo hacíamos volar una cometa cuando un viajero en el tiempo le cambió la dentadura postiza de madera a George Washington por una de broma, de estas que no dejan de castañetear, con el objetivo de que pareciera que tenía frío, alguien encendiera la chimenea y ya no recuerdo qué más. Al final los buenos capturaban al tentáculo malvado. Ah, aquello sí que eran juegos y no los Grand Theft Auto cuyo único atractivo es que son absolutamente geniales y divertidísimos. Este nuevo periódico... Veo que alguien creía que había perdido el hilo de mis pensamientos. ¡Ja! Da igual lo largas que sean mis digresiones (podría hacer un chiste verde sobre eso): siempre sé de dónde vengo y adónde voy. Y no sólo por escrito: también conversando. La gente deja la sala y apaga la luz sin que eso me desconcentre en absoluto. Yo, a lo mío. Si no quieren escuchar mis lecciones de sabiduría, ellos se lo pierden. Recuerdo una ocasión, cuando publiqué el tercer libro de mis memorias (Mis romances imaginarios con mujeres famosas), en la que una persona me paró por la calle, como si yo fuera, no sé un guitarrista de rock o un actor de Hollywood, y me dijo, aún recuerdo sus palabras: "Oiga, ¿usted no sabrá por dónde queda la calle Provenza?" A lo que contesté: "Es paralela a ésta: la tercera hacia arriba. O la segunda, que con estas calles siempre me confundo". "Sí --añadió--, es que en el Eixample son todas iguales". "Sí". "Sí". Aquí hubo un silencio incómodo. "Bueno, yo me voy". "¿No me quiere acompañar a Provenza". "Hombre, pues no, la verdad". "¿Y si me pierdo?" "Siempre puede preguntar a un guardia". "Usted me inspira más confianza". "Tengo cosas que hacer, me esperan". "Por favor, no me deje solo. Tengo miedo. Y además creo que me estoy enamorando". Al final tuve que ponerle una orden de alejamiento, no diré más. Este nuevo periódico, decía --ja, lo he vuelto a hacer-- se llama Seguridad Social, o algo así. No estoy muy seguro, pero creo que el nombre tiene algo que ver con los impuestos. El caso es que siendo (yo) una persona cultivada y cuya opinión es seguida y reproducida como propia por varios cientos de miles de personas --es lo que nos ocurre a los aspirantes a tertulianos de Ana Rosa: nos imitan e idolatran--, no podía dejar de comprar este nuevo diario. El problema es que antes de salir de casa me lié --tenía mucho sueño-- y me equivoqué al pensar la frase: en lugar de "no puedo dejar de comprar este nuevo diario" pensé "no puedo no dejar de comprar este nuevo diario". Así que, creyendo que no dejaba de cumplir con mi deber de gurú de la superizquierda, dejé de comprar el diario. Al menos eso creo: estuve un rato pensando en lo que querían decir esas frases y acabé con dolor de cabeza. Aún no lo tengo muy claro: si hay alguien que sepa algo de lógica en la sala que me aclare qué pensé y, por tanto, si compré el periódico o no. Delante mío tengo unas tijeras y una libreta roja, pero creo que ninguno de estos dos artículos es Propiedad, o como se llame esta nueva publicación. Vamos, no creo que hayan innovado tanto. Aunque la idea no es mala: Tributos, el diario que, una vez leído, corta papel y cartulina. A los niños les encantaría. El mercado de los niños es un mercado que no se puede dejar de lado, dado su crecimiento. Cada año, los niños crecen varios centímetros a lo alto y a lo ancho, dependiendo de la cantidad de Colacao y cereales que consuman. Cebad a vuestros hijos: la economía de España lo necesita.


 
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