Penalti clarísimo


Una vez más, Jaime Rubio fue conducido ante el juez. En esta ocasión por no haber visto ningún partido del mundial de fútbol. Ni siquiera los de la selección. La española. Al comienzo de la vista, el abogado de Rubio le exigió al juez que el acusado se representara a sí mismo. La petición fue aceptada por el magistrado, que también ordenó a los alguaciles que redujeran al preso. "Pero si todavía no he dicho nada", declaró el delincuente, entre golpe de porra y patada. "Pero lo ibas a decir", sentenció, y casi nunca mejor dicho, el juez. El fiscal explicó que Rubio había preguntado en un bar y en presencia de niños "quién era el tal Zidane". No contentó con el estupor causado y después de recibir una respuesta más que educada, Rubio aseguró que no seguía "eso del fútbol". Preguntado por los motivos, Rubio afirmó no ser un cretino oligofrénico y violento, como los seguidores de dicho deporte. Acto seguido, el fiscal llamó a declarar a un reputado psiquiatra, que explicó que Rubio no era ningún cretino oligofrénico, sino que padecía un "marcado complejo de inferioridad, además de tendencias agresivas que podrían brotar en cualquier momento, dando lugar a ataques de cólera". En ese preciso instante, Rubio se puso de pie. "¡Eso es falso! --Gritó--. ¡Eso es mentira! ¡Malditos cerdos! ¡Os mataré a todos, hijos de puta, hijos de la gran...!" Rubio fue nuevamente reducido. Cabe recordar que los juzgados de Barcelona cuentan desde principios de mes con una unidad de alguaciles especializados en reducir acusados. Han sido entrenados por los jíbaros. En ese momento de la sesión y tras unas decenas de golpes, el acusado apenas medía metro quince y pesaba cuarenta y dos quilos. Es decir, diez centímetros y ochenta quilos menos que al inicio de la vista. Rubio procedió a interrogarse a sí mismo. Se preguntaba de pie y corría a sentarse en la banqueta de los acusados para darse la respuesta apropiada. Transcribimos parte del cuestionario. ABOGADO: Señor Rubio, ¿es cierto que usted posee un cociente intelectual superior al del noventa y nueve por ciento de la humanidad? ACUSADO: Ja, ja, abogado Rubio, está mal que yo lo diga, pero sí, soy extremadamente inteligente. Fíjese en este puzzle. Lo hice el fin de semana pasado. Quinientas piezas, nada menos. ABOGADO: Impresionante. ¿Por qué no le gusta el fútbol? ACUSADO: Comprenda que nosotros, las mentes elevadas, no estamos para esos pasatiempos mundanos. Prefiero escuchar las piezas para clave de Bach, mientras leo alguna buena novela. Y si enciendo la tele no es para ver un partidito de esos, sino para degustar algunos de los devedés de mi colección de clásicos del cine.
Interrogado hábilmente por el fiscal, Rubio confesó escuchar el Caribe Mix y leer sólo la revista de Operación Triunfo. Este fiscal es un grandísimo interrogador: domina unas técnicas dialécticas prácticamente insuperables. En esta ocasión usó uno de sus métodos más renombrados: aplicar con suave presión la planta de su bota contra el cuello del acusado. El juez condenó a Jaime Rubio a ejercer de árbitro en los dieciseisavos de final de un campeonato entre colegios, partido que se celebró el día siguiente al juicio. Se espera que Rubio salga del hospital antes de navidades y que reconozca ante los padres del equipo perdedor que aquello no fue penalti y que, por tanto, su reacción fue más que lógica.


 
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El ladrón de bolígrafos


Tras siete años de investigaciones, la policía ha conseguido arrestar a Domingo Gutiérrez, el mayor ladrón de bolígrafos de la historia. Gutiérrez fue apresado en una villa cercana a Taormina. En la casa se encontraron más de cincuenta millones de bolígrafos y plumas de todo tipo. El robo y la posterior venta de estos productos le ha permitido adquirir varias casas de lujo y más de un deportivo a lo largo de los últimos años. Se dice que incluso compraba cedés originales, en lugar de bajarse canciones por internet, como todo el mundo. Gutiérrez comenzó su carrera delictiva ya en el colegio. Pedía prestado un boli o un lápiz y jamás lo devolvía. Pasó a hacer lo mismo en bancos, oficinas de correos y organismos públicos. Le daban un boli para firmar y después se lo colocaba hábilmente en el bolsillo. Se calcula que sus robos sólo en oficinas públicas han supuesto un perjuicio al estado de más de doce millones de euros. Con el tiempo fue perfeccionando su técnica. Entraba en tiendas de estilográficas de gama alta, pedía que le enseñaran alguna y terminaba colocándosela en el bolsillo. Era incluso capaz de parar a un extraño por la calle y pedirle entre risas que le devolviera su pluma o su bolígrafo. El extraño indefectiblemente le echaba la culpa a su mala cabeza y se lo entregaba, no sin excusarse por lo que Gutiérrez había hecho pasar por un despiste. Los rumores apuntan a que Gutiérrez se quedó con el bolígrafo del comisario Soria tras firmar su declaración.


 
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En huelga


Los cincuenta y siete empresarios más ricos de España se declararon en huelga entre septiembre y diciembre de 2004. Los líderes de los diferentes sindicatos mayoritarios en estas compañías montaron en cólera en cuanto se dieron cuenta (seis días más tarde): "¡Han hecho huelga a final de mes para no firmar las nóminas!", aseguraron. En cuanto les explicaron que habían cobrado todos y que esos señores tan importantes no se encargaban de firmar esas cosas, se tranquilizaron, no sin poner cara de fiarse más bien poco de aquella gente. Uno de los huelguistas, Amadeo Rojo --¡ja, ja, Rojo...!-- explicó en una entrevista televisiva que su objetivo era que la población supiera que los creadores de riqueza y de puestos de empleo también tenían sus problemas y sus necesidades. "Yo he perdido mi hierro del siete --afirmó--, y era mi hierro de la suerte. Con él gané a Sebastián Aguado". Aguado --que aseguró que Rojo era un tramposo que movía la pelota cuando nadie miraba-- explicó en declaraciones a El País que los empresarios tenían jornadas laborales larguísimas, a veces de incluso tres horas, y eso cuando no tenían que ir a comer con clientes, "cosa que supone un claro riesgo para nuestra salud. No hay forma de mantener la línea y cuidar el colesterol". "Yo además soy mujer --declaró Eva Sigüenza en Onda Cero--. Para nosotras todo es mucho más difícil. Tenemos que vigilar que trabajen nuestros empleados de la empresa y también los del hogar. No hay forma de que Celia María me traiga los yogures desnatados que a mí me gustan". La huelga se alargó durante semanas, causando indiferencia entre los empleados y aburrimiento entre los periodistas. Al cabo de sesenta y cuatro sin trabajar, dos de los considerados líderes espirituales de esta iniciativa dieron la protesta por acabada. Lo explica Ernesto Terrón: "Estaba comiendo con García, de Chupitex, cuando le dije 'qué bueno aquello de la huelga', ¿no? Y entonces nos dimos cuenta de que aún no habíamos acabado la historia esa. Qué risa. Hicimos un par de llamadas para terminar aquello y regresamos a nuestros despachos. No echaba yo de menos ese sofá, ni nada".


 
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¡Libertad para los empresarios!


Han vuelto a cerrarme un negocio. Otra empresa libre salvajemente oprimida por la dictadura intervencionista. Al parecer, a esos comunistas no les gustaba que sirviera comida "en mal estado"... En mal estado... Un poco pasadita de fecha, quizás. Pero yo no obligaba a nadie a comerse aquella porquería. Y advertía claramente en el menú de que "los productos que les ofrecemos han sido cuidadosamente seleccionados para conseguir el máximo equilibrio calidad-precio". Con esos precios tan bajos, estaba claro que la calidad no podía ser muy alta. Sólo los cretinos que han acabado en el hospital no lo entenderían. Hay mucho estúpido suelto, no veo por qué no puedo sacar tajada de esta realidad. Iba bien, el negocio. En fin, tendré que volver al aún incomprensiblemente clandestino "chantaje". Lo pongo entre comillas porque lo que se suele llamar "chantaje" --en tono peyorativo, además-- es simplemente un intercambio comercial como cualquier otro. Si la gente quiere pagar por no ver publicadas unas fotos suyas en actitud comprometedora, no veo qué hay de malo en ello. Yo no les obligo a pagarme nada. Lo hacen en libertad. Pero, ah, la policía tiene que meter las narices en todo. Oiga, agente, ¿verdad que yo no le digo nada por el hecho de que usted vaya por ahí armado, cosa que supondría una clara desventaja para mí en caso de que nos enzarzáramos en un tiroteo? Pues déjeme a mí seguir con lo mío. Pero, nada, no lo entienden. Estuve pensando en establecerme como constructor. Pero, de nuevo, la regulación excesiva segó una prometedora carrera hacia la riqueza. Resulta que hay que cumplir una serie de normas arbitrarias que no hacen más que coartar la libertad y desanimar a cualquier emprendedor. Al parecer, no se puede levantar un edificio de veinte pisos usando sólo conglomerado de madera. Pues resulta que se abarataría el coste, amigo mío. Quizás sí que sería cierto que el edificio no aguantaría dos semanas en pie, pero el precio de una de estas vivienda sería inferior --sí, inferior-- al de un alquiler por medio mes. Y los supervivientes tendrían prioridad a la hora de comprar otro piso en el mismo edificio, una vez lo volviera a levantar. Ni por esas. Un asco. Asfixiado por la falta de libertad, estoy.


 
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Jornada de ida y vuelta en la bolsa asnalesa


La bolsa de Asnalia abrió la sesión con pérdidas superiores al 0,7%, debido aún a la decisión que tomó el día anterior el Banco Central Asnalés. El BCA decidió subir los tipos de interés por tercer mes consecutivo. A partir de ayer, el gran escritor de la patria Jaroslav Martínez, el compositor nacional Jan Soriano y el retratista de la familia real Mark García, entre otros, se encuentran en la decimocuarta planta del Ministerio de Cultura. Los inversores ven con preocupación las alzas en estos tipos, sobre todo debido a la ausencia de ascensor en el edificio: la poeta Martina Pérez, por poner un ejemplo, tiene problemas para llegar a su despacho, dados sus 102 años, el corazón artificial y la bombona de oxígeno que la ayuda a paliar su enfisema. Las ventas se contuvieron gracias a la caída en los precios del barril de lodo. Quien quiera comprar esta materia prima (principal exportación asnalesa) deberá gastarse diez céntimos menos que la jornada anterior. El gobierno espera vender el primer barril en toda su historia este mismo mes, gracias al mínimo alcanzado: -35,17 dólares. También animó los mercados la opa hostil que lleva de cabeza a los inversores desde hace ya casi dos meses. Petroslav & Co. le ha ofrecido una vaca más a MyriaEx a cambio de su furgoneta de reparto de prensa, con lo que la oferta queda en dos barriles de lodo, treinta y cinco liras asnalesas, un bonobús, un señor de Murcia y una vaca. El éxito de esta operación supondría que la compradora se haría con el monopolio de la distribución de diarios y revistas en la capital, pero los inversores no ven con buenos ojos esta operación: la furgoneta tiene varias abolladuras y la puerta del acompañante no cierra bien. Además, la opa aún está pendiente de lo que determine el Tribunal de la Competencia. Cabe recordar que esta decisión se ha retrasado debido a la declaración de incompetencia que el juzgado de lo civil dictaminó sobre el presidente del tribunal, Mika Ruiz, que ha sido recluido en un asilo para ancianos enfermos. Ruiz se declaró en contra de esta decisión, asegurando que "con dinero o sin dinero, sigo siendo el rey". Luego se bajó los pantalones y comenzó a cantar "Esta yegua no es mi vieja yegua gris", hasta que los celadores lo redujeron y lo devolvieron a su habitación. Los rumores de una avería en un tanque del ejército asnalés llevaron a los inversores a incrementar aún más las ventas, sobre todo en valores relacionados con la defensa. Especialmente Protopov, compañía presidida por un tipo que estuvo en el ejército un par de años en la década de los sesenta y que mantiene buenas relaciones con algunos antiguos compañeros de la Octava División de la Garrota. El valor se dejaba un 7,2% hasta que los ministros de economía y defensa desmintieron los rumores en rueda de prensa conjunta: Asnalia sólo tuvo un tanque, pero lo vendió en 1983 a cambio de lo que creían que era un caza y resultó ser un setter inglés. Por cierto, el presidente de Protopov levantó una agria polémica hace un par de meses al asegurar que en el ejército le hicieron un hombre. El general de brigada Fiodor Matías tuvo que salir al paso y asegurar que las orgías homosexuales ya no eran tan frecuentes. Al menos, no en horas de servicio. Con la apertura de la bolsa de Nueva York, el mercado de Asnalia se dio la vuelta. Y es que Wall Street inició la jornada con pérdidas, y ya se sabe que el inversor asnalés es antiamericano por naturaleza. Como de costumbre, se volvieron a oír gritos de "Yanquins, gou joun" en el gres (tendría que haber sido parqué, pero hubo problemas de presupuesto después de que el fundador de la bolsa decidiera gastarse la mitad en una bonita fuente que está en el centro de la sala, con la versión asnalesa del manekken pis, que es un señor gordo que se rasca un sobaco mientras orina). Poco antes del cierre de la bolsa, al bedel del edificio le dio una lipotimia, cosa que provocó que los inversores que estaban en el gres dejaran su puesto de trabajo y se pusieran a dar consejos acerca de lo mejor que se puede hacer en estas circunstancias. "Dejadle espacio para que respire", "tiradle un cubo de agua", "el boca a boca, el boca a boca", "pervertido", "¿habéis llamado a una ambulancia?" Al final sólo fue un susto, pero, con el trajín, la bolsa cerró un cuarto de hora más tarde. La presidenta de la entidad recordó que al día siguiente (hoy para el lector) no habría contratación. "Me he pedido fiesta, aprovechando que tenía que ir al médico, y no hay nadie más para abrir la puerta. Y a según quién no le dejo las llaves". El índice Asnal20 cerró con ganancias de un 1,26%, en los 892.357,89 puntos. Y todos se fueron a casa contentos por haber contribuido a que la maquinaria financiera del país siguiera su ritmo vigoroso. Por ejemplo, se espera que de aquí a 2010 se abran al menos dos fábricas de algo. Algo bonito, además.


 
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