Jaime, 8 de junio de 2002, 3:09:46 CEST

Bailar


Diga lo que diga Baudelaire, bailar con un cadáver es siempre desagradable. Hay que sostener todo el peso del cuerpo con un sólo brazo, el que rodea la cintura, sin poder ayudarse con el otro, pues hay que aguantar la mano de la inerte bailarina. Es complicado hacer según qué movimientos sin perder agilidad ni soltura al mismo tiempo que se arrastran cincuenta o sesenta quilos de peso. Otro motivo de incomodidad es que el cuerpo está frío y, dependiendo del tiempo que lleve muerto, puede incluso oler a podrido. Pero lo que más me molesta son las conversaciones. Nunca recibo una respuesta a un comentario o a una pregunta, lo cual me parece de muy mala educación. Comprendo que estando muerto sea difícil hablar, pero las formas y los buenos hábitos no se deben perder nunca.
 
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