Jaime, 25 de noviembre de 2003, 11:29:34 CET

El comodín


No me extrañaría que un día de estos sorprendieran a algún alto cargo del Partido Popular frotándose las manos y soltando, entre risitas, algo así como "si no existiera el Plan Ibarretxe, habría que inventarlo". Y es que no sólo están aprovechando el dichoso plan para sus intereses políticos en el País Vasco (cosa que es totalmente lógica, sólo faltaría), sino que es la excusa que utilizan en cualquier terreno cuando las cosas no pintan del todo bien. Es como las armas de destrucción masiva, sólo que tiene la ventaja de que existe. Así, el hecho de que el PP haya quedado apartado del poder y de los posibles pactos tras las últimas elecciones catalanas se ha atribuido rápidamente a los buenos ojos con los que Josep-Lluís Carod-Rovira mira a Ibarretxe. Del mismo modo, si los populares no quieren pactar con el PSOE para que el socialista Paco Vázquez presida la federación de municipios, no hay más que intentar forzar una condena al plan de marras. Esta condena no pinta nada en la institución, pero le sirve a los populares para presentarse como víctimas del partidismo socialista, dejando de lado tanto el partidismo popular como el hecho de que al Psoe no le hiciera falta dicho pactito, ya que, aunque parezca increíble, las últimas elecciones municipales le han otorgado el control sobre esta federación. No creo que queden ahí los servicios que puede prestar el perverso plan vasco. Por ejemplo, podría servir para reclamar Gibraltar, esa colonia libremente asociada; dependentista, pero del país equivocado. O para reclamar más poder en la Unión Europea a esos radicales de Chirac y de Schroeder, a quienes se puede calificar de amigos de Arzalluz en caso de que sea conveniente. O también para justificar un hipotético aumento de la inflación o del paro. Españoles, el Plan Ibarretxe ha provocado el incremento de los precios. Lo que no se puede negar es que la estrategia funciona. Mano de santo, oiga.


 
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