Jaime, 11 de septiembre de 2003, 17:59:41 CEST

Disparates originales


El peligro de querer ser original es que uno puede caer en el ridículo de descubrir que alguien se le había adelantado. Y prácticamente siempre resulta que es así. Por otro lado, no está de más tener en cuenta que, como dice André Comte-Sponville en El amor, la soledad, "una idea que nunca ha tenido nadie tiene todas las probabilidades de ser un disparate". Y que, como todo el mundo quiere ser rompedor y diferente, al final ocurre que lo tradicional acaba resultando más novedoso que la mayoría de supuestas novedades. No sé, pero a lo mejor la forma más eficaz de ser original es apropiarse de lo que ya han hecho otros.


 
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