Jaime, 26 de noviembre de 2002, 16:51:56 CET

De compras


En la web del Día Sin Compras -a la que llego vía Consumidor en Paro- se está haciendo campaña para que este sábado no nos gastemos ni un duro en ninguna tienda. El objetivo: protestar por "las consecuencias éticas y medioambientales del consumismo". Quim Monzó le dedicó unas líneas a este día en su artículo del Magazine de La Vanguardia: "Los 'días sin' -afirma- son piruetas que sirven para tranquilizar las conciencias. El Día sin Compras es un día de abstinencia de dispendio antes del gran hartazgo navideño. Los concienciados del Primer Mundo se apuntan a ese día de contrición antes de que, en diciembre, las tarjetas de crédito acaben echando chispas. El Día sin Compras es un gesto simbólico que no representa ningún esfuerzo a los que, habiendo podido comprar el día anterior, tendrán el viernes la nevera repleta y podrán echar mano de las provisiones". Así pues, es una protesta un tanto hipócrita. Y una hipocresía, además, con un objetivo errado. Consumir no es algo malo. Lo malo es que no pueda consumir todo el mundo. Para empezar, comprar es necesario. Por ejemplo, yo no tengo ni un huerto ni una vaca. Por suerte. Así que la comida hay que ir a buscarla al super, y sin pagar no me dejan llevarme nada. Además es una actividad que reactiva y sostiene no sólo economías nacionales sino también ánimos personales: usar la tarjeta de crédito es un eficaz antidepresivo, aunque tenga efectos secundarios en forma de remordimientos de conciencia al consultar el saldo. Así, puede que este sábado sea el día idóneo para gastar dinero en alguna chorrada de estas que no necesitamos para nada, que no merece la pena comprar y que, por tanto, son del todo imprescindibles. A modo de reivindicación, claro. Consumo para todos.
 
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