Jaime, 24 de noviembre de 2010, 22:32:54 CET

Si quiere salir de la crisis, pregúnteme cómo


Vuelvo a mi blog arrastrado por la ira: acabo de leer la lista de los treinta empresarios que ha convocado Zapatero a su despacho y yo no estoy en ella. Y eso a pesar de que Decadencia S.A. es una de las empresas punteras en el sector de empresas punteras. Quién mejor que yo para plantear retos y soluciones, después de aquel accidente tras el que me quedé en coma tres meses y a consecuencia del cual padezco creativas alucinaciones. Además, Decadencia S.A. también ha vivido con incertidumbre estos momentos de dificultades económicas: no en vano he tenido que sacrificar a la mitad de mis monos redactores para que la otra mitad pudiera comer. Como la cosa siga así, es incluso posible que tenga que ponerme a trabajar. En todo caso, quiero exponer a modo de carta abierta las cinco vías que a mí entender podrían ayudarnos a todos a salir de esta situación económica cada vez más complicada. De nada. 1. Contención en el gasto salarial. Gracias a genios de la empresa como Gerardo Díaz Ferrán o mi antiguo jefe -al que no nombraré porque mi abogado dice que va a pagar y no es plan de meterse en líos de última hora-, muchos comprendimos que si se ahorraba la totalidad del sueldo, la empresa salía ganando: recibía trabajo en menor calidad y cantidad, pero gratis. Sin embargo, eso no asegura la creación de riqueza: estos empleados pueden gastar luz y agua, o incluso romper un teclado, con lo que cuestan esas cosas. Hay que ser por tanto más radicales y despedir a todos los trabajadores. Claro, alguno se preguntará que quién va a trabajar. Pues desde luego no van a ser los empleados, quienes como sabemos, se pasan el día jugando al póker en Facebook y contestando a correos privados. 2. Reforma del funcionariado. Los funcionarios se caracterizan por dos cosas: primero, no dan un palo al agua, y segundo, no se les puede despedir. Pero yo no he leído en ningún sitio que no se les pueda matar. Así que lo mejor es ejecutarlos a todos por el bien general. Dado que son gente dócil, lo mejor es acercarse a ellos lentamente, acariciarles la oreja y cuando empiecen a ronronear, sacar una pistola con la mano libre y volarles la cabeza. 3. Contención del gasto público. Una vez se ha eliminado a los funcionarios, instituciones como hospitales y universidades dejarían de ser necesarias, así que se pueden reconvertir en discotecas. Sin embargo, es importante que todos los ciudadanos puedan acceder a la sanidad y a la educación públicas, así que podrán seguir pagando estos servicios desde sus casas, obteniendo los diplomas correspondientes al finalizar los plazos o muriéndose tranquilamente sin que nadie les meta tubos por todas partes. En ambos casos, se gana en comodidad y en tiempo libre. 4. Incentivar el consumo. El ahorro público no sirve si las familias no incrementan su nivel de gasto y aumentan así los ingresos de las empresas. Propongo por tanto una campaña de concienciación ciudadana, con eslóganes como "Venga, hombre, no seas tacaño, que seguro que tienes ahorros", "Vente de tapas, que no te va de veinte euros" y "Si no gastas, los niños de África MORIRÁN, asesino de mierda". 5. Planes de rescate bancarios. Todo el mundo sabe que los bancos son los principales culpables de esta crisis, por conceder préstamos hipotecarios para especular en un mercado inmobiliario que no daba más de sí desde hacía ya años. Pero, eh, errar es humano y hay que mirar el pecado y no al pecador. Sería muy ruin ir ahora con recriminaciones. Vengarse no sirve de nada. Hay que mirar al futuro. Por tanto, lo mejor es darles el dinero que soliciten sin pedir nada a cambio. Hay que ser generoso en la derrota, pero sobre todo en la victoria. Anda, ten, Botín, cariño, pero no te lo gastes todo en vino. Pobres banqueros. Con lo mal que lo están pasando. Con el sentimiento de culpa que tienen encima. Que han de tomarse infusiones para conciliar el sueño. Hay que ser una rata comunista para echarles nada en cara. En fin.


 
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