noviembre 2024 | ||||||
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abril |
Disculpas
Buenas, sí... Ehem... Esto... Ehem... No sé cómo comenzar... Me siento tan avergonzado. Pero tanto. Y eso que no ha sido cosa mía, ¿eh? Conmigo no la tome, que yo sólo soy el mensajero. Pero, claro, me sabe mal que el cuerpo para el que trabajo haya cometido este terrible error. Aunque igual no es tan terrible. Quiero decir, teníamos un cincuenta por ciento de posibilidades de acertar. Culpable, inocente, ¿quién iba a saberlo? El caso es que, en fin, al parecer resulta que sí, que tenía razón, que usted no lo hizo. Encontramos a ese hombre manco. Comprenda que no lo teníamos fácil: como era manco, no dejó huellas. Lo que realmente nos sabe mal es, bueno, en fin, haberle ejecutado. No sé, quién iba a pensar que, en fin, íbamos a estar equivocados. Confiese que incluso usted llegó a dudar. Las pruebas eran convincentes. Un tipo dijo que le había visto en la ciudad a la hora de los hechos. El verdadero culpable era un hombre, como usted. Los dos con el pelo castaño. Bueno, usted es moreno y él es pelirrojo, pero si no tenemos en cuenta la barba, los veinte centímetros de altura y los cuarenta quilos de diferencia, ustedes dos son clavaditos. Ah, bueno, y lo del brazo. Comprendo que igual está, no sé, molesto. Enfadado, incluso. Sobre todo por la tortura previa. Pero tiene que entender que el caso había armado revuelo entre la ciudadanía. No podíamos conformarnos con pegarle cuatro tiros o colgarle de una soga. Teníamos que ser ejemplares con usted. Para quitarle a la gente las ganas de ir por ahí quemando oficinas. Bueno, en fin, esto es todo lo que tenía que decirle. Créame cuando le digo en mi nombre y en el nombre del organismo al que represento que lamentamos profundamente el error. Y que si podemos hacer algo por usted, no dude en decírnoslo. Bueno, algo hemos hecho... Está cuarto en la lista de resurrecciones. Cuando se pueda resucitar a la gente, claro, que ahora no... De momento, no se puede, no... En fin... Pero las palabras clave son "de momento", que estas cosas ya se sabe, en fin, el progreso y la ciencia, que avanzan y, bueno, en fin, qué le voy a contar que no sepa. Total, si así está mejor. Más tranquilo. No tiene que madrugar, ni nada. Su única obligación es descomponerse lentamente y luego dejar que sus propias bacterias y algún que otro insecto acaben de devorarle. Aunque entiendo que igual, no sé, le apetecía más estar vivo. Lo comprendo, sí, no crea, lo comprendo perfectamente. No lo comparto, pero lo comprendo. Ahora no puede ir al cine, si le apetece. Bueno, yo tampoco puedo, pero no es lo mismo. Es que a mí me da miedo la oscuridad. Pero eso ya son temas míos. Igual a usted también le da miedo la oscuridad y lo que le gustaría es ir al bingo, por ejemplo. Lo entiendo. Lo entiendo perfectamente y, bueno, lo siento. En fin, tengo que... Tengo que acabar un par de cosillas... Si me disculpa. Tenga, le dejo mi tarjeta... Sí, se la dejo en este bolsillo, que ahora no puede... en fin, cogerla usted mismo. Si, en fin, necesita algo... Una autopsia o, no sé, lo que sea, llámeme. Bueno, si puede. Si no, tengo una ouija de esas en casa, así que, en fin, seguimos, bueno, en fin, seguimos en contacto.