Jaime, 9 de septiembre de 2002, 11:08:18 CEST

La utopía liberal


La izquierda necesita un nuevo discurso equilibrado y claro. Los artículos y libros de Ignacio Ramonet o de Noam Chomsky no están exentos de razones, pero, admitámoslo, los panfletos sólo sirven para que los ya convencidos se convenzan aún más de lo genial de su convencimiento. Lo mismo pasa con la derecha y, por ejemplo, Jiménez Losantos. De ahí lo agradable que resulta leer a John Gray. Un tipo que no es un progresista, ni mucho menos, sino un economista conservador (al estilo británico, no al estadounidense) cuyas primeras ideas eran cercanas al thatcherismo más liberal. Sin embargo, Gray es lo suficientemente honesto como para ver claros los errores y peligros del actual proyecto de libre mercado global, que además de amenazar toda cohesión de la sociedad, pretende eliminar cualquier alternativa, tal y como intentaron fascismos y estalinismos. Una de las muchas ideas que sugiere Gray en Falso amanecer es que este neoliberalismo con ansias globales y totalitarias no es más que una nueva utopía, por irrealizable y por sus pretensiones de perfección. Gray explica que las utopías políticas y sus planes de mundos perfectos no fallan por chocar con las imperfecciones humanas, sino porque a duras penas son perfectas en las mentes de quienes las defienden. Para el resto no son más que nuevos monstruos construidos sobre el error, el horror y la vanidad.
 
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