Jaime, 24 de octubre de 2005, 9:33:20 CEST

Acerca de las ventajas de vivir en el campo


A: A mí me encanta vivir en Viscalesmates. B: Aham. A: Total, tengo Barcelona a cuarenta y dos minutos en tren, y pasa un tren cada dos horas y media, nada menos. B: Sí, bueno, casi como el metro... A: Y luego el ruido de Barcelona. Barcelona es TAN ruidosa. Y la gente va corriendo a todas partes. Unas prisas... B: Sí, de hecho, llego tarde, así que si me discu... A: Y la polución es espantosa. ¿Cuánto hace que no ves las estrellas? ¿Eh? ¿Cuánto? B: No sé... A: Dímelo, ¿cuánto hace? ¿CUÁNTO? ¡¿CUÁNTO?! ¡¿CUÁNTO, CABRONAZO, CUÁNTO?! B: A mí las estrellas tampoco es que... A: Yo las veo cada noche. Además, por lo que cuesta un piso de cincuenta metros cuadrados en Barcelona, yo me he comprado una casa de tres pisos, con jardín, piscina y garaje para dos coches, además de tres perros, dos caballos y un todoterreno. B: Sí, los pisos en Barc... A: Nada, nada, dónde la calma del pueblo que se quite el ruido de la ciudad. Ya lo decía el poeta: feliz el que del mundanal ruido se... El que del mundanal ruido se levanta, mojado... No... Bueno, no me acuerdo, pero un sabio, ese tipo. Por algo era poeta. B: Calma hay, sí... A: Y tenemos de todo, ¿eh? Que hay un Carrefour a treinta kilómetros y el año que viene ponen ahí unos multicines. Y la tele se ve casi sin interferencias. B: Eso está bien. A: Total, si Barcelona la tengo al lado, a nada. Bajo en un momento con el coche. Entre que aparco y eso, en menos de una horita estoy en cualquier restaurante. B: Qué bien, sí. A: Yo siempre digo que Barcelona la tengo ahí para cuando quiera. ¿No? ¿No? ¿No dices nada? ¿No? B: No, sólo pensaba... A: ¿Qué? ¿Di? ¿También prefieres vivir en un pueblo? Todo el mundo lo prefiere. No serás un tipo raro, ¿no? Uno de esos hijos de puta que prefieren respirar la mierda de la polución al aire puro y limpio del campo. B: No, sólo pensaba que yo también tengo ahí para lo que quiera la mierda de pueblo en la vives. Y hasta ahora, cosas de la vida, eso ha sido NUNCA. Pero, vaya, no quiero decir nada con eso, sólo que si tuviera que irme a vivir a ese pueblo o a otro similar me pegaba un tiro en la estación de tren, mientras esperaba a que llegara el ovejero de turno. Pero, oye, que vivir fuera de la ciudad está muy bien. Sobre todo si eres una vaca. Y me hablas de estrellas. A ver si te das cuenta: a nadie le importan las estrellas. Ni a los putos astronautas. Y ahora, déjame salir de este ascensor, que no te conozco de nada, me está dando un mal rollo que te cagas y además me esperan. A: Hala, venga, lárgate, corre, que no sabes ni adónde vas. ¡Urbanita! ¡Estresao! Así te dé un infarto. No, si de verdad, en las ciudades hay muy mal ambiente. Todo el mundo siempre enfadado y cerrado en sí mismo. En cambio, en los pueblos, todos amigos y nos saludamos y qué tal Josep, pues tirando, María...


 
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