



| octubre 2025 | ||||||
|---|---|---|---|---|---|---|
| dom | lun | mar | mié | jue | vie | sáb |
| 1 | 2 | 3 | 4 | |||
| 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 |
| 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 |
| 19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 |
| 26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 | |
| abril | ||||||

Espera, que ésta es buena
Tenía tanta sed que pedí simplemente un vaso de agua. Tomé el primer sorbo y me di cuenta de que Cielo Santo allí dentro del vaso había un señor. Un señor bajito, claro, no más de metro sesenta, pero señor al fin y al cabo, con su traje y su corbata con el nudo aflojado, pidiendo auxilio mientras tragaba agua. Entre la camarera y yo logramos sacarle de allí: ella me sujetó por los tobillos mientras yo colgaba mi cuerpo del borde del vaso y agarraba el brazo de aquel pobre hombre. --Ah, qué horror --nos dijo cuando le sacamos--. Un poco más y acabo en su estómago. --¿Pero cómo lo hizo para caer ahí? --No sé, resbalé... --¿Resbaló y ya está? --No tiene nada de raro... A mí siempre me han dicho que me ahogo en un vaso de agua.
