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abril |
El monstruo de las ensaladas
Han dejado a Triki sin galletas. Todo por una "estricta campaña contra la obesidad infantil". A partir de ahora, el bicho azul comerá verduras y filetes a la plancha. El monstruo del brócoli. Algunos adultos deberían recordar que los niños diferencian sin problemas entre el jugar a hacer algo y el hacerlo efectivamente. Que un niño juegue con pistolas no significa que de mayor se convierta en un asesino. Ni en un policía. Y que vea a un peluche azul comiendo galletas como un desesperado tampoco le va a convertir en un gordo por imitación. Porque no sé si los responsables de esta decisión se habrán dado cuenta, pero los niños saben que el monstruo es un peluche. Un muñequito. Es más, por mucha lechuga que simule tragar el pobre Triki, un niño de cinco o seis años comerá lo que sus padres le pongan en el plato. Bueno, eso si se porta bien; si no, comerá lo que le dé la gana. En todo caso, no lo que le diga Triki. De hecho y puesto a imitar a Triki, un niño ni siquiera se comería las galletas, ya que los niños se dan perfecta cuenta de que el mostruo se limita a romperlas y dejarlas caer. Porque, insisto, es un peluche y los peluches no comen. Cosa que sabe cualquier niño. Todo esto por culpa de la ridícula manía de pensar que los críos son como monos, pero en tonto. Imitadores sin cerebro de todo cuanto ven. Aunque igual simplemente ocurre que muchos adultos creen que los niños son tan imbéciles como ellos mismos.