Ya me perdonaréis, pero yo no lo entiendo. Es decir, uno entra en la peluquería y dice: "Hola, quiero que me tiña el pelo de rojo (o de verde, o de azul, o de amarillo pollito)", y el peluquero, que se supone que es un tipo que sabe de salud del cabello y de estética le contesta que sí, claro, sin problemas. En lugar de explicarle que es más saludable lavárselo con amoniaco, o más favorecedor cubrirse la cabeza con un saco de patatas.
En fin.
Delia se ha teñido el cabello de rojo. O eso dice en su entrada del 28 de julio. Y estrena un estupendo diseño de página.