Jaime, 18 de enero de 2005, 12:21:12 CET

Otra moda


Ser liberal aún no está de moda y ser de izquierdas hace tiempo que dejó de estarlo. Lo que ahora se lleva es una especie de tercera vía (aunque yo diría que ya vamos por la séptima o la octava) que consiste, como resume hábilmente Podeti, en decir: "Yo soy medio progre, pero jamás diría esas cosas que dicen los progres". O sea, se trata de admitir buena parte de las ideas de la izquierda --no vaya nadie a pensar que uno es un facha-- pero, sobre todo, de distanciarse más o menos irónicamente de estas ideas --no vaya nadie a pensar que uno es un progre políticamente correcto. Por ejemplo, estos progresistas de derechas no dudarán en admitir que hombre y mujer han de tener igualdad de oportunidades, pero rápidamente añadirán que no son feministas, porque las feministas son unas lesbianas feas que gritan por la tele. O quizás dirán que la guerra es sin duda horripilante, para luego explicar que no son pacifistas básicamente porque los de Crónicas Marcianas dicen que está bien serlo y ellos no son unos pancarteros cualesquiera. O que les parece bien que los homosexuales se casen, pero, por favor, qué horror cuando esas locas salen a la calle y se besan en público. O sea, que hay que dejar claro que los progres son todos unos manifestantes y unos ocupas piojosos que no hacen más que repetir las consignillas que les llegan por móvil, pero al mismo tiempo dar a entender que se es lo suficientemente moderno --o eso creen-- para no ser tampoco de derechas. No se trata de jugar con los matices, que eso estaría muy divertido, sino simplemente de querer ser lo que es mejor ser en este momento. Dentro de cinco o seis años, ya veremos. Por otro lado, a mí ya me aburre leer tanto artículo y escuchar a tanto tertuliano avisando de que va a ofender a los bien pensantes o de que lo que va a decir quizás no suene políticamente correcto. No estaría mal que sonara políticamente correcto, aunque sólo fuera por la novedad. Porque sonar, no sé si suena correcto o incorrecto, pero sí que suena a tópico, que es peor. Tanto querer épater le gauchiste y al final estos revolucionarios de la reacción sólo provocan bostezos. Y algunos creen que asustan. Uh, qué miedo, cuánto rompedor junto.


 
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