junio 2011 | ||||||
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Acerca de la credulidad
A: Mi principal problema es que soy muy crédulo. B: Yo también me lo trago todo. Fíjate por ejemplo en este sable. A: Joder. B: Ya ves... A: ¿Eso no te ha dolido? B: Bah, alguna hemorragia interna. Probablemente no sobreviviré a esta conversación. Pero bah. Es que yo soy así. Me lo trago todo. A: Bueno, lo que te decía antes de que me interrumpieras: soy demasiado crédulo. B: ¿Qué tragas? ¿Fuego? ¿Cristales? Yo me lo trago todo. TODO. A: No, ideas en general. B: Pero eso no duele. A: Vale, no, pero puede ser muy molesto. Que es lo que te quería contar: una vez me desperté, fui a hacerme un café y había un veintañero en la cocina, comiendo cereales. Me saludó con un "hola, papá". B: Y no era tu hijo. A: No lo sé. Creo que no, porque no le había visto nunca antes, pero sonó muy convincente. Y por eso le creí. Aunque tengo dudas. B: ¿Y no le preguntaste de dónde ha salido? ¿Quién es su madre? ¿Por qué no sabías nada de él hasta ahora? A: No me pareció buena idea. Imagina que sí que es mi hijo, cosa que podría ser cierta dada la seguridad con la que uso la palabra "papá", ¿cómo podría hacerle ese tipo de preguntas? ¿Qué clase de padre demostraría ser, si ni siquiera recordara a su madre, si no me hubiera interesado nunca por él? B: ¿Y entonces qué has hecho? A: Le he observado durante todos estos años. B: ¿Años? A: Sí, ahora tiene 32. Se casa el mes que viene. Con una holandesa. Es que es muy del Barça. B: ¿Y todavía no sabes si es tu hijo? A: No, todavía no. Tiene algunos gestos míos, como cuando hago así con las cejas, e incluso tenemos los pies exactamente iguales: el derecho a la derecha y el izquierdo a la izquierda. En lo demás no nos parecemos tanto, pero claro, igual ha salido a su madre. Espero que su madre sea china, por cierto. B: A lo mejor se parece a su verdadero padre. Un señor chino. A: Sí, bueno, pero tampoco hacía falta decir eso. B: Pero es una posibilidad que est... Oh, mierda. A: ¿Qué ocurre? B: Nada, nada, lo del sable. Se me está... Abriendo la garganta... Por dentro... Entonces, tu... Tu hijo... ¿Tu hijo es chino...? A: Sí. B: Me parece... Muy racista por tu parte... A: Esa es otra cosa que me sorprende. Con lo correcto que soy, jamás tendría un hijo chino. Ni se me pasaría por la cabeza tal afrenta a la comunidad asiática. B: Creo que... Creo que... A: Además, si yo tuviera un hijo, sería géminis, que se lleva muy bien con mi signo, ofiuco. Él es virgo. ¡Virgo! ¿Estamos locos o qué? B: Creo que... Me muero... A: Vale, vale, ya lo he pillado. Lo que te decía, que soy muy crédulo, y no sé si este chico en realidad se está aprovechando de mí. B: Pero si eres pobre como una rata. A: Ya, pero también tengo cereales en casa. Siempre. B: Odio los cereales. Me gustan más las bombillas. Ah... A: Me has escupido sangre en los zapatos. B: Ya... Perdona... A: En fin, que no sé si ha pasado estos años conmigo porque soy su padre o por los cereales. B: Podrías pedirle el teléfono de su madre con cualquier excusa y... Au... Preguntarle... A: Lo hice. Le pedí su teléfono. Y me lo trajo. Mira, es este. B: Anda, es un Sony Ericsson. A: Y un chiste muy malo. B: Oh, mierda... Escuece... A: Sí, bueno, lo que tú digas. Es que soy tan crédulo que incluso me dijo que me había hecho una prueba de paternidad y que había salido positiva, y me lo creí. B: Adj... A: Y eso que el informe era un postit en el que ponía "SÍ". B: Entonces él sabe que... A veces... Dudas. A: Más de una vez me ha sorprendido mirándolo así: ¬¬ B: Au... A: Lo que más me hace sospechar es que yo soy una mujer. Y bueno, recordaría mi embarazo. Y lo suyo sería que me llamara mamá. B: Agf... A: Pero mamá no me llama. Siempre tengo que llamar yo. B: Rrfg... A: ¿Quieres parar con esos grititos ya? B: Duele... A: Eso va a ser del sable. Míratelo luego cuando llegues a casa. En fin. ¿Tú qué harías? B: … A: ¿Quieres dejar de retorcerte de dolor y contestar a mi pregunta? B: … A: Odio que siempre quieras ser el centro de atención. B: Llama... A una ambulancia... A: Sí, con lo caro que me sale llamar a un fijo. Mejor envío un whatsapp y ya está. Tanto gasto, tanto gasto... Que no soy millonario. O millonaria. No lo sé. Estoy hecho un lío. O una lía. B: Socorro... A: Tengo un hijo que mantener, ¿sabes? Y un elefante al que cuidar. B: Grgggh... A: Ah, mi precioso Ceferino. Casi no cabe en mi piso de cincuenta metros cuadrados, pero me hace compañía. Y ahuyenta a los ladrones. Más que nada porque no pasan por la puerta. B: Gñggg... A: Ceferino es mi hijo. También está muy gordo. Yo duermo en el descansillo desde hace años. Sólo entro para usar el lavabo. Es un follón. Me tengo que engrasar todo el cuerpo para ir deslizándome hasta lo que a veces es la taza y a veces no quiero saber lo que es, pero incluso se oyen quejas. B: Grghhh... A: En fin. Te dejo. No me has sido de mucha ayuda. B: … A: Tengo un elefante al que mantener y cereales que comprar. B: ...