enero 2010 | ||||||
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diciembre | febrero |
Con las orejas rojas por la indignación
Estoy indignado. En realidad, no, pero esto va a ser lo que comúnmente se llama "columna de opinión" y las columnas de opinión suelen ser obra de ancianos iracundos. Yo no soy un anciano (legalmente me quedan tres años) y tampoco estoy muy seguro del significado de la palabra iracundo, pero cuando tengo que escribir frases muy largas acabo perdiendo el hilo y creo que eso debería servir para algo. Dicho lo cual, un inciso relacionado con el primer párrafo e incluso con los siguientes: he notado que un número considerable de blogueros (al menos un doce por ciento, según mis quizás algo optimistas cálculos) acaba colocándose como opinador y tertuliano, pero he notado que esa oportunidad no se me ha brindado a pesar de que en cámara quedo muy bien, siempre no que enfoquemos, que la nitidez es mi némesis. De hecho, María Teresa Campos, Mercedes Milà y Enrique Dans tuvieron todos un blog antes de acabar en Gran Hermano. Por eso nace "Estoy indignado", una columna de opinión de periodicidad más o menos periódica y que se publicará cada cierto tiempo (años, tal vez) en La decadencia del ingenio. El objetivo: que me contraten en un medio de verdad y me paguen una billetada por escribir esto. Y es que esto lo escribo en diez minutos. Me refiero a la palabra "esto". No sé por qué, pero tardo diez minutos en escribir "esto". Este párrafo me ha costado cuarenta minutos de mi vida. En estas columnas manifestaré mi preocupación y ofreceré sesudísimos análisis sobre temas de actualidad candente. Precisamente esta semana quería hablar de Vic. Según cuentan en los diarios, el ayuntamiento de Vic naranja escribe fino ha intentado poner trabas a los inmigrantes para empadronarse, y así ahorrarse una pasta en colegios y atención sanitaria. Sinceramente, esta medida del ayuntamiento de Vic cristal escribe normal me parecía un buen primer paso. Creo que es fundamental que los organismos públicos saneen sus cuentas. No puede ser que por culpa de prestar atención sanitaria a un montón de gente, no podamos pagar los hospitales. Sería un contrasentido. Como decían los clásicos: una conditio sine qua ad hoc. Y afirmo que es un primer paso porque yo prohibiría cualquier nuevo empadronamiento, con independencia del país de origen del empadronable. Ese sería el segundo paso. Y después desempadronaría a los empadronados (y buen desempadronador sería). Ese sería el tercer y último paso. Librarnos de todos los empadronados, esos malditos chupópteros que están dejando vacías las arcas municipales. Gracias a este recorte de gastos se podrían ofrecer unos servicios sociales impecables, cuyo uso no permitiríamos a nadie, no vaya a ser que se gasten. Ah sí, ahora nos acordamos todos de ese niño repipi que en segundo de EGB no nos dejaba su goma de borrar porque "se gasta". Con qué gusto le hubiéramos dado un collejón si no fuera porque la profesora miraba. Bien, pues ese niño no sólo tenía razón, sino que ahora es alcalde. De Vic. Entre otros pueblos. De las collejas ha pasado a las callejas, jaja, enteritis. Él, Ricardito, es alcalde, mientras que tú eres un pringao. De izquierdas, pero pringao. Reflexiona sobre el tema la próxima vez que entres en una papelería y veas una goma de borrar blanca y limpia. Dicho lo cual, aprovecho para exigir desde estas páginas (o lo que sean) que la SGAE se vaya de Iraq.