Cuando se habla de arte, música y literatura, se suele recordar que hay que conocer las normas para después, si conviene, romperlas. Se explica que los pintores han de aprender a hacer retratos antes de pasar al arte abstracto; que si uno no es capaz de urdir un soneto, no logrará escribir un poema sin rima ni métrica. Esto se suele explicar porque muchos creen que es más facil, por ejemplo, pintar como Miró que como Velázquez.
Borges, en cambio, aseguraba que es más difícil escribir versos libres. Porque hay que mantener ritmo y música sin la ayuda de la métrica y de la rima, para evitar así escribir prosa recortada en lugar de un poema. Igual lo mismo es aplicable a la música contemporánea y a la pintura abstracta. Puede que sean, en realidad, formas más difíciles. Porque se intenta expresar lo mismo sin la ayuda de ciertas normas. No debe ser nada fácil, pues, componer poemas y no prosa recortada, pintar cuadros y no manchas, componer música y no ruido, sin recurrir a rimas, motivos, armonías y demás. Estas normas no atan, sino que soportan. Son, quizá, andamios y no celdas.