Jaime, 4 de septiembre de 2007, 10:10:06 CEST

El cine está mal hecho


Odio el cine. Profundamente. Es falso. Irreal. De vergüenza ajena. El otro día, sin ir más lejos en el continuo espacio-tiempo, estaba viendo una película en la que un tipo hacía no sé qué en Los Angeles. Creo que intentaba practicar sexo con alguien, pero no estoy muy seguro. Es que me dormí varias veces durante los primeros veinte minutos. El caso es que de repente la acción se trasladaba a Nueva York y la cámara enfocaba justamente --oh, qué casualidad--, a un amigo del tipo que estaba en Los Ángeles. Sí, claro. Trasladémoslo al mundo real. Pongamos que yo estoy en Barcelona --que lo estoy, por cierto-- y tengo un amigo en Pamplona. Esto es francamente absurdo porque nadie en su sano juicio tendría un amigo en Pamplona, con la de ciudades que hay en el mundo. Pero es igual, se trata de un experimento. Pongamos también que una tercera persona me está enfocando con una cámara. ¿Y por qué no? A más de doscientos metros de distancia resulto fotogénico. Y que el cámara se va a Pamplona. Y que se pone a grabar allí. ¿Qué posibilidades habría de que nada más encender la cámara, como ocurre en la película, se pusiera a grabar justamente a mi amigo, de entre toda la gente que aún no ha encontrado un sitio mejor para vivir que Pamplona? Y estamos hablando de Barcelona y Pamplona, ni siquiera de Los Angeles y Nueva York, donde hay muchísima más gente y donde, por tanto, sería mucho más difícil acertar con la persona indicada. Y más a la primera. Un poco de rigor, hombre, que no cuesta nada. También estoy en contra del doblaje. Es un gasto absurdo, ya que las películas se tienen que rodar dos veces: una versión, digamos, normal, y otra destinada a ser doblada en varios idiomas en la que los actores sólo mueven la boca sin emitir ningún sonido para que los actores de doblaje puedan hablar encima sin que se superpongan las voces, como ocurre en los documentales de la BBC. Y luego hay otra cosa: las cámaras, tanto las de cine como las fotográficas, capturan la luz a través de lentes circulares. O eso dicen. Porque si tal cosa es cierta, ¿cómo es posible que las fotografías y las películas sean en formato rectangular? ¿Qué nos ocultan? ¿Por qué nos engañan? Ah, y tampoco me gustan los relojes grandes, pero creo que eso no tiene nada que ver.


 
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