Jaime, 20 de noviembre de 2006, 9:43:59 CET

Y si...


O. J. Simpson va a publicar un libro en el que narra cómo hubiera matado a su mujer, en caso de haberlo hecho. Siguiendo esta moda iniciada por el deportista retirado, voy a comenzar una serie de novelas protagonizadas por el no-asesino Ignacio Fuencarral, cuyas siglas forman hábilmente la conjunción condicional inglesa IF. Ignacio Fuencarral narrará los asesinatos que NO cometió COMO SI los hubiera cometido. El primer libro enlazará con temas de actualidad y se titulará Cómo hubiera colgado a Sadam Husein, en caso de haber sido su verdugo. El libro explica cómo hubiera escogido la cuerda, cómo hubiera probado el mecanismo de la trampilla, cuáles no fueron sus reflexiones durante la noche anterior, qué sentimientos no tuvo, pero hubiera podido tener, al ver cómo Sadam se dirigía al patíbulo. En el segundo título (Old Jolly Bloody England) nos explicará cómo no dejó Oriente Medio para irse a Londres, y nos hablaría de lo que hubiera sentido si uno de sus antepasados hubiera sido Jack el Destripador, cosa que no es verdad. También narrará cómo decidió no emularle y no violar ni asesinar a una prostituta de los bajos fondos londinenses. El tercer título nos introducirá en la que hubiera sido su biografía si se tratara de una vida atormentada y no de una normal y aburrida. En Así no maté a mi abuela, pero ganas no me faltaron recordará la que no fue su infancia, pero podría haberlo sido: una familia pobre, un padre alcohólico, una abuela tirana y una madre anulada. Y cómo hubiera huido de ese triste panorama: hubiera asesinado a su abuela y hubiera salido corriendo sin mirar atrás para iniciar una vida que lo convertiría en un terrible y sanguinario asesino. Hay que aclarar que en realidad tuvo una infancia feliz en Cuenca y su abuela es una señora muy agradable que le sigue dando cinco euros cada vez que le ve. El cuarto libro de la serie nos descubrirá las que no fueron sus andanzas como asesino a sueldo de mafias del este. En Yo jamás fui un sicario Fuencarral explicará sus trabajos (y placeres) imaginarios en el sur de España, en la Costa Azul francesa, en Cerdeña, en Berlín y en Varsovia, además de incluir un final trepidante en París. El quinto libro, La no muerte de IF, revelará el que podría haber sido el error fatal de este no-asesino: enamorarse. Rebeca García, femme fatale a pesar de su apellido, hubiera engañado al protagonista para que asesinara a su marido. En tal caso, la maraña se hubiera enredado y el cuerpo de IF hubiera acabado cayendo cataratas del Niágara abajo. El sexto y último libro, El no retorno de IF, explicará cómo Fuencarral se hubiera salvado de su caída a las cataratas, en caso de haber caído, y cómo le hubiera ajustado las cuentas a la pérfida Rebeca, en caso de que la tal Rebeca hubiera existido. Espero que os gusten, suponiendo que se escriban, que no se escribirán, y que los leáis, cosa que no haréis.


 
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