Jaime, 31 de enero de 2006, 9:16:57 CET

Desintegración


Según el profesor de universidad estadounidense José María Aznar, España corre peligro de desintegrarse. Efectivamente. Y no sería la primera vez que ocurre algo parecido. Jakob Adenauer publicó en 1994 una serie de artículos en The Nature of Science que demostraban que Asnalia, un pequeño país del centro de Europa, se había desintegrado a mediados del siglo 16. La razón: un exceso de optimismo por parte de un químico que manejaba con alegría ciertos ácidos. Los documentos de la época hablan de una explosión que se oyó desde los Urales hasta Finisterre. Según Adenauer, para evitar que las naciones se desintegren hay que prohibir los experimentos en casa y con gaseosa. "De haberse producido estas pruebas al aire libre --explica-- apenas se hubieran desintegrado dos o tres ciudades, dejando un vacío espacio-temporal manejable que nos hubiera explicado mucho acerca del origen del universo. De qué color era, si se expande, si encoge al lavarlo con agua caliente y ese tipo de cosas". Por cierto, Asnalia era un bello país exportador de gunufretas, una fruta que también se desintegró. La gunufreta era amarga y olía francamente mal, pero al menos antes teníamos y podíamos escoger si nos las comíamos o se las dábamos a los cerdos más viejos, que era lo que todo el mundo hacía. Sobre todo porque en el interior de la gunufreta vivía el microorganismo causante de la minositis, una desagradable enfermedad. Sus síntomas: náuseas, dolor de estómago, fiebre, ganas de bailar y una terrible adicción a las gunufretas. Ah, el ser humano, capaz de lo mejor y de lo peor. Como acelerar la muerte de los cerdos con gunufretas. Qué asco de fruta, de verdad, qué asco. Había hasta una receta de tarta de queso con gunufretas. Repugnante, verdaderamente repugnante.

Tarta de queso con gunufretas Ingredientes para cuatro personas: 1 tarta de queso casera. 4 gunufretas pequeñas o 3 medianas. 2 grandes pueden servir. 1 si es muy grande, tipo melón cantaloupe, pero de esas no existen.

Preparación: Hacer una tarta de queso casera. Pelar las gunufretas y cortarlas en rodajas. Colocarlas encima de la tarta y servir. Antes de comer, quitar las gunufretas de encima, que están asquerosas, y, si es posible, rascar con un cuchillo los restos de gunufreta que hayan quedado sobre la tarta. Provocarse un vómito por si hemos ingerido accidentalmente algo de gunufreta.


 
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