Jaime, 2 de noviembre de 2005, 9:28:57 CET

Crueldad injustificable


Un nuevo escándalo sacude la industria discográfica española. Gracias a la valentía de la asociación protectora de animales JAIME, se ha hecho público que las cantantes de Amaral, La oreja de Van Gogh y El sueño de Morfeo no son realmente quienes ponen la voz en los discos de estos conocidos conjuntos musicales. Al parecer, el sonido de las voces de estas señoritas se consigue apaleando gatitos. Las pobres criaturas son introducidas de tres en tres en un saco y golpeadas brutalmente con bates de béisbol. Los maullidos, quejidos y gañidos se procesan posteriormente por ordenador para que parezca que articulan palabras castellanas. De ahí lo absurdo de las letras: los grititos de gato no son todo lo moldeables que se desearía. Por lo que respecta a Amaral, para obtener el característico timbre de voz de la cantante del dúo se ha recurrido también a las grabaciones de una anciana moribunda torturada por uno de sus herederos. En cuanto a El sueño de Morfeo, los maullidos se usan asimismo para grabar las notas de las gaitas. Durante la investigación, se sospechó además de Andrés Calamaro. Y es que al estudiar sus discos, se temía que el verdadero cantante de sus temas fuera algún jubilado alcohólico. Por suerte para su buen nombre del argentino, la s temencionada investigación acabó confirmando que el propio músico es quien canta esas canciones.


 
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