Jaime, 11 de mayo de 2005, 16:53:35 CEST

Discurso del presidente del gobierno en el Parlamento durante el debate sobre el estado de la cosa


Señoras y señores diputados y diputadas. Apreciado público invitado. Estimados periodistas. Querido señor sospechoso con un bulto que hace tic tac bajo la gabardina. Antes de nada, quiero agradecerle al señor juez que me haya concedido la libertad condicional y a mi partido que no me haya expulsado. Aunque he de decir que, a pesar de que acaté la sentencia y de que no hay retroactividad que valga, pienso seguir adelante con la despenalización de los tiroteos en los casinos. Por una cuestión de principios y a pesar de las injustas críticas que me estoy ganando. (Aplausos y abucheos) Pero éste no será el tema de mi intervención, ya que el debate de hoy está pensado para pasar revista a un gobierno que, aunque me esté mal decirlo, está demostrando ser más que efectivo. Diría que incluso brillante. (Aplausos y abucheos) Tal y como se anunciaba en el programa electoral (se oye un grito: ¡Mentiroso!), ya hemos prohibido las carreras callejeras de pastores alemanes y la venta de pollitos en el Parque del Retiro. Seguimos avanzando con paso firme y seguro en la construcción europea, gracias a la cadena de chiringuitos playeros públicos instalados por toda la costa mediterránea bajo el eslogan "La salmonella es europea". También hemos solucionado el problema de la inmigración, borrando España de los mapas oficiales. Gracias a esta sagaz y valiente decisión, los inmigrantes no saben dónde encontrarnos y acaban en Portugal, en Italia o en Francia. (Se oye un grito: ¿Te avergüenzas de España? Abucheos y pataletas.) ¿Y qué decir de la televisión pública, convertida finalmente en púbica, es decir, en un canal porno, que era lo que demandaba el interés general? Sobre este tema, a los españoles sólo les tengo que decir una cosa: de nada. Sí, de nada. Porque al móvil no hacen más que llegarme mensajes agradeciéndome este gesto innovador y necesario. (Aplausos de todos los diputados. Ovación cerrada y sincera de casi tres minutos.) Sin duda y a pesar de todo esto, sigue habiendo un problema que preocupa enormemente a la ciudadanía y que lleva años siendo objeto de intensos debates en la prensa y en los bares: ¿Acaso no es Naranjito la mejor mascota de acontecimientos deportivos internacionales jamás creada? Este gobierno cree que sí. (Aplausos.) Firmemente. Con convicción. Con seguridad. Con aplomo. España ha exportado muchas cosas buenas: el Chupa-Chups, la aceituna rellena, la fregona. Pero nada supera ni superará a Naranjito. (Aplausos; se oye un grito: Y Fernando Alonso, ¿qué? Otro grito: ¿Y el Real Madrid?) Por eso, este gobierno elevará a la Onu la petición de que Naranjito sea considerado patrimonio de la humanidad. Y exigirá con resolución que se construyan monumentos a Naranjito en todas las capitales de Europa. Más: también propondrá que los mundiales y olimpiadas que están por venir usen a Naranjito como única mascota. Porque no tiene sentido utilizar productos mediocres cuando se tiene lo mejor al alcance de la mano. Y es que Naranjito es el símbolo de la civilización occidental. El ejemplo de hasta dónde nos pueden llevar la cultura y la civilización. Un acicate a la investigación, al desarrollo, a la paz, a la práctica desenfadada del sexo en grupo. Un freno a las injusticias, a la mediocridad, al odio. Y todo esto lo llevaremos a cabo a pesar de los ladridos de la oposición (abucheos). Señoras y señores diputados y diputadas de la oposición, no es culpa mía si ustedes escogieron en su último congreso a un caniche como secretario general. (El excelentísimo señor diputado Chispas salta sobre sus cuatro patas pidiendo la palabra por alusiones; el presidente del Parlamento se la niega y le pide que espere su turno; añade que si se porta bien le dará una galletita.) Esto les pasa por primar la simpatía y la fotogenia sobre la aptitud. Aunque hay que reconocer que su señoría el señor Chispas es una monada. Siguiendo con Naranjito, el gobierno cree que hay que decir basta a Cobi, a Atmos, a Footie, a Striker, a Olli, a Millye. Basta, digo. Porque por y para Naranjito no valen ni medias tintas, ni equidistancias, ni vergüenza ninguna. Orgullo, señoras y señores diputados y diputadas. Orgullo y convicción. Muchas gracias y pasen ustedes una feliz navidad y un próspero año nuevo.

Insuperable
 
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