viernes, 11. diciembre 2009
Jaime, 11 de diciembre de 2009, 14:58:06 CET

Oh, Bama


Dada mi influencia como analista de la actualidad y conocedor de los entresijos de la política internacional, no creo que le extrañe a nadie que durante un tiempo haya compaginado mi labor como importante renovador de las letras españolas con la de asesor de Barack Obama Bin Laden. Esta tarea comprendía la redacción de la mayor parte de sus influyentes discursos. Sin embargo fui despedido tras presentarle el borrador del primero de los que se suponía iba a ser la mayor parte. Era nada menos que el que iba a dar con motivo de la entrega del Premio Nobel de la Paz. Por su interés y por lo que podría haber sido, pero no fue, lo reproduzco a continuación.

Señoras y señores, miembros del jurado, público en general, ante todo, mucha calma y muchas gracias por los sms que han enviado y que me han hecho vencedor en este certamen de Miss Paz. Estoy más que orgulloso por haber recibido este premio que han ganado otros luchadores por la concordia internacional como Yasser Arafat y Henry Kissinger. Creo que es importante hablar de la paz en el día de hoy en el que militares estadounidenses ocupan países extranjeros. La Paz, con mayúscula. Concretamente, Mari Paz, mi amor de la infancia. Apenas teníamos doce o trece años, y en nuestra inocencia nos limitábamos a pasarnos papelitos de pupitre a pupitre, estremeciéndonos cuando nuestros dedos se rozaban. La pobre acabó apareciendo en un descampado, pero a pesar del desconcierto inicial, no había sido violada y asesinada, sino que sólo estaba haciendo un picnic con unas amigas y además había avisado a todo el mundo. Pero ya sabemos cómo es la prensa sensacionalista. Tomemos como ejemplo el caso de Tiger Woods. Un golfista, es decir, un tipo por definición pijo que se dedica a un juego de pijos viejos que, como ya no son capaces de correr, se engañan a sí mismos creyendo que hacen deporte. Cómo odio a los pijos. El caso es que el pobre Woods seguía con su vida habitual, jugando al golf enfundado en esos pantalones de abuelo pijo que llevan todos los pijos que juegan a golf y pensando en sus cosas pijas de golf, como palos y pelotas (ja, ja). Y un día se levanta y un periodista confunde golfista con golferas y le salen amantes por todos lados. Claro, al principio mola, pero luego llega un punto en el que eso de liarse con una diferente cada noche cansa, y llamas al periódico para que rectifiquen y te salen con no sé qué tonterías de la libertad de prensa. ¡Pero si te has equivocado! ¡No soy un golferas, sino un golfista! ¡Tío, que mi mujer me va a dejar! ¡Tío! ¡Tío! Por eso quiero aprovechar este premio para proponer la eliminación de la libertad de prensa, dado que pone en riesgo el matrimonio tradicional y la familia tal y como la conocemos en la sociedad occidental, que es la única que importa: ahora no me vengáis con las costumbres de los nayar. Los nayar tendrían que dejar de hacer eso que hacen y casarse por la iglesia como todo el mundo. Ah, Paz. Mi Paz. Con tus cabellos castaños recogidos en una trenza y esos zapatitos de charol. Que dos o tres años más tarde se convirtieron en una salvaje melena y unos zapatos de tacón quizás demasiado atrevidos para tu adolescencia. ¿Pero acaso la adolescencia no es siempre atrevida o eso nos parecía en nuestra inocente ignorancia? Fue entonces cuando te escribí una carta y un poema. La tarde que iba a dártelos en mano cual papelito pupitrero, te vi morreándote en la puerta del insti con el Jordi. Con el Jordi. En la puerta del insti. Paz, si el Jordi era un imbécil y un pijo, ¿cómo pudiste hacerme eso? Señores del jurado de OT, ténganlo presente: la Paz es una puta. Una zorra. Con el Jordi. Además, para que te enteres, él se lió luego en el Túnel Balmes con tu amiga, la alta, ahora no me acuerdo de cómo se llamaba. Paz, eres una zorra y una idiota y una cornuda. Puta. Uno de los peligros que más asedia a la Paz son las redes P2P, o sea, Peace to Peace. Son un peligro para Paz porque con la nueva normativa estará bajándose un disco de Bisbal o de la mierda que le dé por escuchar a la zorra esta, y entrará la guardia civil y se la llevará arrestada, cosa que no estaría mal, pero tampoco es plan. Creo que hay un tema que la gente está olvidando en todo este rollo. Y es que se dice que la gente no paga por bajarse cosas. Y es mentira. Lo que pasa es que no te pagará a ti, atontao, que eres un atontao. Sí, hablo de Ramoncín. Yo cada mes pago mi adsl y cada tres meses mi cuenta Premium de Rapidshare. Si eso es no pagar nada, ya me dirás tú. Los de Rapidshare y Megavideo y estas cosas se están forrando, no me jodas. Y yo si fuera el dueño de Amazon --mister Amazon, supongo--, haría un Rapidshare: pagas tanto al mes y te bajas lo que te dé la gana. El tema es llegar a acuerdos. Y si llegas a muchos acuerdos te dan el Nobel de la Paz, yo aviso. A ver, si Google ganó el Príncipe de Asturias, ¿por qué no va a ganar Amazon el Nobel de la Paz, por muy puta que sea? Por cierto y ahora que hablamos de música y demás, tengo un grupo de gospel, los Oh Bamas. Podéis visitar nuestro Myspace, o sea, nuestro Ourspace. Hay cinco canciones que podéis escuchar gratis y un montón de fotos molonas de nuestros conciertos. Eso sí, hay que asumir que la gente no pagará un duro por poco que pueda, es ley de vida. Eso es justo lo que me dijo Álex cuando le conté lo de Paz. Que es ley de vida. No sé a qué se refería. ¿Qué es lo que es ley de vida? ¿Que Paz es una zorra? ¿Una zorra gorda? La vi el otro día por la calle… ¡Ja! Toda fofa y con dos niños más feos incluso que el Jordi. Aunque ya no está con el Jordi; lo sé porque le pregunté. Casi ni se acordaba. Claro, como para acordarse del Jordi, que era feo y pijo y tonto. No me extraña que ahora me dé un premio. Se habrá dado cuenta de que cometió un error pasando de mí y liándose con ese pijo de mierda. Pues ¿sabes qué? Ahora es demasiado tarde. Perdiste tu oportunidad, imbécil, ¡métete el premio por donde te quepa! Señoras y señores del jurado, RENUNCIO AL PREMIO NOBEL DE LA PAZ. Oh, ah, sí, escandalícense todo lo que quieran, que me da igual: ahora cojo y me piro en MI AVIÓN, el avión del PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS. ¿Qué hace Jordi, por cierto? ¿A qué se dedica? Oh, es contable. Un puto contable DE MIERDA. Pues yo, Paz, soy el PRESIDENTE de Estados Unidos. Y si me sale de los cojones, mandó a la Cia a por Jordi y se pasa el resto de su vida en Guantánamo. Y ya te puedes imaginar lo que hacen en Guantánamo con los pijos contables. Contable. Qué asco. ¿En qué pensabas, Paz, en qué pensabas? Idiota. Te odio. Aún guardo la carta y el poema que te escribí. Mira lo que hago. Los quemo. Te odio. Zorra insensible, me rompiste el corazón, cerda, guarra. Todo el mundo te maldice, Paz, por lo que me hiciste a mí, ¡a mí!, al gran Oh, Bama. Pero no tengo resentimiento ni rencor hacia Paz. De todo se aprende. El mejor desprecio es no hacer aprecio.Este es el mensaje que quiero transmitir hoy, el día en que rechazo este premio. Mañana ya veremos cuál transmito porque al fin y al cabo soy el hombre más poderoso del mundo y transmito lo que me da la gana. Pringaos, que sois todos unos pringaos.


 
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